Xavi Grados pone el punto a la pasarela
- Grados trabaja el tricot y rinde homenaje a los artesanos de Igualada
- Torras se inspira en la rebeldía de James Dean y Katherine Hepburn
- Custo Barcelona propone un agradable viaje de los 60 a los 70
Un estreno siempre provoca nervios y presión. Algunas personas se hunden; otras, más positivas, lo utilizan a su favor. Es el caso de Xavi Grados que para su debut en 080 Barcelona Fashion cogió esos estados de ánimos y con ellos hizo su colección.
“Trasladé toda esa presión previa a formas, colores y texturas, por eso toda la primera parte va en negros y grises, tonos que absorben”, cuenta tras el desfile, ya más tranquilo porque tiene “la seguridad del trabajo bien hecho”.
Grados es de Igualada, la meca del punto en España. Y punto vemos en toda su colección. Para el invierno de 2016 y 2017 propone una línea masculina con aire urbano y deportivo, y diseños para mujer delicados, semitransparentes, que tienen una enorme carga sensual.
Tras la parte oscura llegan las prendas en azul y blanco, muchas de ellas son ventanas que permiten que la piel del modelo se asome y forme parte del conjunto. "La piel en la moda son los silencios de las lecturas", suelta de forma poética.
Las prendas de hombre y de mujer se complementan y juntas forman un conjunto elegante, con guiños a la artesanía de su tierra. “Mi proyecto de marca es hacer un producto 100% igualadino”, señala.
Un bonito homenaje a una ciudad y a los maestros del punto. Un producto muy competitivo a nivel internacional. De allí salen las prendas que vemos en los desfiles de Etxeberría y Sita Murt.
Grados recoge así el testigo de grandes que amaron el tricot, como Joaquín Verdú, David Valls o Lluis Generó. Maestros de las agujas, de la moda.
Luego ha sido el turno de TORRAS, casa que comenzó su andadura en 1951 y hoy vende sus prendas de punto y piel en 40 países. Ahora, inspiradas en el espíritu rebelde de James Dean y Katherine Hepburn proponen una colección de pieles suaves, “esponjosas", tan moldeables que se adaptan a los movimientos del cuerpo.
Las bufandas XXL con flecos llamaron especialmente la atención.
Custo Barcelona se sale. Su dimensión internacional y su trayectoria merecen un aplauso. También el querer seguir ligado a su tierra a pesar de que Nueva York le espera, temporada tras temporada, con los brazos abiertos.
Su colección es festiva, potente, y navega entre los años 60 y 70, aunque cambiando algunos códigos. De la primera década vemos minivestidos, de lo más yeyé, y en algunos destacan las aplicaciones coloristas de tipo étnico.
Con esos años comparte el gusto por la experimentación con los tejidos y el uso de las texturas plastificadas pero en cambio arriesga oscureciendo las prendas y haciendo del negro un interesante discurso narrativo.
Los vestidos setenteros, de aire boho, vienen enriquecidos con bordados de lujo y elegantes. Custo los tiñe de tonos empolvados o en negro, y los combina, para rejuvenecerlos, con cazadoras bomber, ochenteras y musicales. Puestos a mezclar…
Los abrigos van muy trabajados, con juegos de texturas contrarias en el mismo color, en mate y brillo, que aportan profundidad. Una colección distinta, en consonancia con las tendencias más rabiosas de las pasarelas de Milán.
Justicia Ruano trabaja los contrastes construyendo su colección con tejidos opacos y otros que dejan ver la piel, o con texturas mate y otras de un brillo cegador. La diseñadora se esmera con los materiales y combina vinilo con chantilly o lúrex con mohair.
Destacan los vestidos adornados con hilos de oro, plata y cobre. Guiños a la artesanía y a las culturas del Mediterráneo, sensuales y ricas en matices. Otro punto de contraste se advierte entre las prendas muy estructuradas y los diseños lánguidos que proyectan una silueta fluida.
Chaquetones cruzados, vestidos de flores casi transparentes con cárdigan XXL de punto, abrigos-batín y pantalones-pijama en terciopelo de seda celeste, vestidos camiseros en negro lorquiano…
Es la propuesta de Lebor Gabala, un jardín variado en el que florece todo tipo de prendas, estilos e ideas. Y flores, claro,que estampa en sus vestidos que intenta protege con chaquetas de punto, renovando el denostado estilo grunge.
Los insectos sirven a Óscar León de pretext para dibujar una colección urbana de colores callejeros. La casa WOM &NOW tiñe de negro una propuesta muy sofisticada y Naulover divierte con una propuesta que parece improvisada, como si abrimos el baúl de los recuerdos y jugamos a disfrazarnos.
De Edgar Carrascal se valora el trabajo de experimentación con la camisa, pieza que presenta en múltiples versiones. Destacan, especialmente, las que llevan cuello elástico, como las bomber. Y la firma escocesa Lyle & Scott siempre ha estado ligada al deporte rescata estilos y prendas de los 60, actualizando prendas muy ligadas a la cultura y a la música de esa década.