Manuel Bolaño y su peculiar sentido de la belleza
- El diseñador se inspira en los concursos de belleza de la América profunda
- Sita Murt presenta prendas muy trabajadas, especialmente las de punto
- Miriam Ponsa rinde homenaje a las mujeres pioneras de las aviación
El desfile de Manuel Bolaño recuerda a los concursos de belleza de la América profunda que tantas películas y canciones han inspirado. También al videoclip de la canción "Pretty Hurts" de Beyoncé, ese canto a la belleza interior.
Sobre la pasarela, Bolaño recreó el vestuario de la cultura tejana que tiene como básicos las camisas de cuadros y los pantalones vaqueros. Pero el diseñador no se queda ahí y viste a sus chicas ( Miss Ionera, Miss Teriosa, Miss Ericordia) con vestidos setenteros, de texturas brillantes y estampados florales.
Y todo con en una colección intensa, tanto por los materiales utilizados, algunos de estilo tapicería, como por la estética buscada que proyecta una inquietante sombra dramática, muy teatral.
Tanto que las modelos y los modelos se convirtieron en modelos, valga la redundancia, para un grupo de pintores armados con pincel, lienzo y trípode. Era un momento que se debía inmortalizar.
Las prendas para chico también tienen una estética marcada. Vemos abrigos de tejido sofá -con flores gigantes-, sastres de piel plateada con estrellas doradas, y jerséis en punto y colores retro. Bolaño traslada códigos de la camisería a prendas muy femeninas y propone pantalones anchos, muy anchos, que a veces decora con flecos en los laterales, a lo cowboy.
Todo muy alejado de la look princesa que recorre las pasarelas, sobre todo las de Madrid. Lo bello no es lo perfecto.Vuelvo a la canción de Beyoncé que dice cosas como estas: “Es el alma la que necesita cirugía" o "la perfección es la enfermedad de una nación”.
En diciembre de 2014 se nos iba Sita Murt pero sus hijas mantienen viva su firma y están mantienendo con entereza su legado. Para el invierno de 2016/17 proponen viajar a la década de los setenta e invitan a colarse en los armarios de iconos como Ali McGraw o Peggy Lipton.
Frank Zappa pone la banda sonora y las modelos bailan con prendas femeninas, texturas sensuales y colores amables. Siempre con un aire delicado pero, a la vez, jugando con el estilo andrógino, utilizando prendas de carácter muy masculino.
Vemos blusas, una de las prendas más hippies, y vestidos en viscosa de falda que caen buscando el suelo y dejan una interminable nota de nostalgia. Los tejidos van muy trabajados, con detalles artesanales que aportan un plus a la colección.
Destacan las prendas de abrigo. El punto es cálido, tanto al tacto como por el color, y se juega al contraste con prendas más ligeras. Los abrigos son envolventes y también las capas, una de las prendas que se resiste a desaparecer.
Josep Abril no hace desfile en esta edición pero su nombre suena mucho porque ha abierto una tienda con Txell Miras y Miriam Ponsa. Algo que ya hicieron en París. Ponsa sí ha hecho desfile y lo ha utilizado para homenajear a esas mujeres de espíritu aventurero que fueron las pioneras en la aviación.
Por eso todas las prendas son funcionales, versátiles, cómodas y con un toque masculino. Vemos petos, pieza clave en su inspiración, y patrones amplios que aportan confort y permiten libertad de movimientos.
Destacan los diseños con elásticos que recuerdan a los paracaídas y todo el trabajo hecho con los cierres, tanto los que llevan piezas metálicas como los que van con cremalleras, un elemento que recorre la colección.
Una colección sin color, que abusa del negro y el gris, lo que construye cierta barrera emocional frente al público. En la pasarela se mostraron además las propuestas de la casa Escorpión y Punto Blanco. Dos firmas con historia que hoy luchan por mantenerse y ser competitivas.