'Ocho apellidos catalanes', la secuela que trata de "hermanar y cauterizar"
- La secuela de Ocho apellidos vascos se estrena este viernes 20
- RTVE.es entrevista a Dani Rovira, Clara Lago, Berto Romero
- Karra Elejalde: "Los catalanes se van a descojonar, como andaluces y vascos"
Los hitos de la primera parte
-Es la película española más taquillera de la historia, con 56,2 millones de euros recaudados
-La tercera más vista de la historia, con 9,5 millones de espectadores
-Récord de permanencia al frente del ránking de taquilla, al ser nº 1 durante 67 días
Apenas año y medio después de que Ocho apellidos vascos arrasara en la taquilla, con 56,2 millones de euros recaudados y 9,5 millones de espectadores, y se convirtiese en la película más exitosa de la historia del cine español, vuelve su secuela, Ocho apellidos catalanes, con los catalanes en el punto de mira.
En Ocho apellidos catalanes, tras romper con Rafa (Dani Rovira), Amaia (Clara Lago) se ha enamorado de un catalán, Pau (Berto Romero), con el que va a casarse en una masía, pero su padre, Koldo (Karra Elejalde) se atreve a cruzar la frontera de Euskadi y va a Sevilla en busca de su exyerno para intentar impedir el enlace, con la ayuda también de Merche (Carmen Machi). Al elenco de la cinta, que se estrena este viernes 20, se suman también Rosa María Sardá (la señora Roser, abuela de Pau) y Belén Cuesta (Judit, la 'wedding-planner').
Tras reírse de los estereotipos de andaluces y vascos en la primera parte, Ocho apellidos catalanes es un retrato "muy amable" de Cataluña y el independentismo, según asegura a RTVE.es el director de la saga, Emilio Martínez-Lázaro, quien confía en que la reacción de los catalanes será "una maravilla".
"La gente tiene que saber ver con qué intención está hecha una cosa, y ya en la primera parte se vio claramente que no se trataba de hacer escarnio público de la autonomía vasca ni de la andaluza, y tampoco en este caso. Seguimos en el mismo raccord de intentar hacer películas que tiendan puentes, que sea más bien cauterizadoras y hermanadoras, no se trata de ir a escocerle los huevos a nadie. Yo creo que los catalanes se van a descojonar un montón, y los vascos y andaluces también", afirma Elejalde, que ganó el Goya a mejor actor secundario este año por su entrañable Koldo de Argoitia de Ocho apellidos vascos.
Una película más romántica
Para Martínez-Lázaro, quien dice que a su edad se toma "con mucha tranquilidad" el hecho de ser el director más taquillero del cine español, la diferencia fundamental entre primera y segunda parte, es que la de ahora es "más compleja y con una multiplicidad de personajes" y más "romántica" pues hay que resolver hasta tres historias de amor.
Los personajes ya conocidos evolucionan, con un Rafa "un poco más sensato, dentro de lo imbécil que es el pobre" -según Dani Rovira-, una Amaia "más humana, romántica y vulnerable" -en palabras de Clara Lago-, un Koldo "igual de capullo pero más tierno" y una Merche "totalmente enamorada" de este. Y a ellos se suman una señora de la clase alta catalana que vive aislada en su masía y a la que tienen engañada para hacerla creer que Cataluña es independiente desde el referéndum, Rosa María Sardá, y su nieto Pau, un artista hipster "que ha tenido todo en la vida y duerme en camas de oro y tiene muchos pájaros en la cabeza", cuenta a RTVE.es el actor y humorista Berto Romero, que cada día se sometía a dos horas de maquillaje para colocarle la falsa barba que luce en la película.
"Es falsa pero está tan bien hecha que no se había visto nada igual desde el pelo de Sulley en Monstruos, S.A. Fue un trabajo complejo hacer la barba cada día, la verdad, pero es que es alucinante cómo los hipsters están cortados todos por el mismo patrón. Yo no he visto nunca una tribu urbana que sea tan igual... Llevan las mismas camisas, los mismos tatuajes, en cuello y brazo... es de patrón", ríe el actor en la presentación de la cinta en Madrid.
Sin miedos
Casi todo el elenco confiesa no sentir miedo por la acogida del público de Ocho apellidos catalanes tras el éxito de la primera: "Miedo ninguno, todo lo contrario, porque como es imposible superar la primera, tanto en cifras como en lo catártico, hay que relajarse y que sea lo dios quiera", opina Machi, que reconoce que para los productores será diferente.
"El miedo es una emoción que hay que reservarla para las cosas realmente importantes en la vida. Para esta profesión, partiendo de que somos unos privilegiados, creo que no hay que tener miedo. Hay que concebir que puede pasar de todo. Si crees en dios, crees en el demonio; si crees en el éxito crees en el fracaso", afirma, por su parte, Rovira. "Somos un porcentaje muy pequeñito de este proyecto tanto si sale bien como para mal. Hay que asumir la parte que nos toca, ni hemos matado a nadie ni hemos salvado a nadie", añade el actor y humorista malagueño.
En eso coincide su colega Berto Romero, que recuerda que el trabajo de los actores está ya "finalizado hace tiempo" y se ha puesto "todo lo que se ha podido", pero la película "tiene un camino ya que es suyo".
Clara Lago confiesa no sentir miedo, pero sí "sustigusti" y "nervios" por ver cómo la recibe el público, mientras que Karra Elejalde admite preocupado que no para de rondarle por la cabeza el refrán de 'segundas partes nunca fueron buenas' y teme "defraudar", aunque es algo que "siempre" sufre así en su profesión.
Por su parte, el director subraya que no tiene "ningún miedo" porque sabe que "no se va a repetir" la enorme cifra de recaudación de la primera y también que, tras haber hecho ya un pase con público, la película "va a gustar porque nos hemos esforzado y no defrauda".
Martínez-Lázaro niega también que haya habido "presión" como tal por parte de los productores para terminar la película para estrenarla cuanto antes, pero sí reconoce que cuando se decidió la fecha del estreno "nos tuvimos que dar un palizón con el guion y no retrasar la fecha del inicio del rodaje", un libreto que vuelven a firmar Borja Cobeaga y Diego San José.
A ojo del crítico, sí que parecen notarse las prisas por acabar Ocho apellidos catalanes, aunque sigue resultando igual de graciosa, o más, que la primera, pese a que no se saque demasiada punta a muchos temas susceptibles de ello.
Los tópicos más molestos
Preguntamos al elenco sobre cuáles son los estereotipos que más les molestan sobre la región de cada uno de ellos (puedes ver sus divertidas respuestas en el vídeo que acompaña la noticia a partir del 02:58). Para el malagueño Dani Rovira, lo que "más coraje" le da es que alguien pueda pensar que un andaluz "es por genética holgazán" e invita al que lo diga a "echar un día con los jornaleros del campo", precisa que lo que le molesta es que el estereotipo se utilice "para dañar", porque los tópicos están hechos para "reírse" y a él le hace "mucha gracia" uno que dice que "el traje regional andaluz es el pijama". El alavés Karra Elejalde dice que el tópico de ellos "más gordo", que "los vascos no follamos", no le molesta, "porque yo follo bastante"; mientras que el catalán Berto Romero coincide con Rovira en que lo que molesta es que alguien se tome el tópico como algo que define de verdad al aludido, "lo que convierte al que lo dice en un cretino". Y en el turno de los madrileños, para Carmen Machi lo peor es que dijeran que Madrid no es "hospitalaria"; Clara Lago se toma "a risa" que se les estereotipe como "chulos"; mientras que a Emilio Martínez-Lázaro le molesta "Esperanza Aguirre bailando el chotis" porque dice que los chulapos "son inventos de Arniches".