Los dos gobiernos rivales de Libia firman un nuevo acuerdo de unidad nacional impulsado por la ONU
- Quieren lograr la paz en un país desgarrado por la guerra y el Estado Islámico
- El nuevo gobierno deberá ahora redactar una nueva Constitución para el país
- Margallo dice que este problema es el "número uno" en la agenda de España
Los representantes de los dos gobiernos libios enfrentados hasta ahora han firmado en Sjirat (Marruecos) el acuerdo por el que se establecerá un gobierno de unidad nacional. La nueva alianza, que prevé un gobierno en Libia con un presidente, dos vicepresidentes y seis miembros más, fue alcanzado tras negociaciones que concluyeron esta misma mañana.
La firma contó con la presencia de los ministros de Asuntos Exteriores de España, Italia, Turquía, Catar, Túnez y Marruecos, una muestra del apoyo que la comunidad internacional ha ofrecido a este momento calificado de "histórico".
Este gobierno de unidad nacional, que tendrá como uno de sus vicepresidentes al polémico Salah Majzún, deberá presentar un texto de una nueva Constitución, que será votada en referéndum por los libios.
Los representantes de los parlamentos enfrentados de Tobruk y de Trípoli, además de miembros de la sociedad civil y de las ciudades presentes en el acto, prorrumpieron en aclamaciones de "Libia, Libia, Libia" en el momento de la firma.
Todos los ministros que intervinieron en el acto, así como el representante de la ONU para Libia, el alemán Martin Kobler, coincidieron en que es un primer paso que necesitará numerosas "concesiones y compromisos".
Problema "número uno" para España
El ministro español de Exteriores, José Manuel García-Margallo, ha defendido el acuerdo en Libia como "la única solución posible", y ha asegurado que ese conflicto "ocupa el lugar número uno en la agenda" de España al estar "frente a casa" y afectar a la seguridad, a la inmigración y a la economía.
García-Margallo ha hecho estas declaraciones a los periodistas en la ciudad marroquí de Sjirat, donde los dos gobiernos rivales de Libia firmaron el acuerdo político, el tercero en un año, para intentar lograr una autoridad única en un país desgarrado por los enfrentamientos de grupos rivales y donde el Estado Islámico (EI o Dáesh) avanza.
"Esperemos que este sea el primer paso de un proceso que debe culminar en el reconocimiento de un gobierno que sea capaz de enderezar la situación, fundamentalmente en tres cosas: controlar a Dáesh, controlar la inmigración ilegal y poner en marcha un proceso económico que se ha detenido", ha agregado el ministro.
Ha insistido en que España es "muy consciente de la gravedad del conflicto y del peligro que supone tener a Dáesh en las puertas de Europa", y ha expresado su convicción de que hay que terminar con esta organización yihadista en Libia "antes de que sea demasiado tarde". En este sentido, ha explicado que en Siria e Irak no se ha atajado a Dáesh cuando se podía hacer y el problema "se ha enquistado".
Para España, ha insistido García-Margallo, es "probablemente el conflicto más importante" porque afecta a la seguridad, a la inmigración ilegal y a los intereses económicos españoles ya que, recordó, Repsol "era una compañía importante en este país".
Lucha contra el Daesh
Con ese paraguas de la ONU, ha dicho García-Margallo, el gobierno "podrá empezar a intentar controlar la situación, a luchar contra Daesh, a ayudar a controlar la inmigración y a poner en marcha una economía que está devastada en este momento".
"La producción de petróleo ha caído a mínimos históricos insuficientes para atender la propia producción de Libia y está afectando al nivel de reservas del país en el extranjero. Está habiendo que echar mano de las reservas que se difuminan en el tiempo", ha agregado el jefe de la diplomacia española.
Aunque dijo que se trata de "un proceso muy complicado" de un conflicto que dura ya cuatro años, el ministro resaltó que "es la primera vez que se atisba un principio de solución".
"Hasta ahora los libios no han sido capaces de formar un único gobierno que fuese el único interlocutor de la comunidad internacional", ha subrayado, antes de añadir que este conflicto lo tienen que solucionar sus ciudadanos "y mal lo pueden solucionar si tienen dos parlamentos y dos gobiernos enfrentados".
Acerca del papel de las milicias, el ministro ha señalado que uno de los principales problemas es garantizar la seguridad del gobierno de unidad nacional en Trípoli que salga de este acuerdo y destacó que las de Misrata parecen "dispuestas a colaborar". "Se trata por tanto de controlar las milicias que no están de acuerdo con esta firma, que es la única solución para Libia", ha agregado.
Guerra civil y caos
Libia es un estado víctima del caos y la guerra civil, desde que en 2011 la comunidad internacional apoyara militarmente el levantamiento rebelde contra la dictadura de Muamar al Gadafi.
Desde entonces, el poder ha estado divido entre dos gobiernos, uno en Trípoli y otro en Tobruk, éste último reconocido por la comunicad internacional, en lucha por el control territorial apoyados por señores de la guerra, mafias de tráfico de armas y personas y diferentes tipos de milicias.
Del enfrentamiento y el vacío de poder se aprovechan bandas armadas afines al grupo yihadista Estado Islámico, que junto a la Organización de Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI) han ampliado su influencia en el país y en todo el norte de África.