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Obama defiende su reforma: "Hay lugares donde es más barata un arma que un libro"

  • El presidente de EE.UU. defiende sus medidas ejecutivas sobre el control de armas
  • Lanza varios ataques contra la "conspiración" de la Asociación Nacional del Rifle
  • Ha participado en un foro con ciudadanos televisado por la CNN

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El presidente de EE.UU., Barack Obama, explica sus medidas ejecutivas para controlar la venta de armas en un foro televisado por la CNN.
El presidente de EE.UU., Barack Obama, explica sus medidas ejecutivas para controlar la venta de armas en un foro televisado por la CNN.

El presidente de EE.UU., Barack Obama, ha defendido este jueves en un foro con ciudadanos sus medidas ejecutivas para controlar la compraventa de armas y ha señalado que es necesario que aumenten los controles para reducir las muertes violentas en el país ya que "en algunos lugares es más barato comprar un arma que un libro".

El presidente ha intentado en este espacio, televisado por CNN, explicar sus propuestas para evitar que las armas de fuego caigan en manos de personas con problemas mentales o con antecedentes criminales y reducir el alto índice de muertes violentas, 30.000 al año, el más alto de un país desarrollado.

Frente a "conspiraciones de grupos de interés", el mandatario ha pedido el apoyo de propietarios de armas y ciudadanos a reformas "modestas", al tiempo que ha defendido el derecho a portar armas que consagra la Segunda Enmienda de la Constitución.

Obama anunció este martes su intención de usar sus poderes ejecutivos para aumentar los procesos de comprobación y el alcance de la revisión de los antecedentes durante la compra.

Ataques a la Asociación Nacional de Rifle

En este sentido, ha atacado en varios ocasiones al poderoso grupo de la Asociación Nacional del Rifle (NRA), que fue invitado al evento pero se negó a participar. Según Obama, la Asociación pretende extender una "noción falsa", circulada por intereses "políticos o comerciales", para evitar unidad a la hora de aprobar reformas.

El presidente de EE.UU., donde uno de cada tres hogares tiene un arma de fuego, ha señalado que desde su llegada a la Presidencia en 2009 las ventas de las empresas de armas han crecido y se ha creado una "atmósfera" en la que propuestas "respetuosas con la Segunda Enmienda son descritas como un intento de confiscar las armas de la gente".

Obama intentó en 2013, tras la matanza del colegio de primaria de Sandy Hook, donde un joven con problemas mentales mató a 27 personas, conseguir que el Congreso prohibiese los cargadores de alta capacidad y se avanzaran reformas para los controles psicológicos pero no lo consiguió. El presidente aireó el pasado martes su frustración por no haber podido conseguir reformas.

Con el uso de decretos, la Casa Blanca se propone ahora extender el requerimiento de un control de antecedentes previos a las ventas de armas entre particulares que realizan alto número de transacciones, algo que sigue exento de control de los reguladores y el FBI. "Lo que antes era una excepción para coleccionistas se ha convertido en una industria masiva donde hay gente que dice que no está haciendo negocio vendiendo armas cuando en realidad sí lo está", ha señalado.

"Respeto la Segunda Enmienda; respeto el derecho a portar armas... pero creo que estamos de cuardo en que tiene sentido hacer todo lo posible para mantener las armas lejos del alcance de gente que puede hacer daño a otros", ha resumido.

Una respuesta a "una crisis nacional"

Asimismo, para explicar y defender las reformas el presidente publica este viernes un artículo de opinión en el New York Times. En el texto, Obama reconoce que las medidas no llegarán a realizarse durante su mandato, "no sucederá con este Congreso".

"Pese a ello hay pasos que podemos tomar para salvar vidas, y todos nosotros -a nivel de gobierno, del sector privado o de los ciudadanos- somos parte de ello", escribe. Al mismo tiempo, asegura que reducir la violencia será "duro" pero que es necesaria una respuesta integral a lo que denomina "una crisis nacional".

Obama, además, ha explicado que no hará campaña ni apoyará a políticos que no sea favorables a reformas "con sentido común". "Ahora hago lo posible como presidente y también actuaré como ciudadano: no haré campaña ni votaré o apoyaré a candidatos, incluso en mi partido, que no apoyen reformas de sentido común en armas", ha sentenciado.