Brasil anuncia 18.700 millones en créditos de la banca pública para reanimar la economía
- Más del 20% se destinarán a infraestructuras, por su alta generación de empleo
- Un 10% de los préstamos se dedicarán a trabajadores para impulsar el consumo
- El resto de créditos baratos se repartirá entre pymes, agricultura y exportadoras
El Gobierno de Brasil ha anunciado que su Gobierno ofrecerá a través de la banca pública unas líneas de crédito por valor de 83.000 millones de reales (unos 18.700 millones de euros) para intentar reanimar la economía del país.
El ministro de Hacienda brasileño, Nelson Barbosa, ha explicado que esos créditos tendrán condiciones preferenciales y que algo más de un 20% de ellos se destinarán a financiar obras de infraestructura, para aprovechar la capacidad que tiene ese sector para generar empleo.
También se ofrecerán préstamos baratos a la agricultura y a las pequeñas y medianas empresas, así como para la actividad exportadora.
Otro 10% se ofrecerán a trabajadores, que se beneficiarían de intereses menores a los del mercado, en un intento por reactivar el consumo, que ha caído a mínimos en los últimos meses y en el que el Gobierno confía para aumentar la demanda y con eso mejorar la economía.
Revertir la actual recesión y reducir la inflación
En opinión del ministro, estas nuevas medidas ayudarán a revertir el cuadro de recesión de la economía brasileña que, según los primeros datos, se contrajo el año pasado un 3,7% y se reducirá este año otro 3%
Barbosa ha reconocido que el Gobierno debe profundizar aún más la contención del gasto para ayudar a combatir la inflación, y ha destacado que debe reactivarse la inversión para impulsar la actividad económica.
Estos anuncios se han realizado después de una reunión del Consejo Nacional de Desarrollo Económico, un órgano consultivo de la sociedad civil que reúne a economistas, empresarios, banqueros y también escritores, actores y personajes de la farándula. La presidenta brasileña, Dilma Rousseff, encabezó ese encuentro, acompañada del ministro de Hacienda, Nelson Barbosa, y el presidente del Banco Central, Alexandre Tombini.
En un breve discurso posterior, Rousseff ha vuelto a pedir al Congreso que apruebe un nuevo impuesto que gravaría en un 0,2% las operaciones financieras, lo que permitiría al Gobierno equilibrar sus cuentas, que cerraron 2015 con un déficit de 115.000 millones de reales (unos 25.900 millones de euros).
Para 2016, Rousseff también ha reiterado el compromiso de su Ejecutivo de contener la inflación, que llegó el año pasado al 10,67% y superó los dos dígitos por primera vez en trece años.
En ese sentido, el presidente del Banco Central se ha mostrado confiado en que ha tocado "su pico más alto" y que el alza de los precios se moderará en 2016, para cerrar en torno al 6%.