Lesbos, sin refugio para los vivos ni cementerios para los muertos
- En los últimos 10 meses han muerto 435 migrantes ahogados en el Egeo
- La isla griega de Lesbos afrontan una crisis logística y sanitaria en la gestión de los restos
- Los naufragios se han incrementado por la proximidad del invierno
La isla griega de Lesbos se está quedando sin espacio en sus tanatorios y cementerios. En lo que va de año, más de 600.000 migrantes han cruzado el mar hacia Grecia. De ellos, 435 han muerto ahogados en el Egeo, incluyendo un gran número de niños. La gran mayoría de los cuerpos quedan en esta zona insular, destino principal de los migrantes que cruzan desde Turquía. La morgue local y el cementerio están colapsados, algo que también ocurre en la isla de Samos.
La adecuada gestión de estos restos se está convirtiendo en un problema sanitario y logístico para las autoridades locales, que han improvisado cámaras frigoríficas para preservar los cadáveres. "Hemos traído un vehículo frigorífico especial y estamos poniendo ahí a la gente hasta que puedan ser enterrados", dijo el martes al canal Mega TVE el obispo Iakovos de la localidad de Mytilene en Lesbos.
El obispo lamentaba el estado de 20 cadáveres que no pudieron ser enterrados debido a la falta de espacio, y resaltó el esfuerzo de las autoridades para ubicar lugares en los que enterrar definitivamente a los fallecidos. Las autoridades de Lesbos han decretado este miércoles tres días de luto en memoria de las víctimas de esta crisis.
Un flujo incesante de cadáveres
Este miércoles, cinco personas más, entre ellas tres niños, se han ahogado mientras cruzaban el mar hacia Lesbos durante la noche. El pasado viernes, tras dos naufragios, la guardia costera griega rescató 144 personas y recogió los cuerpos de otras 22, incluyendo cuatro bebés y nueve niños.
Este problema logístico podría ser percibido como una frivolización frente a la tragedia humanitaria que supone morir en la huida de la guerra y la miseria, pero lo cierto es que se está convirtiendo en un obstáculo para las labores de rescate y alojo que autoridades y voluntarios desempeñan sobre el terreno.
Y no se trata únicamente de la gestión de los cadáveres de los fallecidos. El acúmulo de miles de chalecos salvavidas, zodiacs y embarcaciones hinchables abandonadas y restos procedentes de los desembarcos amenaza con "convertirse en una bomba ecológica", según las autoridades locales, citadas por Reuters, que admiten que ni la isla ni Grecia tienen capacidad para procesar y reciclar ese volumen de restos.
Si eres turista pagas 25 euros, si eres refugiado 1.400
"Lo que necesitamos es mayor inversión", clama el alcalde de Lesbos, Spyros Galinos, que propone que o bien la UE o alguna empresa privada afronte el reciclaje de estos elementos.
Mientras los turistas pagan 25 euros para cruzar a Lesbos desde Turquía en un barco convencional, los migrantes deben desembolsar una media de 1.400 euros para que un traficante ilegal les pase en una precaria embarcación que frecuentemente naufraga llevándose las vidas de los pasajeros.
Naufragios que se han incrementado por la proximidad del invierno, que también ha incrementado la afluencia de refugiados. A estas dificultades se une la huelga de cuatro días convocada por el sector marítimo que ha dejado amarrados los tres ferris que conducen cada día a los refugiados y migrantes desde las islas hasta el puerto de El Pireo, en Atenas.
Spyros Galinós ha pedido en un comunicado al sindicato de trabajadores que no se interrumpa la ruta de estos tres transbordadores, ya que de lo contrario la isla puede vivir una situación similar a la que se produjo a principios de septiembre con más de 30.000 inmigrantes y refugiados atrapados.
En un gesto de respeto, el obispo Iakovos ha reconocido que la costumbre cristiana ortodoxa de exhumar los cuerpos para trasladar los restos a un osario no es aplicable a los muertos de confesión musulmana, que deben permanecer enterrados.