La policía china detiene a doce personas por el alud de escombros que causó decenas de desaparecidos
- Hay siete muertos y se busca a 75 personas que continúan desaparecidas
- Un exresponsable de urbanismo de la ciudad de Shenzhen se ha suicidado
La policía de China ha detenido a doce personas por su presunta responsabilidad en el alud de una montaña de escombros que la semana pasada sepultó una treintena de edificios de un parque industrial de la ciudad de Shenzhen, en el que murieron siete personas, mientras que otras 75 continúan desaparecidas.
Entre los detenidos hay directivos de la empresa Shenzhen Yixianglong Investment Company, la gestora del almacén de desechos de obras donde tuvo lugar el desprendimiento, según ha detallado la policía en un breve mensaje difundido en las redes sociales chinas, que habla de "medidas coercitivas" contra doce individuos, la terminoogía habitual para referirse a los arrestos.
Las detenciones se producen dos días después de que la Fiscalía Popular Suprema de China abriera una investigación ante las "sospechas de malas prácticas" para determinar si se cometieron abusos de poder, negligencias o aprovechamientos de la ley para intereses personales.
El Gobierno chino confirmó el pasado viernes que el alud que sufrió la ciudad cantonesa fue un "accidente de seguridad" y no un desastre geológico, como se apuntó en un primer momento.
Una escombrera de 95 metros de altura
Según el estudio encargado por el Consejo de Estado de China, como se denomina el Ejecutivo, el desastre ocurrió al superarse la capacidad de almacenamiento del depósito de escombros situado junto al parque industrial de Liuxi. Así, el Gobierno aseguró que se depurarían las responsabilidades de todas las personas implicadas en el suceso.
Este domingo, un antiguo responsable de planificación urbana del distrito de Guangming de Shenzhen, donde se produjo el desprendimiento, se suicidó al saltar desde lo alto de un edificio. Las autoridades no han confirmado si el funcionario, apellidado Xu, estaba siendo investigado por sus conexiones con el accidente.
Unas 5.000 personas y 700 excavadoras trabajan en la zona del alud para tratar de encontrar a las personas que quedaron sepultadas y retirar la tierra y los escombros que se desprendieron de una escombrera que, según los medios chinos, llegó a alcanzar los 95 metros de altura.
Shenzhen, vecina a Hong Kong, es una de las urbes de China que ha experimentado un crecimiento más vertiginoso en las últimas décadas, lo que ha dado lugar a problemas de gestión de los residuos de esas obras, como han reconocido responsables municipales.