El rápido deshielo del noreste de Groenlandia desafía las previsiones sobre el aumento del nivel del mar
- El calentamiento del mar acelera el deshielo de la capa noreste de Groenlandia
- El glaciar Zachariae Isstrøm está desprendiéndose de sus cimientos bajo el mar
- Los científicos investigan cuán rápido se moverá el glaciar y qué efecto tendrá
Una nueva región de Groenlandia está sufriendo los efectos del calentamiento de los océanos. Científicos de la Universidad de California han detectado que el glaciar Zachariae Isstrøm, en la región nororiental de la isla, ha acelerado su deshielo hacia el mar debido al despendimiento de su punto de anclaje con el fondo marino. "En los últimos tres años ha acelerado su ritmo", explica el director del estudio publicado en la revista Science, Jeremie Mouginot, que calcula que la masa de hielo continuará moviéndose así durante los próximos 20 o 30 años.
Más allá del potencial riesgo de elevar el nivel de los océanos en el futuro, los científicos, que ahora trabajan para poder definir con más detalle esta horquilla, apuntan que el descubrimiento pone el foco sobre la capa helada del noreste de Groenlandia, una zona de 600 kilómetros de extensión que contiene el 12% del hielo de la isla, y que -hasta ahora- se consideraba estable. "Es como un barco en el que entra agua por todas partes", describe Mouginot en referencia a los datos ya conocidos sobre los efectos del calentamiento oceánico en la costa oeste.
La clave, en el fondo marino
"Hasta hace bien poco, hemos visto a la capa noreste de Groenlandia como un zona característica de la región que no parecía que fuese a ofrecer nada interesante", comenta al conocer los resultados el profesor Ben Smith, de la Universidad de Washington. Sin embargo, esto cambió en 2002, cuando se registró el desprendimiento de un gran pedazo de Zachariae Isstrøm, uno de los tres glaciares que coronan esta espina dorsal de la isla.
Ante este suceso, el equipo dirigido por Mouginot ha recolectado los datos del movimiento del hielo en la zona en los últimos 40 años a través de imágenes aéreas y por satélite de hasta seis agencias espaciales diferentes -incluyendo la NASA, la Agencia de Exploración Aeroespacial de Japón, la Agencia Espacial Canadiense y tres agencias europeas- y ha descubierto que, aunque en los primeros 25 años el glaciar permaneció estable, entre 2000 y 2012 aceleró su movimiento y, desde entonces, su velocidad ha aumentado a un ritmo de 125 metros al año.
Ahora bien, la clave de este fenómeno, y lo que preocupa a los científicos, no sucede en la superficie sino en las profundidades del océano. Mediante la inferometría, una técnica que combina los datos de los satélites para obtener una imágen mucho más precisa, los investigadores han medido el punto en el que el hielo del glaciar flota en el agua libre de la roca madre y han detectado que, desde 2012, el calentamiento ha hecho que comience a desprenderse del fondo marino.
"Le llevó un tiempo desprenderse del ancla", explica Rignot que aclara que esto ha permitido que el glaciar se mueva más rápido. De este modo, completa Smith, la cuestión a la que deben responder ahora los científicos es cuán rápido se moverá el glaciar para lo cual, según el director del estudio, serán necesaria mucha más información sobre el fondo marino de la zona y la temperatura del agua en las proximidades de los glaciares.
Mediciones desde tierra, mar y aire
Ante el desafío de definir a qué velocidad puede producirse el deshielo en Groenlandia, la NASA lanzó el pasado verano un proyecto bautizado "Los océanos derriten Groenlandia" (OMG, en sus siglas en inglés). El estudio, que tendrá una duración de seis años pretende medir la temperatura del mar alrededor de la costa con sondas robot, registrar los contornos de los glaciares con aviones desde el aire y estudiar las profundidades de los fiordos desde barcos para dibujar una imagen más precisa de cómo el calentamiento de los océanos está comiéndose los bordes helados de Groenlandia y poder predecir con mayor precisión qué le depara el futuro.