Comienzan a probar los instrumentos de LISA Pathfinder
- La nave sigue en camino hacia su órbita operativa
- Está previsto que comience sus operaciones científicas el 1 de marzo
- Su misión es detectar las ondas gravitatorias del universo
La nave LISA Pathfinder de la Agencia Espacial Europea (ESA), lanzada para detectar las ondas gravitatorias, está en camino hacia su órbita operativa. Mientras, los equipos de ciencia e ingeniería comienzan a poner a prueba sus sistemas e instrumentos para comprobar su correcto funcionamiento.
Concretamente, este examen de la sonda se llevará a cabo a lo largo de la semana, con la activación de elementos de la carga útil del módulo científico, incluido el láser que servirá para controlar el movimiento en caída libre más preciso que se haya logrado jamás en el espacio.
Tras su lanzamiento el pasado 3 de diciembre de 2015, LISA Pathfinder ha utilizado su módulo de propulsión para elevar su órbita seis veces y embarcarse rumbo a su órbita operativa alrededor del punto de Lagrange (L1), a 1,5 millones de kilómetros de la Tierra en la dirección del Sol.
Una vez que se haya separado el módulo de propulsión, un hecho que está previsto que se produzca el 22 de enero, el módulo científico entrará en órbita. El siguiente paso será comenzar las operaciones científicas el 1 de marzo.
Paquete tecnológico LISA
La ESA ha destacado que, en el centro del módulo científico, se encuentra el paquete tecnológico LISA, el corazón de la misión en términos de ciencia, que alberga las dos masas de prueba. Una vez que la nave haya entrado en órbita estable alrededor de L1, este par de cubos idénticos de oro y platino serán liberados y pasarán a estar en manos de la influencia de la gravedad.
Un interferómetro láser registrará sus movimientos y medirá los minúsculos cambios provocados por otras fuerzas diferentes a la gravedad, con el fin de evaluar el nivel de desviación en relación a una caída libre real.
Incluso en el espacio, aislar una masa de prueba de todas las fuerzas no gravitatorias que actúan sobre ella es un esfuerzo asombroso, según ha explicado la ESA. Además, ha indicado que demostrar que es posible realizar una caída libre exacta es una condición esencial para futuros observatorios espaciales de ondas gravitatorias.
Estas ondas son pequeñas fluctuaciones en el tejido espacio-temporal predichas por la teoría de la relatividad general de Albert Einstein.