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El Parlamento danés aprueba la nueva legislación que permite confiscar bienes a los refugiados

  • El endurecimiento de la ley de extranjería obtiene un amplio respaldo
  • Se podrá embargar a los refugiados para costear su manutención
  • El Gobierno y la oposición habían pactado los términos de la medida

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Dinamarca aprueba la ley que permite embargar a los refugiados para pagar su manutención

El Parlamento de Dinamarca ha aprobado por 81 votos a favor y 27 en contra la ley que endurece las condiciones de inmigración y que incluye medidas como confiscar dinero y objetos de valor a los refugiados para costear su estancia, así como limitar la reagrupación familiar en el país.

La propuesta del Gobierno liberal en minoría que dirige del primer ministro Lars Løkke Rasmussen ha contado, como se esperaba, con el apoyo de sus tres aliados del bloque de centroderecha y del Partido Socialdemócrata, primera fuerza opositora, que suman en total casi tres cuartos de la Cámara.

La reforma de la ley de extranjería, que incluye una treintena de medidas, ha estado rodeada de controversia desde su presentación en noviembre, lo que ha obligado al Gobierno a cambiar hasta dos veces la normativa sobre confiscaciones, una práctica que ya emplean Suiza y varios estados federados alemanes como Baviera y Baden-Württenber.

La redacción final de la normativa, bautizada como 'la ley de las joyas', excluye objetos "de valor afectivo especial", y eleva hasta 10.000 coronas danesas (1.340 euros) el umbral mínimo a partir del cual se pueden confiscar otras pertenencias y dinero en efectivo, el triple que en la propuesta inicial.

La ministra danesa de Inmigración e Integración, Inger Støjberg

La ministra danesa de Inmigración e Integración, Inger Støjberg, durante el debate parlamentario EMS

Críticas de la minoría de izquierdas

"El Gobierno no quiere quitarle sus joyas a los solicitantes de asilo", ha justificado el portavoz liberal Jacob Ellemann-Jensen, que ha acusado a los diputados de las formaciones de izquierda críticos con la ley, de perjudicar la reputación de Dinamarca en el exterior. Tanto Ellemann-Jensen como el portavoz socialdemócrata, Dan Jørgensen, han defendido la "necesidad" de la nueva legislación, que reduce también las prestaciones a los solicitantes de asilo, para asegurar su integración y no poner en riesgo el sistema de bienestar danés.

El ultranacionalista Partido Popular Danés, primera fuerza del centroderecha, ha asegurado que la nueva ley es un "paso en la dirección correcta", aunque ha pedido endurecer aún más las leyes y el control fronterizo para limitar la inmigración, sobre todo de países musulmanes.

Johanne Schmidt Nielsen, líder de la "rojiverde" Lista Unitaria -cuarta fuerza parlamentaria- ha acusado al Gobierno de hacer "política simbólica" para "atemorizar" a los solicitantes de asilo y aislarlos en la pobreza. Por su parte, Ulla Sandbæk, de la centrista La Alternativa, ha criticado que se "estigmatice" y convierta en "sospechosos" a los refugiados.

Un grupo de refugiados viaja en tren de Dinamarca a Suecia en septiembre

Un grupo de refugiados viaja en tren de Dinamarca a Suecia en septiembre AFP

Una legislación "en el límite"

Los grupos contrarios a la nueva ley han reiterado su preocupación por la posibilidad de que Dinamarca viole las convenciones europeas de derechos humanos al endurecer el acceso a la reagrupación familiar hasta tres años, un peligro del que también han alertado asociaciones de abogados y varias organizaciones como Amnistía Internacional.

"Nunca habríamos presentado un proyecto de ley si creyéramos que viola las convenciones", ha comentado al término de un debate en el Parlamento la ministra de Inmigración e Integración, Inger Støjberg, aunque ha admitido que se encuentra "en el límite".

Dinamarca, que implantó a comienzos de año controles fronterizos provisionales, recibió en 2015 a 21.000 solicitantes de asilo, un tercio más que en 2014 y un cifra inferior a la del resto de países escandinavos, sobre todo Suecia, que con 163.000 peticionarios presenta la más alta de la Unión Europea per cápita.