Cleopatra, la fascinación que no cesa por la última reina de Egipto
- Una gran exposicion en el Canal de Madrid recrea su mítica leyenda
- Son pocos los datos ciertos que se conocen sobre Cleopatra
- Viaja en el tiempo con las imágenes de la muestra de la reina de Egipto
Culta, refinada, trágica, astuta política o sensual femme fatal. Son las múltiples caras que han calado en el imaginario colectivo sobre la mítica Cleopatra VII, la última reina del Nilo.
Aunque su capacidad de fascinación permanece inalterable a través del tiempo, lo cierto es que muy poco se sabe en realidad sobre cómo vivió y murió la poderosa dirigente, o acerca de la arrolladora personalidad que se le atribuye. Medias verdades y claroscuros que han contribuido a alimentar un mito que no cesa.
La imagen de la “faraona” de la dinastía ptolomeica, es una de las más deformadas a través de la Historia, en parte, porque la información que circulaba sobre ella era transmitida por sus enemigos por lo que se pone en duda su veracidad.
Sí se sabe con certeza que fue una gobernante excepcional, hablaba hasta siete lenguas diferentes, y regía con mano firme Alejandría, en aquellos momentos capital cultural del mundo. Fue también una habilidosa estadista, habituada a negociar de igual a igual en un mundo de hombres en una época especialmente convulsa.
“El mundo romano casi la vio como una maga que encantaba a la gente y que hacía con ellos lo que quería. También a veces se ha abusado de su sensualidad, porque se presuponía que si era tan atractiva tenía que ser muy sensual, y eso no lo sabemos con precisión. Como los datos son muy pocos, lo que conocemos de la vida de Cleopatra es en gran medida por la recreación que han hecho los mejores literatos y artistas”, señala Martín Almagro, comisario de “Cleopatra y la fascinación de Egipto”, la muestra histórica que recorre la leyenda en el Centro de Exposiciones Arte Canal de Isabel II de Madrid. (Hasta el 8 de mayo de 2016).
Soberana, estadista, amante
La amplia exposición contiene más de 400 piezas arqueológicas procedentes de 80 museos y colecciones nacionales e internacionales, con la intención de que cada espectador reconstruya la fabulosa figura de Cleopatra a su manera, a falta de certezas.
En la exhibición hay decenas de representaciones del físico de Cleopatra a la que se achacaba una excepcional belleza. Otro tópico que se desvanece. Algunas fuentes lo ponen en duda y directamente le atribuyen rasgos como una nariz aguileña o cierta gordura.
Una tesis reforzada por este fragmento de Vida de Antonio 27, que centraba los mimbres de su atractivo en su cultura y refinamiento:
“Se dice que su belleza no era tal que deslumbrase o dejase fascinados a quienes la veían, pero su atractivo era irresistible y su figura, favorecida por la gracia de su palabra y su conversación, impresionaba profundamente a quienes la oían”.
La muestra de Madrid reivindica la faceta más política de la regente del Nilo, que gobernó un reino en solitario en un tiempo muy complejo, por encima de su cara más frívola y superficial basada en su, por otro lado, ajetreada vida amorosa. Una imagen de voraz devora hombres, que sobre todo el séptimo arte se ha encargado de agrandar.
El arte agranda la leyenda
Precisamente, el cine ocupa un lugar prevalente en la exposición donde se puede disfrutar en vivo de varios de los trajes de la Cleopatra de Joseph L.Mankiewicz (1963), ganadora de cuatro oscar y protagonizada por Elisabeth Taylor y Richard Burton.
La superproducción, que recrea los amores entre Cleopatra y Marco Antonio, ostentó durante treinta años el marchamo de filme más caro de la historia con un gasto exorbitante de 44 millones de dólares.
La selección del Canal propone un viaje arqueológico de más de 3.000 años de antigüedad que nos sumerge en un mundo enigmático y fascinante, que cuenta con el apoyo de varios audiovisuales que bucean en la historia de Alejandría.
La selección cuenta con piezas excepcionales como un sarcófago antropomorfo de principios del siglo IV a.c. procedente del Museo de Antropología de la Universidad de Padua o un retrato de Cleopatra de John William Waterhouse, de 1887 de colección privada; o la cabeza retrato de Cleopatra VII, de mitad del siglo I a.c, cedida por el parisino Museo de Louvre.
El visitante también puede introducirse un poco más en el antiguo Egipto a través de una reproducción ilustrada del interior del Templo de Debod, con el que los madrileños están muy familiarizados.
En esta aventura a través de la Historia, también cabe destacar la obra de arte La muerte de Cleopatra de Giovanni Pietro Rizzoli, que encarna la influencia de la última reina de Egipto en el mundo de la pintura.
En la mayor parte de las obras pictóricas se refleja el momento de la muerte de Cleopatra bajo el veneno de una serpiente áspid. Un dato que tampoco está contrastado pero lo suficientemente trágico para estar a la altura de su inagotable leyenda.