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El precio del petróleo no volverá a acercarse a los 80 dólares por barril antes de 2020

  • La Agencia Internacional de la Energía publica su informe anual
  • La baja demanda mantendrá los precios bajos y la caída de la inversión
  • Ambas circunstancias ayudarían a reequilibrar el mercado, según el organismo
  • El gasto en inversión en el sector petrolero bajará un 20% este año y en 2016

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Campo petrolífero en Libia
Campo petrolífero en Libia.

La Agencia Internacional de Energía (AIE) ha indicado que es poco probable que el barril de petróleo vuelva a estabilizarse en el entorno de los 80 dólares antes de 2020, pese a la caída sin precedentes en la inversión en el sector, ya que en la actualidad la demanda anual crece muy lentamente y en ese período ni siquiera alcanzaría el millón adicional de barriles al día. A partir de ese año, "habrá nuevas subidas de precios", añade el organismo internacional.

En su informe anual Panorama Mundial de Energía publicado este martes (ver documento en pdf), este organismo internacional estima que la demanda en su escenario base aumentará cada año de media en unos 900.000 barriles por día hasta 2020.

También calcula que la demanda podría alcanzar los 103,5 millones de barriles al día en 2040 (frente a los 92,7 millones de 2014), aunque esa subida podría verse frenada por la remontada de los precios, la reducción de los subsidios públicos a los hidrocarburos, la escalada en las medidas de eficiencia energética y el desarrollo de combustibles alternativos.

Frente al alza general de la demanda, la AIE prevé que, "conjuntamente, EE.UU., la UE y Japón verán caer su demanda de crudo en unos 10 millones de barriles diarios en 2040", por lo que el aumento de la demanda estará liderada por los países emergentes, especialmente por China, el sudeste asiático, África y Oriente Medio.

Exceso de oferta como estrategia hacia el reequilibrio

Este año, la bajada del precio del crudo hasta el entorno de los 50 dólares por barril ha provocado recortes abruptos en la producción del petróleo extraído mediante la fractura hidráulica o fracking en Estados Unidos, uno de los principales contribuyentes a la sobreoferta que ha generado una caída del 50% en el valor del crudo en los últimos 12 meses.

Pese a ese exceso de oferta, los productores de petróleo agrupados en la OPEP -con Arabia Saudí a la cabeza- han decidido mantener su nivel de producción para no ceder cuota de mercado a EE.UU. y otros competidores. Eso, combinado con la debilidad de la demanda, ha inundado de crudo el mercado y ha hundido los precios.

Según el informe anual de la Agencia Internacional de la Energía, a medio plazo, esta estrategia permitirá reequilibrar el mercado petrolífero, ya que, por un lado, los bajos precios animarán la demanda y, por otro, los recortes de inversión aplicados por las compañías petroleras reducirán la producción en un futuro.

Recorte de la inversión de más de un 20%

La AIE calcula que se necesitan 630.000 millones de dólares en todo el mundo de inversión en el sector del petróleo y el gas "sólo para compensar el declive de la producción de los campos actualmente en explotación y mantener la producción futura a su nivel actual".

"Estimamos que este año las inversiones en petróleo se reducirán más de un 20%. Sin embargo, y tal vez aún más importante, esta disminución también continuará el próximo año", ha explicado a la agencia Reuters el director ejecutivo de la AIE, Fatih Birol.

Según este experto, "en los últimos 25 años nunca ha habido dos años consecutivos donde las inversiones hayan disminuido, y esto puede tener implicaciones para el mercado del petróleo en los años venideros".

En contra de lo que puede parecer, los precios bajos no tienen por qué beneficiar a los consumidores. Así, la Agencia advierte de que "los beneficios económicos se verán contrarrestados por una creciente dependencia de Oriente Medio para las importaciones de crudo y por el riesgo de una brusca subida de precios si sigue reduciéndose la inversión".

Según alerta el informe, ambos puntos constituirían una amenaza a la seguridad energética y perjudicarían la transición energética en un mundo que se enfrenta al desafío del cambio climático.

Respecto al aumento de la eficiencia energética, la AIE apunta a que la potenciación de medidas como los vehículos de menor consumo y la mejora del aislamiento en las viviendas permitiría que la demanda mundial crezca a menos velocidad que el crecimiento económico.

"La eficiencia energética juega un papel esencial en la limitación a un tercio del incremento de la demanda energética desde ahora y hasta 2040, un período en el que la economía mundial crecerá un 150%", señala el informe.