Woody Allen, el genio en siete películas
- Natalio Grueso publica la biografía Woody Allen. El último genio
- Repasamos la filmografía del director neoyorquino junto a su amigo español
"Métase en una coctelera la obra de Chaplin y de los Hermanos Marx, la de Fellini, Buñuel, De Sica, Renoir y Bergman, la literatura de Tolstói, Chéjov, Dostoievsky y Flaubert, la música jazz de Nueva Orleans, los compositores clásicos y la ópera. Agítese bien y pásese el contenido por el tamiz del talento de Allen, y el resultado que obtendremos será una de las carreras más personales e interesantes de la cinematografía mundial". Esta es la fórmula Woody Allen, tan aparentemente sencilla como profundamente complicada de mezclar.
El próximo martes 1 de diciembre Woody Allen (Nueva York, 1935), uno de los maestros vivos del séptimo arte, cumple 80 años. Y, con motivo de este aniversario, Natalio Grueso, escritor, gestor cultural exdirector del Teatro Español y amigo íntimo del cineasta desde hace casi 20 años, ha escrito una particular biografía en la que nos descubre a la persona detrás del personaje, además de poner negro sobre blanco los ingredientes necesarios de esa fórmula maestra.
Junto con el autor de Woody Allen. El último genio (Plaza & Janés, 272 páginas, 19,90€), que sale a la venta este jueves, intentamos definir al genial cineasta en siete películas:
1- La rosa púrpura del Cairo (1985)
Para Grueso se trata de una de sus "grandes obras maestras" y la cinta con la que "prácticamente se consagró como uno de los grandes directores". Además, la película muestra una de las características más importantes del cine del director y guionista neoyorquino, la "creación de mundos de ficción, ensoñación y magia" con unos personajes deseosos de tener una vida real (Jeff Daniels), mientras que la gente de carne y hueso (Mia Farrow) anhela una vida de ficción.
"Yo mismo tuve una sensación parecida cuando conocí a Woody a mediados de los 90, porque lo conocía, como todos, a través de la pantalla y era un tipo icónico que no se dejaba ver en público. Ahora es más conocido, y va a festivales y da entrevistas, pero antes parecía un personaje de ficción, así que sentí que el cruzaba la pantalla y se convertía en una persona real", revela el amigo español de Allen.
2- Manhattan (1979)
Concentra otro de los elementos característicos de su cine, la ciudad de Nueva York: "No se puede entender a Woody Allen sin entender Nueva York, ni Nueva York sin entender a Allen, son casi inseparables", explica Grueso, quien también subraya la importancia de la fotografía -de Gordon Willis, en blanco y negro y "revolucionaria" en su momento-, de la que su protagonista, Mariel Hemingway, decía que "cada fotograma, es un cuadro". "Estéticamente es muy hermosa", afirma Grueso a RTVE.es.
Paradójicamente, a Woody Allen no quedó nada satisfecho con el resultado e incluso ofreció a la productora hacer otra película gratis a cambio de que esta se destruyera y "no se mostrara jamás". "Todavía hoy dice que no la ha vuelto a ver y que sigue pensando lo mismo, que la hubiera destruido", revela el autor.
3- Match point (2005)
Correspondiente a su etapa europea, se trata de otra de las "cumbres" de su carrera, en opinión de Natalio Grueso, que la elige como su cinta favorita de Allen, quien también la tiene entre sus preferidas. "Es una película mucho más profunda, ya no es una comedia, prácticamente no hay humor. Además, lo que cuenta es otra característica importante suya, la lucha social: cómo una persona desesperada por ascender en la escala social puede llegar a cometer cualquier tipo de barbaridad".
Match point también tiene algo "poco habitual" en el cine de Allen: escenas eróticas. "El encuentro de Scarlett Johansson y Jonathan Rhys Meyers en el campo de maíz bajo la lluvia es una de las escenas eróticas más potentes del cine".
4- Annie Hall (1977)
El filme que "consagró a Woody Allen internacionalmente", al ganar cuatro Oscar, incluidos mejor director y guionista, además de haber sido recientemente elegida por los guionistas americanos como "la comedia más divertida de la historia".
"Refleja otra de las características fundamentales de su cine: las relaciones de pareja. La relación que su personaje (Alvy Singer) establece con el de Diane Keaton (Annie Hall) se traduce en algunos de los momentos más sublimes y delirantes de la historia del cine, siempre con un sentido del humor muy profundo, y hablando de esa búsqueda y necesidad de luchar con la pareja y de buscar el amor", explica.
5- Zelig (1983)
El autor de Woody Allen. El último genio elige esta cinta por ser "muy diferente" dentro del más de medio centenar de títulos de su filmografía. "Es un falso documental cuyo protagonista, interpretado por Allen, se convierte casi en un camaleón capaz de transformarse en cualquier persona que está alrededor", indica Grueso.
Se trata también de una película "muy original" desde el punto de vista técnico porque introduce por primera vez en su cine efectos especiales que permiten que el actor pueda aparecer, por ejemplo, en medio de un discurso de Hitler, y también reúne la característica de la "ensoñación" para concluir que el cine "no deja de ser una linterna mágica que nos permite echar a volar la imaginación".
6- Midnight in Paris (2011)
Se trata de otra de sus "grandes obras" de su etapa más actual y muestra otro elemento definitorio del cine de Allen, la "decisiva y tremenda influencia" del cine y la cultura europeos en su trayectoria. En Midnight in Paris, el protagonista, Gil (Owen Wilson) es capaz de trasladarse, "magia nuevamente mediante", al París de los años 20 para encontrarse con todas las personas a las que Woody Allen como autor "más ha admirado", desde Picasso a Hemingway, pasando por Dalí y Cole Porter.
Encuadrada en su etapa europea, la cinta está producida con capital español (Mediapro), es una de las más exitosas de su carrera en cuanto a recaudación y critica, además de haberle dado a Allen su último Oscar como guionista -tiene otros dos en esta categoría, por Hannah y sus hermanas (1986) y la citada Annie Hall, premio de la Academia de Hollywood también como director-.
7- Sombras y niebla (1991)
Como cierre, otro filme diferente en la carrera del cineasta neoyorquino que supone "otro cambio de registro absoluto en su carrera", además de estar basado en una obra de teatro, otra cualidad de Allen, que es "habitual" que, cuando escribe, muchos de sus guiones puedan hacerse indistintamente en teatro o cine. Basada en el libreto de Muerte, está rodada íntegramente en interiores en un estudio enorme que se construyó en Queens ambientando una ciudad centroeuropea y está muy influenciada por la obra de Kafka en particular y la literatura europea en general.
La película también enlaza con el "amor y pasión" por la magia del cineasta, que, de hecho, hizo sus primeros pinitos como mago, recuerda Natalio Grueso, que añade que la frase final de Sombras y niebla "define a la perfección el cine de Allen", cuando un mago le dice a su personaje: "Todo el mundo necesita ilusiones, las necesita como el aire que respira".