David Lagercrantz: "Me encantaría despertar a Stieg Larsson para que viera su éxito"
- El escritor sueco, continuador de la saga, presenta en España Millennium 4
- "Si pudiera le preguntaría a Larsson por el desarrollo de Lisbeth Salanader", dice a RTVE.es
Con más de 80 millones de lectores en todo el mundo, la saga Millennium, protagonizada por Lisbeth Salander y Mikael Blomkvist, es uno de los fenómenos más exitosos de la literatura mundial, a la altura de los Harry Potter o las Cincuenta sombras de Grey, y culpable del auge de la novela negra nórdica. Su creador, el periodista sueco Stieg Larsson (1954-2004), ni siquiera pudo ver publicada la primera novela de su trilogía porque murió de un ataque al corazón a los 50 años.
El éxito fue tal que la editorial Norstedts decidió dar continuidad a la serie y, por decisión de los herederos de Larsson, se lo encargaron al también escritor y periodista sueco David Lagercrantz, quien presenta estos días en España Lo que no te mata te hace más fuerte (Millennium 4) (Destino, 656 páginas, 22,50€), que salió a la venta en agosto y va ya por la tercera edición. Ya están anunciadas una quinta y sexta parte para 2017 y 2019.
"Creo que Stieg Larsson sería tremendamente feliz [si pudiese ver el éxito de sus libros], pero no puedo especular en eso. Hay ciertos personajes que llegan a la fama de forma póstuma, como Van Gogh, Kafka y Larsson. Me encantaría despertarle y decirle: ¡mira, mira…! Eso sería muy bonito", explica Lagercrantz en una entrevista con RTVE.es.
Pero, ¿y si pudiese despertarle y hacerle una pregunta, cuál sería? "Creó que le preguntaría sobre el desarrollo del personaje de Lisbeth", asegura el novelista de 53 años tras dudar solo un instante, tras lo que añade que Larsson la creó a partir del personaje de Pipi Calzaslargas, al preguntarse qué pasaría con un personaje como el de Pipi si fuera una adulta. "Creo que también buscó otra explicación para ella en los cómics de Marvel, porque su hermano me ha dicho que él y Stieg leían esos cómics. Pero cuando creas un personaje, y eso es lo interesante, hay influencias de tantos sitios que ni tú mismo conoces, que a lo mejor ni siquiera él lo sabía".
"Muerto de miedo" ante la acogida
Como han pasado ya tres meses de su lanzamiento mundial, el novelista sueco reconoce que la "locura" mediática que le ha rodeado en este tiempo se ha convertido "en algo normal" en su vida, aunque a veces tiene que preguntarse si es realmente él el que está viviéndolo todo.
Lagercrantz, que empezó como periodista de sucesos y que como escritor ya era conocido en Suecia por biografías como la del futbolista Zlatan Ibrahimović, ha vivido dos grandes momentos de pánico en este tiempo: Primero cuando hace dos años le encargaron coger el testigo de la saga -"me despertaba a las cuatro de la madrugada pensando en ello"- y el segundo al publicarse Lo que no te mata te hace más fuerte.
"Estaba muerto de miedo. Teníamos noticias de traductores y editores en el mundo de que estaban muy satisfechos y contentos con el libro, así que teníamos muchas esperanzas, pero podíamos olfatear también en Suecia una especie de sed de sangre, de matarnos, de destrozarnos… Las primeras críticas llegaron al cabo de unas cuantas horas y eran muy severas, pero luego llegaron New York Times, Guardian, Le Monde… y todo cambió", confiesa el autor.
Escribir alejado de los hackers
Para escribir esta nueva entrega de las aventuras de Salander y Blomkvist, que se ven envueltos en una trama de espionaje industrial y tráfico de información reservada, con el servicio de inteligencia norteamericano también de por medio, Lagercrantz se vio transportado a este mismo mundo por 'obligaciones del guion'. Para evitar filtraciones de la novela, el autor tuvo que escribirla en un ordenador sin conexión a internet, sin poder mandar nada por correo electrónico, y los traductores tampoco podían trabajar on line ni con usbs o documentos en pdf, todo en papel a la antigua usanza.
"Creo que eso fue bueno para mí en cierto sentido porque me movía en el mismo mundo sobre el que escribía, de hackers informáticos que te vigilan y que te pueden piratear el ordenador, así que quizás eso ayudó a mi imaginación", afirma.
A la hora de escribir la trama, Lagercrantz no tuvo acceso a las notas que Stieg Larsson supuestamente dejó para continuar la saga -"creo que nadie los ha visto, aparte de su pareja" [la viuda de Larsson no pudo heredar porque no estaban casados y se ha enfrentado con el padre y el hermano de Stieg por la gestión del legado]-, por lo que tiró de "ciertos hilos argumentales" de los libros ya publicados que apuntaban a otras historias futuras.
También tenía claro que no debía copiar el estilo de Larsson. Y, aunque sí trató de imitar algunas cuestiones narrativas como el uso del suspense al final de los capítulos, Lagercrantz ha utilizado su propia prosa, "pero no la literaria, sino la periodística" y, en definitiva, solo ha tratado de "escribir lo mejor que podía".
El autor reconoce que encontró cierta dificultad al desarrollar el personaje de Lisbeth Salander, pese a que "engañosamente" creyó que sería fácil al tratarse de una figura muy extrema. Todo fue más sencillo con el de Mikael Blomkvist, con el que se siente "identificado" como periodista: "Es el tipo de persona que a mí me gustaría ser, con grandes valores, luchando por buenas causas y un apasionado cuando le llega a las manos una buena historia".
"Larsson no era nadie"
Como es evidente, el novelista no revela nada respecto a la quinta entrega, pero sí que ya tiene "una buena intriga" para ella. "Sí puedo adelantar que Lisbeth se enfrentará a ciertos problemas", dice entre risas.
Lagercrantz cree que escribir Millennium 5 será "mas fácil" porque ya ha "conquistado" a los personajes. No obstante, es cauto y prefiere huir de la sensación de que será más sencillo: "Es necesario sentir el viejo pánico creativo porque si te sientes demasiado cómodo y confiado, probablemente no saldrá bien. Y ya empiezo a sentirlo".
El escritor no podrá preguntar cómo desarrollar el personaje de Lisbeth a Sieg Larsson, al que no solo no conoció personalmente, sino que ni siquiera supo de su existencia pese a ser ambos periodistas casi de la misma quinta.
"Lo triste es que muy poca gente le conocía, quizás porque, aunque hoy en día el racismo y la intolerancia son problemas enormes de los que se habla mucho, en su época no. Pero creo que él lo vio venir. Y su revista [Expo] fue muy pequeñita, siempre estaba bajo amenaza, y escribió bajo pseudónimo, así que no tenía ni idea de que él existía. Y eso también ocurrió en la primera editorial a la que acudió con la trilogía, que ni siquiera leyó las novelas. Ahora es famoso mundialmente pero entonces no era nadie".