Prisión para los tres detenidos en Madrid como presuntos yihadistas "disponibles para cometer atentados"
- El juez les imputa delitos por participación activa en organización terrorista
- Fueron detenidos en el poblado chabolista de La Cañada y Vallecas
El juez Fernando Andreu ha enviado a prisión a los tres detenidos en Madrid este martes como presuntos miembros de una red yihadista "disponible (tanto) para cometer atentados terroristas, como para cumplir con un extenso catálogo de actividades complementarias" para la organización terrorista islamista DAESH también conocida como el Estado Islámico.
En tres autos, el juez de la Audiencia Nacional decreta prisión incondicional y sin fianza para estos tres detenidos en el poblado chabolista de La Cañada y en Vallecas, Yassin El Moraubet (considerado el cabecilla), Abdessarek Essalhi (su presunto lugarteniente) y Walid Oudra, todos ellos de origen marroquí.
Andreu les imputa delitos por participación activa en organización terrorista y de realización de actividades de captación o adoctrinamiento para intentar incorporarse a organización terrorista, figuras incorporadas en la reciente reforma del Código Penal para combatir el fenómeno yihadista.
Proceso de radicalización de los detenidos
Essalhi, que inicialmente se movía en el entorno de las tres mezquitas del centro de Madrid y era conocido por su integrismo religioso, fue quien captó a Oudra el pasado mayo y antes a un cuarto, Mostafa Dahouti, que vivía en la calle de Embajadores y que se encuentra en paradero desconocido desde que en julio viajó a Marruecos "con la intención de regresar a España".
Tras este proceso, dos de ellos, Essalhi y Oudra, "desde el pasado 18 de octubre, habrían aceptado como real una espiral apocalíptica que va a justificar según ellos mismos manifiestan de forma clara, expresa e inequívoca, la comisión de acciones contra la vida de otras personas".
Entre las actividades desplegadas por Oudra, uno de los autos menciona la de informar a su controlador, Essalhi, de la existencia de un centro de practicantes de la rama sufí del islam justo debajo de su domicilio, en la calle Mantuano de Madrid, a los que "considera infieles y enemigos de la religión".
Un "aislamiento gradual del mundo que le rodea"
Durante su proceso de adoctrinamiento, continúa el auto, Oudra y Essalhi habrían fomentado su aislamiento y alejamiento del mundo exterior, el odio acérrimo contra los enemigos del islam y su voluntad de, amparado en la apocalipsis divina, pasar al combate del lado de los muyahidines.
Andreu señala que el grado de radicalización de Oudra es tal que "comienza a exteriorizar su deseo de liberación espiritual, solamente alcanzable a través de conceptos divinos que desprecian el mundo real e idealizan la muerte y el paraíso que tras ella se halla".
"Su deseo exteriorizado en varias ocasiones pasa necesariamente por el combate y la aniquilación de todas aquellas personas que considera infieles por no cumplir la voluntad divina o ser enemigos del islam", sostiene Andreu.
Mientras, "la situación personal" en la que se encontró Walid, señala el auto, "tras la ruptura con su pareja sentimental, la pérdida de su puesto de trabajo y la falta total de medios para subsistir" provocaron de forma gradual "un aislamiento con el mundo que le rodea", que se materializó en largos periodos de tiempo "encerrado" en el domicilio de la calle Peña Prieta de Madrid.
El auto destaca el auto que pasa "la mayoría del tiempo encerrado en su domicilio solo sin relacionarse con persona alguna, solo conectado a internet".
Amistad del presunto cabecilla con otros yihadistas
Al líder de esta red, El Mourabet, el juez le señala como "activador de los medios que la organización terrorista (DAESH) dispone utilizando a los miembros que tiene distribuidos a través de la red mundial de internet".
Destaca que en su perfil de Facebook se ha detectado que mantenía amistad con otros yihadistas, entre ellos Ayoub El Khazzani, detenido en Francia como el presunto autor del atentado perpetrado en un tren entre Amsterdam y París, en el que resultaron heridas dos personas con arma de fuego, hasta que fue reducido por otros pasajeros, entre ellos un militar estadounidense de permiso.
En una conversación intervenida por la policía, El Mourabet decía que le habían "cargado el muerto" a su "amigo" Ayoub. Tras la detención de éste, el detenido en Madrid cerró su perfil en Facebook.
Por todo ello, el juez les imputa por participación activa en organización terrorista, castigado con penas de entre 6 y 12 años de cárcel, o realización de actividades de captación o adoctrinamiento para intentar incorporarse a organización terrorista, que conlleva penas de entre 5 y 10 años de cárcel.