Los países europeos garantizarán la financiación para liquidar bancos mientras se forma el fondo común de resolución
- Esa financiación-puente se aportará con una línea de crédito por cada país
- Dicen que no afectará a las cuentas públicas porque la banca devolverá lo prestado
Los países de la UE que participan en la Unión Bancaria se han comprometido este martes a garantizar la financiación necesaria para eventuales liquidaciones de entidades bancarias mientras dure el proceso de constitución del fondo común de resolución bancaria, creado específicamente para afrontar esas quiebras.
Con esta denominada financiación-puente se busca cubrir el período que va desde que ese fondo empiece a estar operativo -el próximo 1 de enero- hasta que todas las aportaciones realizadas por los bancos de cada país al correspondiente compartimento nacional estén totalmente mutualizadas, algo previsto para 2025.
En una declaración firmada en Bruselas por los ministros de Finanzas de los Estados participantes, cada país se compromete a establecer a partir del año que viene un acuerdo crediticio con el Consejo Común de Resolución que mantenga abierta una línea de crédito individual. El objetivo de ese mecanismo es respaldar la cantidad asignada a su compartimento nacional en el caso de que se produjeran quiebras en ese país durante el período de formación del fondo común y la cantidad disponible en ese momento no bastara para financiarlas.
Desde este año, los sistemas bancarios de cada país aportan anualmente una cantidad determinada -fijada por la Comisión Europea en 2014- al compartimento nacional incluido en el fondo común de resolución. Esas aportaciones se irán mutualizando de forma gradual y el objetivo es que, al final del proceso de constitución en 2025, el fondo sume 55.000 millones de euros mutualizados por completo.
Sin impacto a medio plazo en las cuentas públicas
Según el comunicado emitido este martes, las líneas de crédito abiertas por los Estados no tendrán impacto fiscal, es decir, no afectarán a las cuentas públicas de cada país en el medio plazo, ya que el conjunto de la banca de cada uno de ellos deberá pagar las cantidades desembolsadas dentro de ese préstamo.
Además, esas líneas crediticias se activarán como último recurso en caso de liquidación de una entidad, después de aplicar el rescate interno (bail-in).
Además, los ministros señalan que durante el período de constitución del fondo común también se irá definiendo un cortafuegos conjunto que debería estar listo para empezar a funcionar en 2025.
Aunque el comunicado no especifica detalles sobre cómo será ese mecanismo de seguridad -que debería activarse si el fondo de resolución se queda corto-, sí indica que no deberá tener impacto fiscal a medio plazo y que tendrá que asegurar un trato igual para todos los países de la Unión Bancaria.