Los derechos humanos, asignatura aún pendiente en el Sáhara Occidental
- El derecho de manifestación y protesta el que más atropellos sufre en el territorio
- El Sáhara Occidental bajo administración marroquí vive un "estado de excepción"
- El rey Mohamed VI indulta a 433 presos saharauis con motivo del 40 aniversario
El rey Mohamed VI de Marruecos ha indultado este viernes total o parcialmente a 433 presos saharauis, de un número total de 4.215 beneficiarios de un indulto otorgado "a título excepcional" por el 40 aniversario de la Marcha Verde. Una medida que difícilmente puede tapar las denuncias de organizaciones humanitarias como Amnistía Internacional o Human Rights Watch, que recuerdan que los derechos humanos sigue siendo el gran caballo de batalla del independentismo saharaui.
El territorio del Sáhara"estado de excepción". El Aaiún está lleno de banderas marroquíes y de policías; los llamados "independentistas del interior" ni siquiera se plantean salir a la calle a reclamar sus derechos: "Sería imposible: la relación de fuerzas es aplastante", dicen.
Una represión cotidiana
Es el derecho de manifestación y protesta el que más atropellos sufre en el territorio: la policía marroquí impide desde siempre cualquier conato de manifestación de signo independentista, según denuncian repetidamente organizaciones como Amnistía Internacional o Human Rights Watch, además de las saharauis.
Cuando, pese al despliegue policial, los saharauis salen a la calle, la represión suele ser sin contemplaciones, reconoce Mohamed Salem Cherkaui, responsable local de la Comisión Regional de Derechos Humanos (órgano oficial y consultivo).
Cherkaui se empeña en difundir la cultura de los derechos humanos en escuelas y hasta en comisarías, y su comisión tiene permiso para visitar hospitales y prisiones (no así comisarías), aunque su labor no siempre es bien entendida, lamenta.
Presos políticos
La Asociación de Víctimas de Violaciones de Derechos Humanos (ASVVDH, independentista) tiene contabilizados a 54 presos políticos, aunque sus condenas nunca son por delitos de opinión, sino por delitos como "agresión a agentes", "destrucción de bienes públicos" o "resistencia a la autoridad", relata su secretario general, Brahim Dahan.
Cherkaui admite que algunas condenas a saharauis esconden delitos de opinión, pero se resiste a calificarlos de "presos políticos".
Entre los presos saharauis más emblemáticos figuran los 21 condenados en 2013 por los disturbios del campamento de Gdaim Izik, en los que fueron asesinados once agentes marroquíes.
Según un comunicado conjunto emitido esta semana por HRW, AI, la ASVVDH y Cristianos por la abolición de la tortura, los 21 fueron condenados sin pruebas ni testigos, basándose solo en confesiones obtenidas bajo tortura, y nunca se probó su relación con los crímenes. El Ministerio de Justicia marroquí no ha informado de si los 21 se han podido beneficiar del indulto otorgado este viernes por el rey.
En lo referente a la libertad de asociación, solo una organización independentista, la ASVVDH, ha sido legalizada por las autoridades y ya dispone de un local. Otras, como CODESA (también de derechos humanos), dirigida por Aminatu Haidar, o las que defienden los recursos naturales, la ecología o los derechos de las mujeres, siguen en la ilegalidad.
"La paz civil es frágil"
La Misión de la ONU en el Sáhara (Minurso) es la única del mundo que no tiene mandato para vigilar los derechos humanos, después de que Marruecos se opusiera por todos los medios a dotarla de esas competencias, como pretendió en 2013 Estados Unidos en un pulso que Rabat terminó ganando.
Cherkaui lamenta que su organización no esté dotada de mayores medios financieros y humanos, y que las autoridades policiales la traten siempre con desconfianza y recelo -igual que hacen los independentistas, matiza-, pero añade un detalle: para él lo más preocupante es que se preserve la paz entre todos los habitantes del Sáhara.
Siendo él mismo saharaui, Cherkaui recuerda que los habitantes originarios del territorio no llegan ni al 20 %; el resto lo conforman colonos (aunque él no usa esa palabra, prohibida en Marruecos) llegados del norte del país.
Cherkaui señala que en los disturbios de Gdaim Izik de 2010 o los de Dajla en 2011 se produjeron violentos choques entre civiles, saharauis y marroquíes, en ambos casos con muertos, y considera que ese es ahora uno de los principales peligros en la región.
"La paz civil es frágil" y el racismo siempre acecha, dice.