El hambre, una eficaz arma de guerra en Siria
- 400.000 personas permanecen atrapadas en asedios militares en Siria
- Según la ONU, 42.000 personas corren peligro de muerte por inanición en Madaya
- Los habitantes de Madaya afrontan temperaturas bajo cero sin electricidad ni alimentos
- La ONG Save the Children: "Muchos niños morirán en las próximas semanas"
El asedio militar a una ciudad retrotrae a imágenes del pasado. En Leningrado, durante la Segunda Guerra Mundial, murieron más de un millón de personas privadas de alimentos, y la supervivencia pasó por el canibalismo. Son episodios inimaginables, propios de la guerra con mayúscula, en los que el horror del hambre se suma a la destrucción de las armas. Algo que en una población moderna no creeríamos posible.
Pero está ocurriendo ahora en Siria, en Madaya, una ciudad en la periferia de Damasco. Lleva 177 días asediada por el ejército gubernamental de al Asad y su aliado Hizbulá. Allí, 42.000 personas atrapadas corren el peligro de morir de inanición. Con los suministros cortados, rodeados por facciones armadas y campos minados, fotografías del horror del hambre en Madaya empiezan a circular por medios y redes sociales. Niños esqueléticos comiendo hierba cocida.
Finalmente, este jueves, el gobierno sirio ha decidido abrir una ventana en el cerco y ha dicho que permitirá a Naciones Unidas entrar con suministros. Ante lo crítico de la situación, la Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA, en sus siglas en inglés) ha reclamado ayuda humanitaria "sin obstáculos" para socorrer a los habitantes de Madaya y a cerca de 400.000 personas que viven en 15 municipios sirios que se encuentran en las mismas circunstancias.
MSF: "Abandonados a la muerte"
Desde diciembre del pasado año, 23 personas han muerto de desnutrición en el centro de salud que dirige Médicos sin Fronteras en Madaya. Entre ellos, seis eran bebés menores de un año, cinco ancianos y 12 adultos. La organización ha descrito en un comunicado la ciudad como "una prisión" para miles de habitantes, "adultos, ancianos y niños". Un encierro sin vías de acceso o salida, donde la gente está "abandonada a la muerte".
La ONU destaca que ha recibido informaciones creíbles de que varias personas han muerto recientemente de hambre en Madaya. Una de ellas es un hombre de 53 años que falleció hace dos días por la escasez de comida, mientras que los otros cinco miembros de su familia sufren de malnutrición grave. El tiempo se acaba para estas poblaciones, sediadas y de difícil acceso, como Fua y Kefraya, en el norte del país.
Los niños y el hambre como arma de guerra
La organización Save the Children también ha pedido este jueves el "fin inmediato" del asedio a Madaya y ha advertido de que "muchos niños morirán en las próximas semanas" si esta localidad continúa sitiada y no llegan alimentos, medicinas, combustibles y otro tipo de ayudas vitales.
Trabajadores de esta ONG que están sobre el terreno han asegurado que al menos 31 personas murieron en Madaya el pasado mes de diciembre por falta de alimentos, entre ellos tres niños menores de un año y tres embarazadas, además de que han aumentado los casos de hepatitis A y de enfermedades de la piel.
Save the Children ha recalcado que la escasez de alimentos en Madaya ha elevado el precio de alimentos esenciales como el arroz, el azúcar y el bulgur (elaborado a partir del trigo), mientras sus habitantes luchan por sobrevivir a temperaturas bajo cero sin electricidad ni combustible para los generadores.
Más de un millar de casos de desnutrición
"En estas circunstancias, los niños pequeños son los más vulnerables, sobre todo cuando están desnutridos. Las familias están racionando la escasísima comida disponible, los mercados están vacíos y muchas personas, desesperadas, se están viendo obligadas a comer carne de gato o perro y las hojas de los árboles", añade la organización.
El director general de Save the Children, Andrés Conde, ha denunciado que "la comida está siendo utilizada como arma de guerra en Madaya y en otras zonas sitiadas". "Es terrible ver cómo el asedio está haciendo sufrir a los ciudadanos. Los trabajadores humanitarios locales están desesperados por ayudar, pero ellos mismos se han quedado sin alimentos y suministros médicos. Si la ayuda no llega pronto a Madaya morirán muchos niños", agregó.
Alrededor de 42.000 personas viven sitiados en Madaya desde el pasado mes de julio. A esta localidad no llegan alimentos, medicinas ni combustible desde mediados de octubre y los médicos locales afirman que hay más de un millar de casos de desnutrición en menores de un año y que el número irá en aumento si no se termina el asedio.