Rusia impondrá a Ucrania aranceles y embargo alimentario a partir del 1 de enero
- Moscú alega proteccionismo y represalia tras el apoyo de Kiev a las sanciones de la UE
- Las acciones se enmarcan en la crisis tras el conflicto separatista
- La Unión Europea extenderá por seis meses las sanciones a Rusia
Rusia ha anunciado este lunes que impondrá aranceles a Ucrania a partir del 1 de enero. Según Moscú, la medida está dirigida a proteger su mercado del Acuerdo de Asociación entre ese país y la Unión Europea (UE). El gobierno ruso también impondrá a Kiev un embargo alimentario en represalia por sumarse a las sanciones económicas occidentales.
"Ucrania ha dicho que desde primeros de año comenzará a aplicar la parte económica del Acuerdo de Asociación con la UE. En esas condiciones debemos proteger nuestro mercado y a nuestros productores", ha dicho este lunes Dmitri Medvédev, primer ministro ruso, a medios locales.
De esta forma, Rusia anulará las preferencias comerciales de las que disfrutaba Ucrania, que se beneficiaba hasta ahora de la tarifa aduanera única existente en el marco de la postsoviética Comunidad de Estados Independientes (CEI).
Ucrania, un peón en la guerra económica de Rusia
Medvédev, quien dijo que el objetivo es impedir la entrada en Rusia de productos baratos de otros países con etiquetado ucraniano, ha asegurado que las últimas rondas de consultas con Ucrania y la UE no habían logrado limar las diferencias.
"No han dado resultado. Ni Ucrania ni la UE están dispuestos a firmar acuerdos jurídicos vinculantes que tengan en cuenta los intereses de Rusia", ha señalado. Por otra parte, Medvédev ha firmado este lunes una disposición legal sobre "medidas económicas de respuesta" por la decisión de Kiev de sumarse a las sanciones impuestas por Occidente por la anexión rusa de Crimea y su injerencia en el vecino país.
"En agosto ya adoptamos dichas medidas contra Islandia, Noruega, Liechtenstein, Montenegro y Albania. Supone la prohibición de la importación de productos agrícolas y alimentos", ha precisado.
La anexión de Crimea, capítulo sensible
La pasada semana el presidente ruso, Vladímir Putin, ya ordenó la suspensión a partir de 1 de enero del acuerdo de libre comercio con el país vecino "debido a las exclusivas circunstancias que afectan a los intereses y a la seguridad económica de Rusia".
Ese decreto presidencial fue promulgado pocas horas después de que Ucrania anunciara que impondrá un bloqueo comercial a Crimea, península anexionada por Rusia en marzo de 2014.
A su vez, Medvédev encargó al Gobierno que prepare la documentación necesaria para denunciar en los tribunales internacionales a Ucrania por el impago de la deuda de más de 3.000 millones de dólares por un crédito concedido en 2013.
Recordó que el domingo expiró el plazo de pago de ese crédito y que eso significa, desde el punto de vista jurídico, la entrada de Ucrania en la suspensión de pagos.
Arseni Yatseniuk, primer ministro de Ucrania, anunció el viernes que Kiev suspende el pago de la deuda rusa "hasta el momento en que se acepte nuestra propuesta de reestructuración o se dicte un fallo judicial".
Además de esa deuda, más los 75 millones de dólares de intereses, Kiev también se niega a pagar los 507 millones de otro crédito concedido por Moscú a dos compañías ucranianas: Yuzhnoe y Ukravtodor.
El mismo día, Rusia anunció que demandará a Ucrania ante los tribunales internacionales en un plazo de 10 diez días si no pagaba la deuda. "Nuestros colegas ucranianos no tienen ninguna oportunidad de ganar un hipotético proceso judicial", declaró Serguéi Storchak, viceministro de Finanzas ruso, a la televisión pública.
Abocados a los tribunales
Yatseniuk subrayó que Ucrania "está dispuesta a enfrentarse a Rusia en los tribunales" y recordó que el país ya ha reestructurado su deuda con "los acreedores decentes".
El ministro de Finanzas ruso, Antón Siluánov, explicó esta semana que Moscú estaba dispuesta a arreglar este asunto de manera amistosa, pero que ya "es imposible técnicamente" debido a la falta de tiempo.
Rusia concedió el crédito a Ucrania en diciembre de 2013 después de que Kiev renunciara a firmar el Acuerdo de Asociación con la Unión Europea, lo que provocó una ola de protestas que desembocaron en el derrocamiento del entonces presidente ucraniano, Víktor Yanukóvich, aliado de Moscú.