Cuatro teorías y una pregunta clave sobre el avión ruso estrellado en Egipto
- ¿Fallo técnico, error humano, explosión a bordo o derribo por misil?
- La pregunta clave es por qué el piloto no se comunicó con la torre de control
El Airbus 321 de Metrojet despegó a las 06.50 del aeropuerto egipció de Sharm el-Sheij con 224 personas a bordo -217 pasajeros y siete tripulantes- rumbo a San Petersburgo. Pero nunca llegó a su destino. El avión se estrelló a los 23 minutos de vuelo, a unos 70 kilómetros al sur de Al Arish, la capital del norte de la península del Sinaí.
A falta de que las dos cajas negras halladas arrojen más luz sobre lo ocurrido. ¿Qué pudo pasar?
Error humano
La compañía ha respaldado a la tripulación del vuelo 7K9268 y también ha descartado un error humano. Lo cierto es que el piloto, identificado como Valery Nemov, era muy experimentado y contaba con una experiencia de 12.000 horas de vuelo, entre ellas 3.860 horas en un Airbus 321.
Las cajas negras, que ya están siendo analizadas, serán fundamentales para determinar si hubo o no error humano porque ofrecerán a los investigadores los detalles de los últimos minutos del vuelo y permitirán averiguar si alguna acción de la tripulación causó el accidente. Una de ellas se encuentra en buen estado y ya se ha extraído su contenido. La otra, la que registra la voz, está dañada y para recopilar los datos se requerirá mucho trabajo, según ha confirmado este miércoles el ministro de Aviación Civil egipcio.
Fallo técnico
Un fallo técnico fue la primera causa señalada por las autoridades egipcias y rusas. La aerolínea descartó este lunes esa hipótesis y aseguró que el siniestro sólo puede deberse a “una acción externa”.
Sin embargo, este martes las autoridades egipcias han señalado que no hay pruebas de que el avión se destruyera en el aire, como mantienen los rusos. Y señalan un fallo técnico como causa del siniestro. Por ejemplo, que la cola golpeara el suelo al aterrizar. Eso explicaría que el aparato este partido en dos. Hay que recordar que en 2001 el mismo avión mostró daños en la cola durante el despegue. Pese a que la compañía asegure que el daño fue convenientemente reparado entonces, defectos similares están detrás de dos accidentes en el pasado.
La empresa ha justificado que el avión, con 18 años de antigüedad, fue revisado el pasado 26 de octubre en Moscú y se encontraba en perfecto estado para volar. No obstante, la esposa del copiloto que viajaba en el avión siniestrado, Sergei Trukhachev, aseguró en una entrevista con la NTV que su marido le había dicho por teléfono poco antes de despegar que las condiciones del avión dejaban “mucho que desear”.
Explosión a bordo
El Comité de Aviación Interestatal (CAI) de Rusia determinó, 24 horas después del siniestro, que el avión se había destruido en pleno vuelo a 30.000 pies de altitud. "La destrucción tuvo lugar en el aire y los fragmentos resultaron desperdigados por una superficie de cerca de 20 kilómetros cuadrados", señaló Víctor Sorochenko, director ejecutivo del CAI.
Según testigos oculares, la aeronave ya ardía en llamas antes de chocar contra la tierra. Y las primeras informaciones indican que el avión se partió en dos, algo compatible con una explosión a bordo. Esta teoría la han reforzado unas declaraciones a la cadena NBC de un funcionario estadounidense que sigue de cerca la investigación del accidente y ha señalado que un satélite infrarrojo detectó un destello de calor a la misma hora en la que el Airbus se estrellaba en la península del Sinaí.
El avión pudo perder la cola cuando volaba a unos 9.000 metros de altura. Lo piensan por cómo han quedado los restos: con la cola del aparato separada 8 kilómetros de otras partes del fuselaje. "El problema de perder la cola hace que el avión sea totalmente incontrolable y la situación del avión es de una descompresión explosiva", señala a TVE Luis Lacasa, decano del Colegio de Pilotos.
En esa situación los pilotos tienen un máximo de 30 segundos para ponerse las mascarillas e intentar recuperar el control del avión. Imposible, dicen los expertos, en este caso. Pero, ¿qué puede provocar que un avión se fracture en pleno vuelo?
Alejandro Herrera, ingeniero aeronáutico, indica que puede ser tanto una explosión como una fragmentación a una altitud elevada. Una fragmentación que, según algunos especialistas, pudo deberse a microfisuras en el fuselaje por reparaciones mal hechas.
Derribo por un misil
"Los soldados del califato han logrado derribar un avión ruso en la provincia del Sinaí". Este fue el escueto comunicado difundido en las redes sociales por un grupo militante afiliado al Estado Islámico en Egipto en el que se atribuían la responsabilidad del derribo del Airbus ruso.
El avión volaba a 9.500 metros de altura cuando sale de los radares. Un misil portátil del tipo Manpad es útil para derribar aeronaves que vuelan a baja altitud, pero incapaz de alcanzar un avión que vuela a más de 5.000 metros. Para llegar a esta altitud haría falta un misil tipo BUK como el que derribó el avión de Malaysia Airlines sobre Ucrania. Y estos artefactos difícilmente habrían pasado desapercibidos para los sistemas de vigilancia de Israel y Egipto.
Las autoridades rusas han descartado la hipótesis de un derribo por misil pero no un atentado terrorista, lo que apuntalaría la teoría del estallido de una bomba en el avión.
¿Por qué no hubo llamada de emergencia?
Esa es la pregunta clave. Las comunicaciones de la cabina con la torre de control eran "normales" antes de que se estrellara. Tampoco cambió de ruta y las condiciones climatológicas eran buenas. Todo esto apunta a emergencia súbita, bien técnica, bien externa, que impidió al piloto comunicar el contratiempo. Algo, señala la aerolínea, completamente excepcional.
"Incluso en caso de una despresurización súbita los pilotos podrían ponerse las máscaras de oxígeno, y los pasajeros también”, recuerda el vicedirector general de la compañía Alexánder Smirnov.
De acuerdo a la información del sistema de seguimiento Flight Radar, "el avión redujo la velocidad más de 300 kilómetros por hora en menos de un minuto y simultáneamente perdió 1,5 kilómetros de altitud". "Un avión no puede volar en ese régimen, y menos un avión de pasajeros o de carga. Esto significa que la aeronave volaba de manera descontrolada, y no estaba volando, sino cayendo", ha señalado Metrojet. Pero, ¿por qué?