Decenas de muertos en un corrimiento de tierra en una mina de jade en Myanmar
- El país alberga algunos de los mayores yacimientos del mundo
- La alta competencia y la baja seguridad propician los desplomes en las minas
- Hace poco más de un mes murieron 114 personas en un accidente similar
- Las ONG alertan de la destrucción medioambiental
Decenas de personas han muerto en un corrimiento de tierra en una mina de jade en el norte de Birmania, que alberga algunos de los mayores yacimientos de estas preciadas gemas en el mundo, según ha informado el medio local Irrawaddy. Es el segundo incidente del estilo en poco más de un mes, ya que el 22 de noviembre murieron otras 114 personas en un accidente similar.
El accidente ocurrió el viernes en el distrito de Hpakant, en el Estado Kachin, situado a más de 1.000 kilómetros al norte de Rangún, la antigua capital, y cerca de las áreas donde el Ejército combate a la guerrilla kachin.
“Unas 50 personas fueron sepultadas en el derrumbe y se han encontrado cuatro o cinco cuerpos esta mañana”, ha dicho a Reuters uno de los mineros, Sai Lon. “No sabemos nada todavía de los equipos de rescate”, ha dicho un oficial de la comisaría de Hpakant.
Los accidentes y corrimientos de tierras son habituales en las montañas de piedras y desechos de las minas donde miles de trabajadores irregulares escarban para encontrar vetas de jade.
Codiciadas joyas
Las minas de jade son objeto de codicia tanto de pequeñas empresas como de las firmas masivas que compiten por esta piedra preciosa y que muchas veces escatiman en medidas de seguridad con tal de que rindan las cuentas, por lo que las muertes de los trabajadores de estas minas son frecuentes.
También hay contrabando, como el de gran parte de jade extraído en Hpakant, que se lleva a la vecina China, un país que valora esta joya por la creencia de que aporta riqueza y longevidad.
Además, Birmania contiene los mayores yacimientos de jadeíta, una variante de jade muy codiciada en China, donde en la antigüedad era conocida como la "piedra del Cielo".
Como consecuencia, cerca de 800 empresas mineras de jade operan en la ciudad, pero la actividad está controlada por unas 10 empresas, mayoritariamente chinas.
Hay más de 3.000 concesiones de jade en Kachin, donde los paisajes lunares de cráteres y lagos dejados por las explotaciones pueden verse claramente en los mapas satélite de Google.
El pasado octubre, la ONG Global Witness denunció que en el negocio del jade participan señores de la guerra, narcotraficantes y generales de la antigua junta militar, como su ex jefe supremo, Than Shwe.
La ONG aseveró que el comercio de estas gemas está valorado en unos 31.000 millones de dólares (unos 27.800 millones de euros), la mitad del producto interior bruto birmano y más del doble de las estimaciones oficiales.
El Ejército y la guerrilla del Ejército para la Independencia Kachin se benefician de la explotación de las minas mediante concesiones o la recolección de peajes e impuestos.
Falta de seguridad y destrucción ambiental
Tint Soe, un diputado elegido en el distrito de Hpakant las pasadas elecciones del 8 de noviembre, denunció recientemente la falta de medidas de seguridad y la destrucción medioambiental causada por los camiones y excavadoras de las minas de jade.
"Cerca de 400 millas cuadradas (643 kilómetros cuadrados) han quedado totalmente destruidas. Ahora hay agujeros y desechos de tierra. Es un desierto", aseveró Tint Soe al portal Mizzima.
El miembro del Parlamento, que no se formará hasta enero, afirmó que la población local no se beneficia de las minas, explotadas en muchos casos por empresas chinas. Algunos expertos creen, que a pesar de la gran cantidad de yacimientos, el ritmo actual podría agotar el jade birmano en una generación.