Ezra Furman, 'rockabilly' para combatir el hastío
- El cantante de Chicago presenta su tercer álbum, Perpetual Motion People
- Insolencia y energía como respuesta a una realidad que a veces se le hace insoportable
“Solo porque estés harto de su vida ordinaria/ No significa que debas reprimirte y morir/ Te pierdes completamente en tu camino pero sigues con vida” canta Ezra Furman en “Ordinary Life”, una perspectiva vital algo más alegre para alguien que clamaba "I Wanna Destroy Myself" en su anterior álbum, el elogiado Day of the Dog.
En su tercer trabajo en solitario, Perpetual Motion People -que presentaba este lunes en Madrid-, Furman vuelve a mezclar géneros con una naturalidad fuera de lo habitual que van desde el power pop hasta el punk pasando por el soul e incluso coqueteando country, todo aderezado con armonías doo wop difíciles de clasificar.
El cantante de Chicago ha abierto su directo con el rock clásico de “At the bottom of the Ocean” en una noche en la que ha repasado sus dos últimos trabajos muy bien arropado por The Boy-friends.
Aunque este álbum suene más alegre y jovial, Furman continúa cultivando unas letras que se mueven en la bipolaridad, entre la euforia y la depresión. Eso sí, ésta última más contenida que en sus anteriores largos. Una ambivalencia que no le impide ofrecer unos potentes directos en los que propone insolencia y energía como respuesta a una realidad que en ocasiones se le hace insoportable.
Su sonido ecléctico y sus letras han hecho que la crítica lo compare con grandes nombres como Lou Reed, David Bowie, New York Dolls o Neil Young. Sin embargo, el de Chicago posee un magnetismo capaz de convertirle en una referencia en sí mismo.
Autenticidad sobre el escenario
Algo a lo que también ayuda su marcada imagen, Furman ha hecho del collar de perlas su seña de identidad y con él se ha presentado ante su audiencia en la Sala El Sol. No es novedad para sus seguidores, en 2012 ya alejado de The Harpoons comenzó a utilizar elementos considerados femeninos en público cuando presentaba su autoeditado The Year of No Returning mientras teloneaba a Nada Surf en la gira europea de The Stars Are Indifferent To Astronomy. De hecho, Madrid fue una de las pocas plazas en las que tocó con un vestuario puramente masculino.
Furman huye de las etiquetas y no se rige por las normas tanto en su apariencia como en su música lo que se traduce en autenticidad sobre el escenario. En él se mueve hiperactivo, como muestra la zapatilla que cayó entre el público mientras tocaba "My Body was Made", raro que entre tanto aspaviento terminara el concierto con una zapatilla en lugar de descalzo.
El episodio no le ha frenado a la hora de derrochar energía con temas como “Wobbly”, “My Zero” o “Restless Year”, que el escaso público bailó al ritmo frenético impuesto por Furman.
Un tipo peculiar que continúa en busca de su identidad y que no reniega de dónde viene, su primera guitarra se la regalaron en su bar mitzvá, y hasta el año pasado evitaba tocar en viernes para cumplir con el sabbat.
Los que no quieran perderse las rarezas del considerado por The Guardian el artista más convincente en directo aún podrán verlo este martes en Valencia y el miércoles en Barcelona.