Océanos saludables para luchar contra el cambio climático
- La Cumbre del Clima de París aborda las problemáticas de océano y clima
- La COP21 quiere definir un plan estratégico para evitar su deterioro
- Entre otras muchas misiones fundamentales, los mares regulan el clima
Los océanos ocupan el 70% de la superficie del planeta y su influencia es fundamental para la vida de los seres humanos. Regulan el clima, alimentan a miles de millones de personas, producen oxígeno, proporcionan recursos de todo tipo... Por ello, una parte muy importante de la Cumbre del Clima que se celebra en París (COP21) se está centrando en la problemática de los océanos derivada del cambio climático, destacando especialmente la necesidad de proteger la calidad del agua, reducir la contaminación y acabar con la sobreexplotación.
"Suscribo completamente el lema Unos océanos sanos, un planeta sano", asegura Carlos García Soto, investigador del Instituto Español de Oceanografía (IEO), quien ha asistido en la capital francesa a las Jornadas de Océano y Clima. "El hombre está íntimamente relacionado con los océanos, y es imprescindible que los proteja".
"En esta protección puede ser muy importante la financiación privada. Hay que aprovechar las oportunidades que genera la conversión de una economía dependiente de combustibles fósiles a una basada en energías renovables", agrega. "No hay que ver esto solo como un gran problema, sino también como una oportunidad para las economías".
Entre los principales desafíos a los que se enfrentan los mares del planeta están "el incremento de la temperatura marina, la elevación del nivel del mar, el deshielo de los polos, la acidificación, la reducción en la capacidad oceánica para retirar CO2 de la atmósfera"... "Sin olvidar el blanqueamiento de los corales o el efecto del cambio climático en las pesquerías, que ha sido uno de los temas que se ha tratado en las reuniones de París".
Plan estratégico de cinco años
La Cumbre de París se ha fijado, entre otros grandes objetivos, definir un plan estratégico de cinco años para tratar de luchar contra estos problemas. "Hay grandes elementos que pueden y deben formar parte de este plan, -explica García Soto-, primeramente las medidas de adaptación a los impactos (por ejemplo a la subida del nivel del mar que afecta muy especialmente a los estados-isla del Pacífico) y la financiación para esta adaptación".
"En segundo lugar, las medidas de mitigación o reducción del CO2 del propio océano o del uso que hacemos de él. Esto incluirá que sean impulsadas las energías renovables basadas en el viento, olas o mareas. Y el propio transporte marítimo que deberá avanzar hacia una mayor eficiencia", continúa.
"Y en tercer lugar, el plan deberá incluir de forma muy importante la creación de capacidades de investigación oceánica para los países que no dispongan de ella. Abordar la mejora de la capacidad de observación de los impactos del cambio climático en los océanos, así como contemplar los aspectos de educación, participación social y ciencia ciudadana. La postura del Instituto Español de Oceanografía será de respaldo a estas iniciativas".
Corales y manglares
Entre los principales afectados por el cambio climático están los corales y los manglares. Diversas organizaciones ecologistas han destacado el fenómeno destructivo del blanqueamiento de los corales, estrechamente relacionado con el calentamiento de la atmósfera. Se espera que afecte al 38% de los arrecifes del planeta, y que mueran 12.000 kilómetros cuadrados de estos arrecifes, según datos del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, por sus siglas en inglés).
Según estimaciones que maneja esta organización, si continúa el ritmo actual de calentamiento, en 2050 habrán desaparecido todos los arrecifes de coral del océano. Sería una pérdida irreparable, puesto que estos animales son vitales para la reproducción y supervivencia de al menos una cuarta parte de las especies marinas; sin contar con la protección natural que ejercen sobre las costas.
En cuanto a los manglares, Carlos García Soto explica que "no menos relevante es su destrucción masiva, algo que también está centrando la atención de varias organizaciones ecologistas. Estos ecosistemas costeros tienen la capacidad de almacenar más carbono que muchos bosques tropicales. Los manglares del globo se han reducido a la mitad en el último medio siglo".
La COP21 pretende sentar las bases definitivas en la lucha contra uno de los mayores retos que afronta la humanidad: el calentamiento global. Y una parte muy importante de esta batalla se libra en los océanos. "La actitud que hay que tener ante la problemática del cambio climático y sus impactos en general es estar preparado para lo peor y esperar lo mejor", concluye García Soto.