'Palmeras en la nieve': lo que Guinea se llevó
- Se estrena la película basada en la novela de Luz Gabás
- Una superproducción romántica con el trasfondo de la presencia española en Guinea Ecuatorial
- RTVE.es entrevista a Mario Casas, Adriana Ugarte, Berta Vázquez y Macarena García
La historia de los colonos españoles en Guinea Ecuatorial era un nicho de ficción prácticamente vacío. Hasta que la novela Palmeras en la nieve, de Luz Gabás, se publicó en 2012. Casi medio millón de lectores después, llega el turno de su adaptación cinematográfica que se estrena el 25 de diciembre. Dirigida por Fernando González Molina, es una de las grandes apuestas del cine español de 2015, aunque las nominaciones a los Goya rebajaron sus expectativas con cinco candidaturas técnicas (Mejor canción original, Mejor dirección de producción, Mejor dirección artística y Mejor maquillaje y peluquería).
Luz Gabás indagaba en la novela en el pasado de su padre, emigrante en los años 50 en la isla de Fernando Poo (una de las provincias españolas de ultramar). Y con ese trasfondo hilaba una historia romántica de muchos personajes que en pantalla interpretan Mario Casas, Adriana Ugarte, Macarena García, Alain Hernández, Berta Vázquez, Emilio Gutiérrez Caba y Daniel Grao.
Casas, que ha protagonizado las tres películas anteriores de Fernando González Molina (Fuga de cerebros, Tres metros sobre el cielo y Tengo ganas de ti), es Killian. “Es un chaval que vive en Huesca en las montañas y no conoce nada más. Su padre y su hermano viven en Guinea y le han contado historias del paraíso, las playas y la selva", dice el actor. "La historia, ya en el libro, es de unas magnitudes bestiales. Es una película épica, de cine clásico, de las que no se hacen en España".
La mirada de Gabás es Clarence, el personaje interprtado por Adriana Ugarte: la hija que descubre el diario de su padre cuando vivía en Guinea Ecuatorial. La exuberancia de la naturaleza tiene su eco en un despertar a la sensualiadad de los personajes. “No conocía las emigraciones españolas a Guinea y no sabía que muchos se vieron obligados a dejar atrás una vida plena”, reconoce la actriz.
Aunque Palmeras en la nieve no sea una película política, la denuncia de la explotación colonial y el retrato del proceso de emancipación que culminó en la independencia de la metrópoli española en 1964, forman las fuerzas externas que zarandean a los personajes. “Es importante conocer ese momento de la historia y conocer la barbarie de la que hemos sido protagonistas”, dice Ugarte.
Rodada en Canarias y Colombia, la producción recreó en decorados una plantación de cacao de colonos. Con un presupuesto cercano a 10 millones de euros, es el mayor esfuerzo de producción de una película española (rodada en español) desde Alatriste.
“Entiendo el cine como un espectáculo emocional y visual”, dice el director. “Y la película conecta como el cine que me gusta. Aunque no trabajo con referentes, está cerca de Memorias de África, Expiación, y con todo el respeto y la distancia, David Lean. Es decir, películas que trasladan a una parte de la historia que desconocían”.
Berta Vázquez interpreta a una bubi (una de las etnias minoritarias) que vivirá el romance imposible con Killian. “Es una de los mujeres que tenía que hacer lo que se dictaba en esa época: servir a la familia, casarse con el hombre que sus padres elijan”, dice la joven actriz. “Cuando Killian se pone por delante, su vida y anhelos de libertad comienzan a tener sentido. Aparte de eso, lo que cuenta es que la política, la sociedad y las leyes, impactan en la vida de la gente de manera muy dramática, provocando muchas desgracias a gente que no lo merece”.
Luz Gabás bromea con el éxito de su historia. “Cuando la escribía hacía un cálculo: si fueron 40.000 personas a Guinea Ecuatorial, multiplicamos por cinco personas a las que le contaron las batallitas y tenemos 200.000 personas interesadas”. Gaban ha colaborado en el guion y ahora su universo está encapsulado en la película “Es preciosa, porque es una película muy completa. Tiene la esencia de la novela, es absurdo comparar. Pero me cuesta encontrar algo que falte”.