Birmania celebra sus primeras elecciones democráticas en medio siglo
- La premio nobel Aung Saan Suu Kyi parte como favorita
- Amnistía Internacional denuncia la detención de activistas
- Los musulmanes rohinyá, expulsados del proceso político
Unos 35 millones de birmanos están llamados a votar este domingo en las primeras elecciones generales celebradas en democracia desde los años 60.
Birmania ha vivido bajo diferentes juntas militares desde 1962 hasta 2011, cuando la última de ellas cedió el poder a un Ejecutivo civil formado por personalidades afines.
Alrededor de 9.400 observadores locales y más de un millar de extranjeros, incluido un equipo de la Unión Europea, supervisarán la votación en unos 46.000 colegios electorales, en los que concurren alrededor de 90 partidos y más de 6.000 candidatos en todo el país.
Aung San Suu Kyi parte como favorita
La Liga Nacional para la Democracia (NLD), encabezada por la opositora y nobel de la Paz, Aung San Suu Kyi, parte como favorita.
Suu Kyi repetirá como candidata al Congreso, donde ocupa un asiento desde las elecciones parciales de 2012, pero no podrá ser presidenta. La Constitución impide ejercer el cargo a quienes tengan hijos extranjeros, como es el caso de la opositoria, cuyos hijos tienen nacionalidad británica.
Por su parte, el oficialista Partido para el Desarrollo y la Solidaridad de la Unión ha mostrado su apoyo al actual jefe del Estado, Thein Sein.
La presidencia del país es elegida para un mandato de cinco años y nombra al Gobierno.
Activistas detenidos
La campaña electoral iniciada se septiembre ha transcurrido sin incidentes destacados, salvo en las zonas donde operan grupos guerrilleros.
No obstante, Amnistía Internacional (AI) ha denunciado las detenciones de activistas y las limitaciones de la libertad de expresión.
"Los votantes birmanos acudirán a las urnas en un país en el que miles de personas asisten a los actos de Suu Kyi, pero otras son encarceladas simplemente por decir lo que piensan o protestar de forma pacífica", ha advertido el director de AI para el Sudeste Asiático, Josef Benedict.
En el mes previo a los comicios, según AI, han ido a parar a la cárcel 19 personas, "presos de conciencia", con lo que la organización calcula que cuando abran los colegios electorales habrá 110 personas en prisión por motivos políticos en el país.
Esa cifra podría aumentar, sin embargo, dado que "otros cientos de personas han sido acusadas y están esperando a ser juzgadas o en libertad condicional".
Los musulmanes, marginados
Además de los disidentes políticos, la minoría musulmana de los rohinyá está virtualmente expulsada del proceso político.
Más de medio millón de rohinýas no podrán votar debido a que el Gobierno invalidó sus carnés de identidad temporales, según AI. Numerosos musulmanes han sido también descalificados como candidatos.
Debido a la persecución a la que están sometidos en Birmania, miles de rohinyás se embarcan cada año en peligrosos viajes por mar con el fin de llegar hasta Tailandia, Malasia o Indonesia donde son extorsionados por las mafias de traficantes humanos.