Cierra la última mina de carbón subterránea del Reino Unido
- La mina de Kellingley cierra tras cincuenta años de producción
- Los mineros recibirán una indemnización equivalente al sueldo de 12 semanas
La mina de carbón subterránea de Kellingley, situada en el condado de North Yorkshire en el norte de Inglaterra, ha cerrado sus puertas tras cincuenta años de producción, con lo que se pone fin a este tipo de minería en el Reino Unido.
"Es un día muy triste para el país y para el sector minero", ha declarado el secretario general del Sindicato Nacional de Mineros (NUM por sus siglas en inglés), Chris Kitchen.
Los 450 mineros que trabajaban en el pozo, tras realizar su último turno de trabajo a 800 metros de profundidad, han dejado su puesto de trabajo y recibirán una indemnización equivalente al sueldo de doce semanas.
Por su parte, el Consejo de Administración de UK Coal, propietaria de la mina y encargada de su desmantelamiento, ha reconocido que "este es un momento histórico, pero también un momento que tendrá un gran impacto en quienes trabajan en Kellingley y sus familias". "Nosotros, como todos en el Reino Unido, tenemos un gran deuda de gratitud para aquellos que han ayudado a hacer funcionar este país durante décadas", ha señalado.
Kellingley comenzó su producción en 1965 y su cierre completa un proceso de clausura de dos años que ya se aplicó a otras minas de carbón subterráneas del país.
A finales de la segunda Guerra Mundial, había en el Reino Unido casi un millar de minas que daban empleo a un millón de trabajadores, siendo el sector, en manos del Estado, uno de los principales motores económicos y laborales del país. Una cifra que bajó hasta 4.000 trabajadores en 2014.
La histórica huelga de mineros de 1984, en la que participaron hasta 142.000 trabajadores a lo largo de todo un año, no impidió que la primera ministra Margaret Thatcher (1979-90) cerrara pozos y privatizara la industria, que en años posteriores se ha ido deteriorando por el descenso de la demanda e inquietudes medioambientales.