El Tribunal de Cuentas de la UE insta a adoptar un enfoque "totalmente nuevo" en el presupuesto
- Pide que se centre más en las prioridades a largo plazo
- Considera que el dinero debe gastarse según las normas
- Solicita un cambio en la gestión de los fondos europeos
El Tribunal de Cuentas de la Unión Europea (UE) considera que los Veintiocho deben adoptar un "enfoque totalmente nuevo" para gestionar las inversiones y los gastos de la Unión, para centrarse más en las prioridades a largo plazo y aumentar su capacidad de respuesta ante crisis.
En la presentación del informe anual de las cuentas de la UE de 2014 ante el Parlamento Europeo (PE) los auditores consideran que la próxima revisión del actual ciclo de gasto de la UE constituye por ello "una ocasión para reconsiderar prioridades".
Advierten de que la Unión tiene que "gestionar mejor su presupuesto si quiere hacer frente a los desafíos acuciantes".
El presidente del Tribunal de Cuentas, Vítor Caldeira, afirmó que "la UE debe invertir mejor su dinero y velar por que sus inversiones se ajusten más a sus prioridades, se elaboren normas más simples para lograr resultados y los recursos se gestionen de manera más eficiente".
Los auditores sostienen en su informe que los legisladores europeos deben asegurarse de que los regímenes de gastos fijen claramente los resultados perseguidos y los riesgos asumibles.
Grandes cambios en la gestión de los fondos europeos
Subrayan además la necesidad de que todos los responsables introduzcan cambios "de gran calado" en el modo de gestionar los fondos europeos.
Por su parte, indican que los gestores financieros deben asegurarse de que el dinero se gaste conforme a las normas establecidas y alcance los resultados que se pretenden conseguir.
El Tribunal de Cuentas, que ha aprobado las cuentas de la UE para 2014, recalca asimismo que la Unión debe abordar una serie de retrasos de orden financiero acumulados a fin de liberar fondos y poder utilizarlos donde sean más necesarios.
Afirma que algunos Estados miembros tienen dificultades para absorber los fondos europeos que les han sido asignados y que la Comisión Europea (CE) ha facilitado fondos a los Estados miembros sin analizar suficientemente su capacidad para invertirlos.
Al mismo tiempo, las nuevas modalidades de financiación de las políticas de la UE no deberían dejar los riesgos financieros fuera de la auditoría y del control públicos, sostiene.