'Grandma', una lección de cine y de vida
- Paul Weitz dirige esta historia sobre una abuela y su nieta en busca de dinero para un aborto
- Lily Tomlin debería ser nominada al Oscar por su inolvidable interpretación
- La película se estrena este viernes, 20 de noviembre
Todos los años hay alguna película independiente que por su indiscutible calidad se cuela entre las favoritas a los Oscar (aunque luego el dólar mande y sólo consigan alguna estatuilla para el guión o alguno de sus actores). Este año esa deliciosa sorpresa es Grandma, la historia de una profesora universitaria jubilada, lesbiana y cascarrabias (Lily Tomlin) que acaba de romper con su última novia cuando su nieta, Sage (Julia Garner), con la que no mantiene demasiada relación, se presenta en su casa porque necesita urgentemente 600 dólares para abortar. Ambas pasarán el día intentando conseguir el dinero, visitando a viejos amigos y reavivando lazos familiares.
Una historia, con un guion impresionante, que trata sobre el amor y sobre las relaciones familiares y más concretamente las materno-filiales. Está dirigida y escrita por Paul Weitz (Un niño grande, American Pie) que consigue lo más difícil, que nos olvidemos de que estamos viendo una película para compartir la vida y los sentimientos de estas dos mujeres.
Aunque el aborto sea el desencadentante de la historia, no es lo más importante, los americanos ya lo han normalizado salvo algunos sectores ultraconservadores que están representados en una de las escenas más divertidas de la película. Lo importante es el amor y las relaciones familiares, que cada vez dejamos más en segundo plano debido al trabajo y a otras cosas incomprensibles.
De hecho, el tercer vértice de la historia, igual de importante, es la madre de la joven, Judy (Marcia Gay Harden), una directiva que sólo se preocupa por el trabajo, olvidando que cuidar de una hija adolescente no es sólo darle condones para que no se quede embarazada. Su aparición, trabajando en el ordenador de su oficina mientras camina en una cinta y da órdenes a su secretario, define perfectamente a este personaje que parece haber triunfado según los cánones norteamericanos, pero que corre el peligro de perder a su hija en el proceso.
La película también critica otros aspectos de la sociedad americana como la Sanidad (la protagonista está prácticamente arruinada tras haber costeado los tratamientos médicos de su pareja, que finalmente falleció).
Pero no penséis que con esos elementos la película es un drama. Es una brillante sátira emocionante y divertida, que también es un trozo de vida gracias a las espectaculares interpretaciones de sus protagonistas entre los que brilla poderosamente Lily Tomlin.
Lily Tomlin, una interpretación de Oscar
Lily Tomlin es una de las principales cómicas de América, ganadora de numerosos galardones, entre ellos siete Emmys de televisión y un Tony de teatro. En el cine debutó en 1976 con la película Nashville (Robert Altman), con la que consiguió una nominación al Oscar. Desde entonces ha intervenido en más de veinte filmes, entre los que destacan, entre otros, El gato conoce al asesino (Robert Benton, 1977), 9 to 5 (1980), Dos veces yo (Carl Reiner, 1984) y Té con Mussolini (1999).
Su papel de madura lesbiana cascarrabias que siempre dice lo que piensa, pese a quién pese, y que no ha superado la muerte de su pareja (negándose a sí misma la posibilidad de ser feliz y quedándose cada vez más sola), es uno de esos que nos hace reír y reflexionar a partes iguales. Verla en la pantalla es una auténtica gozada y para nosotros ya es una de las favoritas para los Oscars de este año.
Un reparto de lujo
Pero la actuación de Tomlin no sería tan espectacular si no estuviera arropada por Julia Garner, una joven conocida por su papel en la serie de espionaje The Americans y que ha aparecido en títulos como Good Kids, Sin City 2 y Electrick Chicken, aunque nos atrevemos a decir que esta película siginificará un antes y un después en su carrera. Y es que Julia nos presenta a una joven desvalida que no tiene a quién recurrir, pero a lo largo de la película su personaje va cobrando fuerza y al final de la historia demuestra un madurez que supera a las de su madre y su abuela.
Poco más que añadir a la fantástica interpretación de Marcia Gay Harden (Judy), una sólida actriz que nos ha regalado interpretaciones inolvidables en películas como Pollock (que le valió el Oscar a la mejor actriz de reparto) y Mystic River (con la que consiguió una nominación). y que aquí brilla en cada plano.
Judy Greer (Los descendientes, Tomorrowland) también está perfecta en su papel de última novia de la protagonista. Sale poco pero siempre en escenas fundamentales para la historia.
Y no podemos olvidarnos del único hombre importante en esta historia, al que interpreta el veterano Sam Elliot. Un personaje fundamental en el pasado de la protagonista al que recurrirá en última instancia, lo que nos permitirá conocer muchos de sus secretos.
Grandma es el mejor ejemplo de que para conseguir una gran película lo único que se necesita es un buen guion, unos estupendos actores y un gran director. Y a disfrutar.