Las Bolsas chinas vuelven a cerrar de forma prematura por segunda vez esta semana tras otra fuerte caída
- Shanghái y Shenzhen se suspenden tras solo media hora de cotización
- El regulador chino amplía tres meses la limitación de venta para grandes accionistas
- El Banco Popular de China devalúa el yuan que vuelve a niveles de marzo de 2011
Las Bolsas chinas de Shanghái y Shenzhen han vuelto a cerrar este jueves de forma anticipada por segunda vez en su historia, en la que ha sido su jornada más breve, tras registrar pérdidas superiores al 7% en el índice selectivo conjunto CSI 300 tras apenas media hora de sesión.
Al igual que ocurrió por primera vez el lunes, las bolsas, que empezaron el día cayendo un 1,94% Shanghái y otro 2,57% Shenzhen, fueron paralizadas 15 minutos al caer el CSI 300 más de un 5% y al reabrirse se hundieron rápidamente hasta provocar el cierre. Esta situación se repite esta semana fruto de las nuevas normas de la Comisión Reguladora del Mercado de Valores de China, el regulador bursátil nacional.
La normativa, que entró en funcionamiento el 4 de enero, establece este mecanismo interruptor, pensado para que no se repitan los fuertes desplomes en cadena del verano pasado, que llegaron a afectar a los mercados mundiales. De este modo, cuando el llamado índice CSI 300, un selectivo que recoge el rendimiento combinado de tres centenares de empresas que cotizan en los dos grandes parqués de China (Shanghái y Shenzhen), caiga más de un 7% la sesión cerrará automáticamente.
Este jueves, el índice general de Shanghái, el principal indicador de los mercados chinos, ha cerrado con un desplome de un 7,32% (245,95 enteros) hasta los 3.115,89 puntos, mientras que el de Shenzhen se ha hundido otro 8,35% para quedar en 10.745,47 puntos.
La caída ha afectado al resto de parqués asiáticos, así el índice Nikkei de la Bolsa de Tokio ha cerrado con una bajada de 423,98 puntos, un 2,33%, hasta los 17.767,34 enteros. En Corea del Sur, el indicador Kospi registró un descenso de 21,10 puntos, un 1,09%, y se situó en los 1.904,33 puntos.
Unos parqués especialmente volátiles
Los parqués chinos son especialmente volátiles, ya que tres cuartas partes de su actividad están en manos de inversores individuales con escasos conocimientos financieros, que han volcado sus ahorros en la renta variable.
Debido a los desplomes del verano pasado, el regulador obligó a los grandes accionistas de los parqués chinos (con el 5% o más de los títulos de una compañía en cotización) a no vender cerca de un billón de títulos en un plazo de seis meses que se cumple este viernes. La CRMV china ha ampliado la limitación en tres meses y ha fijado nuevas normas de control. Así los inversores deberán comunicar su intención de vender con 15 días de antelación.
El desplome vivido el pasado lunes ya se produjo por la anticipación de los inversores que quisieron recoger beneficios antes de que sus acciones previsiblemente pierdan valor en estos días.
Devaluación del yuan
Por otro lado, el Banco Popular de China sorprendió de nuevo a los mercados al fijar el punto medio de su tasa cambiaria en 6,5646 yuanes por dólar, el nivel más bajo desde marzo de 2011.
La cotización del yuan cayó un 0,5% frente al día anterior y fue la más baja diaria desde finales de agosto, cuando un abrupto descenso de un 2% también sacudió a los mercados.
El impacto se sintió inmediatamente en las monedas de la región de Asia Pacífico, como el dólar australiano, que cayó medio centavo de dólar estadounidense en un abrir y cerrar de ojos.
Una depreciación continua del yuan pone presión para que otras economías asiáticas devalúen sus monedas y puedan seguir siendo competitivas frente al enorme poderío exportador de China.
Además, hace que las materias primas que cotizan en dólares sean más caras para los compradores chinos, lo que puede debilitar la demanda y presionar aún más a los precios de recursos naturales en una reacción en cadena.