La Cumbre del Clima redacta un nuevo borrador en el que desaparece la vinculación legal
- Se cumple así con el deseo de Estados Unidos, India o China
- La finalidad de esta medida es impulsar el consenso para llegar a un acuerdo
- Quedan aún grandes debates como quién paga la mitigación y adaptación
Las negociaciones para alcanzar un pacto universal contra el calentamiento en la Cumbre del Clima (COP21) de París han recibido un impulso con la presentación por parte de los ministros de un borrador más conciso, que aún con frentes abiertos, "está más cercano al acuerdo", según fuentes consultadas por Efe.
El nuevo documento, presentado por el presidente de la COP21, el ministro francés de Exteriores, Laurent Fabius, se ha simplificado en 29 páginas respecto a las 48 anteriores, de las que 14 forman parte del acuerdo en sí y 15 de una decisión que lo desarrolla.
En este texto, el futuro acuerdo climático adopta ya la forma legal perseguida por potencias como Estados Unidos, India o China, que han logrado eliminar un artículo, el 17, que hacía referencia a que los compromisos de reducción de emisiones presentados por los países fueran legalmente vinculantes.
Para conseguir que las 186 contribuciones nacionales de lucha contra el calentamiento se cumplan sin que sean legalmente vinculantes, el texto prevé la fórmula planteada por Estados Unidos: un mecanismo de revisión de los compromisos al detalle y transparente, que sí sería jurídicamente vinculante.
Además, los países expresan también su voluntad de revisar esas contribuciones nacionales "al alza", y se emplazan a celebrar una conferencia en 2018 o 2019 a tal efecto, con el objetivo de que sus compromisos de reducción de emisiones puedan actualizarse en 2020 o 2021.
El acuerdo "aún no está asegurado"
No obstante, el presidente de la cumbre subrayó que ni es el texto final ni el acuerdo está asegurado, ya que los principales conflictos con los que arrancó la negociación están más suavizados pero "no resueltos".
La mayoría de los 367 paréntesis con los que cuenta el nuevo texto, según los expertos que los han contado, se sitúan en torno a dos cuestiones problemáticas: quién paga la mitigación y la adaptación al cambio climático en los países con menos recursos, y para quién es obligatorio cumplir los compromisos de reducción de emisiones ya planteados para el acuerdo.
Ambas cuestiones afectan a lo que en la jerga de las negociaciones se denomina "la diferenciación" entre países desarrollados y en desarrollo, con la que nació la convención marco de cambio climático, y que la mayoría de los integrantes de este último grupo de países quieren mantener, frente al deseo de los países ricos de "diluirla".
El borrador sigue dejando abierto si los países se marcan como objetivo que la temperatura no suba más de 2 grados o más de 1,5 grados, o una fórmula mixta que suscriben ya 120 países: que no suba más de 2 pero reconociendo que lo ideal sería que no aumentara más de 1,5. A las dos últimas opciones se oponen rotundamente los países petroleros. Y se ha descartado regular las emisiones de la aviación y el transporte marítimo.
"Nuestro mensaje sobre el texto es claro: no es lo suficientemente contundente y necesitamos presionar a favor de la ambición", afirmó el comisario europeo de Acción por el Clima y Energía, Miguel Arias Cañete.
"Hay muchas cosas abiertas importantes encima de la mesa, pero creo que lo importante es que al final logremos ese consenso y este significa, ni más ni menos, que unanimidad, que nadie se oponga al texto", dijo la ministra española de Agricultura, Alimentación y Medioambiente, Isabel García Tejerina.
La ex secretaria de Estado de Cambio Climático española, y miembro de la delegación francesa, Teresa Ribera, opinó que "el nuevo documento es un termómetro para saber cuáles son los puntos de desencuentro más duros, pero sin duda es un texto más simplificado que nos sitúa en el camino del acuerdo".
"Alianza" por un pacto "ambicioso"
Pese a los desencuentros, el reflejo de que los países están "determinados a tener éxito en París" como dijo al comienzo del día el secretario de Estado de Estados Unidos, John Kerry, se materializó con el anuncio de este país, la UE, México, Colombia y varias decenas de países de una "alianza" a favor de sellar un pacto "ambicioso" el viernes.
Para dejar constancia de su voluntad, Kerry anunció que su país duplicará la financiación a la adaptación climática en los países más vulnerables hasta los cerca de 900 millones de dólares.
Por su parte, las organizaciones ecologistas creen que en el acuerdo está todavía "lo bueno, lo malo y lo peor" y que habrá que trabajar duro en las próximas horas para que los países petroleros "no tiren hacia lo peor", apuntó Kaisa Kosonen, portavoz de Greenpeace.
En la misma línea, el representante de Equo en la Eurocámara, Florent Marcellesi, consideró que "los cambios no van por buen camino, y es peligroso que estén desapareciendo los artículos que hacía referencia a la defensa de los derechos humanos".