Las agresiones en Colonia recrudecen el debate político alemán sobre los refugiados
- Oposición y correligionarios de Merkel expresan dudas sobre la acogida de refugiados
- En 2015 entraron en Alemania cerca de 1,1 millones de solicitantes de asilo
El escándalo de las agresiones sexuales masivas ocurridas durante la Nochevieja en Alemania, y la sospecha de que muchos de los agresores fueran de origen norteafricano, no ha tardado en convertirse en munición política para los detractores de Merkel.
Tras 24 horas inundando los medios e indignando a una estupefacta Alemania, la canciller afronta un aluvión de críticas contra su política de apertura hacia los refugiados.
Mientras la policía hace su trabajo, los detractores se afanan en relacionar las agresiones y la especulación de que muchos de los autores fuesen migrantes.
Lágrimas, mujeres agredidas, y miles de refugiados en la cuerda floja
"Si los solicitantes de asilo o los refugiados se dedican a tales agresiones, esto debe concluir al fin inmediato de su estancia en Alemania", ha expresado Adreas Scheuer, miembro de la directiva del CSU en Baviera, la formación original de Merkel.
"¿Está Alemania los suficientemente abierta al mundo y es los bastante multicolor para usted, señora Merkel?", Ha clamado Frauke Petry, responsable del populista Alternativa por Alemania, partido en ascenso en las encuestas.
Los testimonios de las víctimas intensifican el estupor: Steffi, de 31 años, afirma en el periódico Süddeutsche Zeitung que esa noche se cruzó con "una cantidad interminable de mujeres bañadas en lágrimas", en su camino hacia la estación. Añade asustada que fue insultada por un grupo de hombres y mientras intentaba abrirse camino uno le espetó haciendo gestos obscenos: "¿Puedo ayudarte? ¡Seguro que puedo ayudarte!".
Castigar el delito no es cerrar las puertas
Merkel ha exigido "una respuesta contundente" del estado de derecho frente a estos hechos, y ha expresado su determinación de que estos delitos no queden impunes.
Mientras tanto, este miércoles la canciller ha dicho que se necesita resolver el reto que representa el gran flujo de refugiados y mantener la libertad de circulación en Europa, que considera uno de los pilares de la integración europea.
Merkel se expresó en ese sentido antes de entrar a la tradicional reunión del día de Reyes de sus socios de la Unión Socialcristiana (CSU) en Wildbad Kreuth (Baviera), y el mismo día en que Alemania, Suecia y Dinamarca han defendido en Bruselas el control de fronteras que están practicando ante la crisis de los refugiados.
Alemania, desbordada
Según Merkel, se necesita lograr una reducción "significativa" del número de refugiados combinando diversas medidas. Por una parte, apuntó, se necesita combatir en los países de origen las razones de los desplazamientos y, por otro lado, se requieren medidas nacionales como, por ejemplo, mejorar los procedimientos de retorno de personas a las que no se les reconozca el derecho de asilo.
Según las últimas cifras oficiales, en 2015 entraron en Alemania cerca de 1,1 millones de solicitantes de asilo. La CSU se considera el ala bávara del partido de Merkel, la Unión Cristianodemócrata (CDU), con quien forma un grupo parlamentario común en el Bundestag pese a definirse como una agrupación independiente.
Ante la crisis de los refugiados se han sucedido las diferencias públicas entre los dos partidos y la CSU ha pedido poner límite a la acogida y no superar los 200.000 solicitantes de asilo anuales, una posibilidad que no ha sido aceptado por Merkel.
"Es claro que hay diferencias entre la CDU y la CSU y probablemente los debates que tengamos hoy no lograrán superarlas", admitió la canciller, quien pidió no olvidar que "también hay muchas posiciones comunes entre los dos partidos".
Las reuniones de Wildbad Kreuth han sido con frecuencia aprovechadas por la CSU para subrayar sus diferencias frente hacia la CDU. El caso más extremo se dio en 1976, cuando la CSU aprobó una resolución para poner fin al grupo parlamentario común con la CDU, aunque posteriormente revocó esa decisión.