'Co-mix', la imaginación sin límites de Art Spiegelman, el autor de 'Maus'
- Un libro repasa la obra de este artista que ha llevado el cómic a territorios inexplorados
- Spiegelman también ha dejado su impronta en la ilustración, el arte e incluso los cromos
Solo por Maus (Reservoir Books), el único cómic que ha ganado un premio Pulitzer, Art Spiegelman (Estocolmo, 1948) sería considerado uno de los nombres más importantes de la historia del cómic, ya que con esa obra logró que la novela gráfica fuera considerada como un género legítimo, además de inspirar a numerosos dibujantes de todo el mundo. Pero aunque Maus sea una de las más importantes del Siglo XX, es sólo la punta del iceberg de un creador que ha dedicado toda su vida a buscar nuevos caminos para el cómic y la ilustración.
En 2011 recibió el Grand Prix en el Festival de Comics Internacional de Anguleme, lo que sirvió de excusa para realizar una gran exposición sobre su trabajo que se ha expuesto en sitios como el Centro Pompidou de París, El Museo Judío de Nueva York, Alemania, o Canadá. Un repaso general a la carrera de este legendario dibujante que muestra por primera vez la gran variedad de su producción tras más de medio siglo de experimentación sin tregua. Y que ahora se recoge en el imprescindible libro Co-mix: Una retrospectiva de cómics, dibujos y bocetos (Reservoir Books).
Sin duda uno de los libros más importantes de este año que nos permite seguir la evolución de un artista que se ha atrevido con cualquier desafío que le han propuesto, desde diseñar libros y revistas, cómics, cromos de chicles, litografías e incluso ha colaborado con la danza moderna, demostrando que las bellas artes tienen cabida en cualquier aspecto de la vida. Y lo más importante, también ha promocionado a jóvenes artistas a través de su revista Raw (1980-1991) punta de lanza del cómic alternativo de la época y que permitió que muchos cómics europeos llegasen a EE.UU.
Una vida dedicada al arte
Este estupendo libro, de gran formato, nos permite apreciar la evolución, o más bien el ansia de experimentación de Spiegelman, desde sus inicios en el movimiento del Comix Underground, cuando publicó sus primeros dibujos bajo el seudónimo de Skeer Grant, hasta su triunfo como ilustrador y dibujante cuyas obras se han visto en los grandes museos de arte del mundo.
Spiegelman, consciente de sus limitaciones como dibujante, siempre juega en sus dibujos con el diseño, consiguiendo una mezcla realmente única que, unida a su conocimiento de los cómics, la ilustración y el arte, le ha llevado a crear un estilo propio que ha influido a toda una generación de artistas. Un estilo que mezcla sin prejuicios cualquier cosa que le llame la atención, desde las tiras cómicas hasta los dibujos arquitectónicos o incluso los libritos pornográficos de principios del Siglo XX conocidos como "Biblias de Tijuana".
Entre esos primeros trabajos underground de Spiegelman nos encontramos el primer cómic que dibujó, The cop and the drunk, con sólo doce años, o sus primeras tiras cómicas. Una agencia le ofreció publicarlas pero al autor le horrorizaba comprometerse con una entrega diaria, lo que le habría garantizado una carrera más comercial pero nos habría privado de sus descubrimientos estilísticos, artisticos y argumentales.
'La Pandilla Basura'
Todo el mundo conoce a La Pandilla Basura, una serie de cromos que se hizo muy popular en los años 80 y cuyos protagonistas incluso protagonizaron su propia película de Hollywood, pero pocos saben que se trata de otra idea de Art Spiegelman.
Cuando apenas tenía 15 años, el dibujante conoció a Woody Gelman, director creativo de una empresa de chicles para la que no ha dejado de trabajar desde entonces diseñando cromos y pegatinas que compartían el espíritu subversivo de la revista Mad y los cómics underground. El mayor éxito de Spiegelman fue concebir esa Panadilla Basura en colaboración con el dibujante John Pound. Una idea que dio pie a pósters, juguetes, máscaras, camisetas e incluso a esa horrible película de Hollywood.
De esa época también son las portadas de libros para las obras completas de Boris Vian que le encargó un editor alemán, gracias a las cuales aumentó el interés de Spiegelman por el diseño.
'Raw'
Entre 1975 y 1976 Spiegelman editó la revista Arcade: The Comics Revue, junto con el dibujante Bill Griffith. Siete agotadores números que le hicieron prometer que nunca volvería a ser editor. Pero su mujer, Françoise Mouly, lo convenció de lo contrario y en 1980 nació Raw, el escaparate para obras más osadas desde el punto de vista artístico que no encontraban cabida en otras publicaciones supuestamente avanzadas para la época como Playboy.
El primer número agotó enseguida la tirada de 5.000 ejemplares y entre 1980 y 1986, la revista se alejó del underground para publicar historietas experimentales de todo tipo y llegadas desde cualquier parte del mundo, dando a conocer en EE.UU a artístas como Jacques Tardi, Jost Swarte, o Mariscal, además de a numerosos jóvenes artístas norteamericanos. Una publicación que marcó una época.
'Maus'
Por supuesto Maus y el proceso de su creación ocupan algunas de las páginas más interesantes de este libro. Comenzando en 1972 cuando Spiegelman dibujó tres páginas para un cómic underground titulado Funny Animals, en las que usaba gatos y ratones para narrar parte de las experiencias de su padre en la alemania de Hitler. Seis años después, cuando cumplió 30 años, decidió convertir esa idea en un cómic largo que exigiera varias relecturas. Así nació esta obra maestra que tardó más de una década en completar (1980-1991) y que ha marcado a varias generaciones.
En este libro se incluyen numerosos, bocetos, ilustraciones y páginas de cómic tanto de Maus como de MetaMaus (Reservoir Books), un libro publicado en 2011 en el que Spiegelman reúne todo el material relacionado con este libro, desde sus primeros bocetos y entrevistas con su padre hasta documentos históricos. Lo que nos permite seguir paso a paso el proceso de trabajo de Spiegelman en su obra maestra.
'The New York Worker' y 'Bajo la sombra de las torres'
El libro también incluye los mejores trabajos de Spiegelman para el periódico The new York Worker, en donde colaboró desde 1992 hasta 2003 con algunas portadas muy polémicas como la de San valentín que mostraba a un judío y a una mujer negra besándose apasionadamente (15 de febrero de 1993).
Con motivo de los atentados del 11 de Septiembre de 2001, Spiegelman ideó la portada de The New York Worker que también pasaría a la historia y donde se veía dos rascacielos negros sobre un cielo casi igual de negro.
Esos atentados hicieron que, en 2003, Spiegelman abandonase la revista para centrarse en un proyecto más personal: Sin la sombra de las torres (Reservoir Books), donde ofrece su particular visión del ataque terrorista a las Torres Gemelas y las secuelas psicológicas que acarreó el atentado, del que fue testigo directo junto a su familia (la escuela de su hija estaba en la Zona Cero).
Un libro que es otra de sus grandes obras y en el que recurrió a los personajes clásicos del mundo de la historieta, como Yellow Kid y Little Nemo para hacer comentarios irónicos sobre hechos contemporáneos.
Otras obras
En el libro también quedan reflejadas otras obras menos conocidas de Spiegelman, como sus colaboraciones en cuentos o su intento de resucitar los cómics infantiles junto a otros grandes autores. También su homenaje a Charles Schulz (el creador de Carlitos y Snoopy).
También incluye numerosas ilustraciones, portadas de discos, o pósters; sin olvidar dibujos procedentes de sus cuadernos de bocetos.
Destacar, por lo curioso, su colaboración con una performance de danza con Pilobolus, una famosa compañía de danza contemporánea. Un espectáculo insólito que mezclaba dos artes tan distintos como el cómic y la danza.
El libro finaliza con la vidriera que diseñó como parte de un proyecto de arte público para la Escuela Superior de Arte y Diseño.
Los ensayos del aclamado crítico J. Hoberman y de Robert Storr, conservador del MOMA y decano de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de Yale, ponen el colofón a Co-mix, ofreciendo elocuentes reflexiones sobre un artista cuya obra ha definido todo un género.
Como vemos un artista inquieto que se atreve a enfrentarse a cualquier desafío y que siempre se reinventa a sí mismo. Y además lo hace con un gran sentido del humor y de la autocrítica.