Dani Rovira: "Vamos a hacer uno de los mejores comienzos de la gala de los Goya"
- El presentador de los Goya promete una gala de 30 aniversario "muy festiva y muy loca"
- Rodará en unos días 100 metros, su primer papel dramático que dará voz a los escleróticos
- Sigue la ceremonia de los Premios Goya este sábado 6 de febrero en directo por La 1 y RTVE.es
El 7 de febrero de 2015, la gala de los Premios Goya consiguió congregar ante el televisor a una media de 3,8 millones de personas (casi un 25% de cuota de pantalla) y hasta 11,8 millones de personas conectaron con La 1 de TVE en algún momento de la noche. Gran parte de ese éxito de audiencia es achacable a su presentador, el actor y humorista Dani Rovira, que repite como conductor este sábado 6 de febrero (en directo por La 1 y RTVE.es a las 22.00 horas).
Pese a tener la "sensación" de que este año la gente "va a exigir más y lo mismo tiene las espadas más afiladas", el cómico malagueño no se achanta: "Si todo sale tal cual estamos trabajando, el número de apertura se puede convertir en uno de los mejores comienzos de la gala de los Goya", afirma rotundo y sin complejos en una entrevista de RTVE.es. Aunque si se le advierte del calado de su afirmación admite entre risas: "Sí, lo mismo me tengo que tragar estas palabras, pero así soy yo, como siempre, la boca pato que tengo…".
Y es que los Goya celebran su 30 aniversario y, por ello, Rovira y el resto del equipo de guionistas -los cómicos José Juan Vaquero e Iñaki Urrutia, con Sonia Gómez de coordinadora de guion, y con Juan Luis Iborra de director- trabajan en una ceremonia "muy festiva y muy loca".
El tono de la gala será "muy parecido al año pasado", que definió de "comedia blanca", porque es su "manera de ver" la comedia, aunque habrá alusiones políticas pero sin politizar la gala. Y, aunque admite que la apertura de la gala del año pasado fue "muy a flor de piel y reivindicativo", con los actores cantando "Resistiré", este año será "algo totalmente diferente".
Para Rovira, el hecho de que vaya a asistir a la ceremonia un ministro de Educación y Cultura en funciones, Íñigo Méndez de Vigo, "no le quita gracia" al asunto. El actor incluso rompe una lanza a favor de Méndez de Vigo, que sustituyó al polémico José Ignacio Wert -quien incluso se ausentó de la gala de 2014 empeorando aún más las relaciones con la industria-: "No le conozco personalmente, pero ya solo ver su currículum, independientemente del partido que sea, me parece un tío acorde al ministerio que lleva, con una cultura bastante extensa".
La duración, el "caballo de batalla"
En cuanto a la duración de la ceremonia, el presentador reconoce que es "el caballo de batalla" [el año pasado se fue a 3 horas y 45 minutos] y esperan poder recortar al menos 40 minutos, aunque es difícil cuando hay 29 premios que entregar y espectáculos que incluir para que no quede "sosa y sobria".
El propio Rovira, pese a hacer apología del recorte de los agradecimientos con un número en el que demostró que un minuto se podían hacer todos y además sobrarte tiempo para vender un Opel Kadett de segunda mano, entona el mea culpa cuando se le recuerda que él mismo se extendió durante casi dos minutos tras recoger su Goya a mejor actor revelación: "Este año prometo que en los agradecimientos tardaré menos", bromea el malagueño, que añade que el hecho de no estar nominado esta vez le permitirá "tener el control de todo lo que me incumbe".
De cualquier manera, el cómico afronta esta segunda ceremonia consecutiva como presentador "con las mismas ganas de pasarlo bien", lo que cree que fue "el secreto" de la que la gala de la 29 edición funcionase: "Querer pasármelo bien y conseguirlo".
Educación y cultura contra la corrupción
Cuando se le pregunta al actor de Ocho apellidos vascos sobre qué pediría el sector cultural a los partidos políticos que intentan formar Gobierno, lo tiene muy claro: "Que nos tengan presentes. La cultura y la educación hay que enseñarlas desde la base para que luego no se vean estas puntas de iceberg tan feas y corruptas y todo este tipo de cosas"
El de Cultura es "un ministerio súper importante" para el humorista malagueño, quien se reconoce "dolido" por que durante la campaña electoral y "los debates a dos, a cuatro y a 1.500" se dedicara "tan poquísimo tiempo o apenas nada" a hablar de la cultura, lo que, en su opinión, conlleva el riesgo de "estar condenados a volver a repetir todos los fallos".
Nuevos trabajos en cine
Apenas 24 horas después de la ceremonia de los Goya, Dani Rovira empezará a rodar en Barcelona su quinta película: 100 metros, una cinta dirigida por Marcel Barrena basada en la historia real de Ramón Arroyo, un padre de familia diagnosticado de Esclerosis Múltiple que, tras superar un periodo inicial de depresión, decide hacer un "ironman" -la prueba más exigente del triatlón consistente en 3,86 kilómetros de natación, 180 km de ciclismo y una maratón-.
Se trata del primer papel dramático de Rovira, que interpreta a Ramón Arroyo, con el que trabaja codo con codo en la preparación del papel. Le acompañan en el reparto Karra Elejalde, Alexandra Jiménez, Maria de Medeiros y David Verdaguer.
"Es una película de superación personal y creo que muy necesaria porque se va a dar voz a una enfermedad que no es muy conocida y se podrán denunciar muchas cosas. En España hay más de 70.000 escleróticos y es una enfermedad muy peculiar porque parece que no te pasa nada y muchos de ellos no salen del armario por miedo a perder sus trabajos o sus parejas, y no es tan fácil que te den una baja laboral o la invalidez. Tiene todos los mimbres para poder ser una muy buena historia que contar, independientemente de la taquilla y de los premios. Estamos muy ilusionados", confiesa el intérprete malagueño, que en 2015 estrenó Ocho apellidos catalanes y Ahora o nunca.
Y en primavera se estrenará su cuarto trabajo, El futuro no es lo que era, dirigida por Pedro L. Barbero y que protagoniza junto a Carmen Maura, Carolina Bang y José Corbacho. "La película, que está en montaje, es muy diferente a las otras tres que he hecho, y ha sido una apuesta muy guay porque puede ser una comedia donde te emocionas y te puede saltar la lágrima o un drama en el que, de vez en cuando, se abre una ventana y el aire fresco te da cosquillas".
"He aprendido a estar para mí"
A Rovira le sorprendió la fama a gran escala con el éxito de Ocho apellidos vascos, pese a que llevaba más de una década recorriendo España haciendo monólogos. Y el año pasado confesaba que tenía que hacer "esfuerzos" para intentar "normalizar" su vida personal, que además comparte sentimentalmente con la actriz Clara Lago.
Ahora reconoce que se ha rebajado un poco la locura que le rodea, aunque cree que eso "ha ido de la mano" de haberse "acostumbrado a aceptar" que su posición con respecto a la sociedad es "diferente" y también al hacer públicos "ciertos límites" de cara a su privacidad para no volverse "majareta". "Intento sobre todo seguir un consejo que me dieron: 'sé oculto'. Todo lo que no sea la necesaria exposición, como ahora que presento los Goya, pues intento un poco, no te voy a decir vida de ermitaño y vida monacal, pero sí a cuidarme a mí mismo, a no estar siempre para la gente. He aprendido a estar para mí también".
Pero el actor también ha aprendido a usar esa fama para dar voz a causas solidarias, como la de la Protectora de Animales de su Málaga natal o las galas que cada Navidad realiza en favor de Málaga Acoge, los Ángeles de la Noche y otras ONGs malagueñas.
"Como yo soy consciente de que no soy tan importante ni tengo tantas cosas tan interesantes que decir como para que todo el mundo esté con la cámara y el micro, he aprendido a usar esta fama y repercusión para poner delante de mí causas que son muchísimo más importantes y que se tienen que saber. Esto es lo que hacía con 18 años, pero entonces lo máximo a lo que podía llegar era a sostener una pancarta de una manifestación", explica Rovira, que subraya que esto no lo hace "por compromiso", sino que lo siente como una "obligación".
"No descarto escribir algún día una novela"
"Soñó ser un ángel que volaba durante toda la noche, y fue tan real que llegó a amanecer con agujetas en las alas". Esta es una de las pequeñas historias que recoge Agujetas en las alas (Aguilar, 128 páginas, 15,90€), el primer libro que el polifacético Dani Rovira, entre rodaje y rodaje, presentó a finales del año pasado. Se trata de una bella recopilación de 88 pequeñas historias, con ilustraciones de Mónica de Rivas, que nació "sin ninguna pretensión" y se ha convertido en todo un éxito de ventas, entrando en el ránking de los más vendidos estas Navidades. Hasta el punto de que incluso en Corea del Sur se han interesado por publicarlo, "una cosa súper friki, que te quedas muy loco", ríe el malagueño. "La verdad es que el libro nos ha dado muchas alegrías y estoy muy contento y feliz porque era una cosita que no esperaba nada de ella y resulta que me ha dado muchas cosas muy bonitas", afirma Rovira, quien no descarta escribir más libros, aunque "sin prisas". "Me gusta escribir, pero tengo que aprender… A mí no se me puede catalogar como escritor por esto. Me parecería ostentoso y una falta de respeto a los escritores de verdad. Pero bueno, tengo que aprender mucho. No descarto escribir algún día alguna historia o alguna pequeña novela. Estos son muy cortitos porque así tienes menos posibilidades de cagarla", concluye el actor con modestia y entre bromas.