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El último desafío de Corea del Norte revela las suspicacias en torno a la seguridad entre China y EE.UU.

  • Corea del Sur y EE.UU. negociarán la instalación de un escudo antimisiles
  • China expresa su "profunda preocupación", al percibirlo como una amenaza
  • También Japón evalúa la posibilidad de reforzar su defensa con ese sistema
  • Una patrullera norcoreana ha entrado en aguas del sur durante 20 minutos

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Un soldado estadounidense vigila el terreno en unas prácticas militares en Paju, localidad de Corea del Sur fronteriza con Corea del Norte
Un soldado estadounidense vigila el terreno en unas prácticas militares en Paju, localidad de Corea del Sur fronteriza con Corea del Norte.

El último desafío de Corea del Norte, en forma de lanzamiento de un cohete de largo alcance, ha renovado las preocupaciones de la comunidad internacional sobre la amenaza militar creciente que supone el régimen norcoreano y, al mismo tiempo, ha revelado las divisiones y suspicacias en torno a la seguridad en la región entre China, el principal apoyo de Pyongyang, y Estados Unidos y sus aliados, Corea del Sur y Japón.

El lanzamiento norcoreano, oficialmente con fines científicos, motivó la inmediata convocatoria de una reunión del Consejo de Seguridad de la ONU, que lo ha condenado como una "amenaza para la paz" y estudiará nuevas sanciones contra Pyongyang, ya que se teme que esconda un ensayo encubierto de misiles balísticos.

¿Qué riesgo representa la dictadura norcoreana?, ¿cómo financia Pyongyang las innovaciones tecnológicas?, ¿cuál es el objetivo del lanzamiento de satélites? Pedro Baños, coronel del Ejército de tierra y analista político, asegura que ¿Corea del Norte sabe que si ataca con un misil a EE.UU. desaparecería del mapa¿. ¿El arma nuclear es un arma política fundamental mente disuasoria¿, señala.

Además, pocas horas después del lanzamiento, responsables militares de Estados Unidos y de Corea del Sur para el despliegue del sistema de defensa denominado THAAD (Terminal High Altitude Area Defense), uno de los escudos antimisiles más sofisticados del mundo.

Hasta ahora, Seúl había evitado cualquier mención oficial a las negociaciones sobre el THAAD, para no soliviantar a Pekín, que constituye su principal socio comercial. Pero finalmente se ha impuesto la decisión de responder a "las amenazas crecientes de Corea del Norte", en palabras del viceministro surcoreano de Defensa, Yoo Jeh-Seung.

Entre esas amenazas se incluyen, además del lanzamiento de este domingo (se estima que el cohete tiene un rango de más de 10.000 kilómetros, lo que bastaría para alcanzar a Estados Unidos) los recientes ensayos nucleares del régimen norcoreano, el último de ellos el pasado 6 de enero.

Corea del Norte anuncia el lanzamiento de un supuesto satélite espacial

China percibe una amenaza

Cuando busca reforzar la seguridad propia, un país no debe poner en cuestión los intereses de seguridad de otros

En cualquier caso, la respuesta de China no se ha hecho esperar y ya ha mostrado su "profunda preocupación" por el despliegue de un sistema que también alcanza su territorio. El Ministerio de Defensa ya ha trasladado esa posición tanto a Seúl como a Washington: "Cuando busca reforzar la seguridad propia, un país no debe poner en cuestión los intereses de seguridad de otros", señala en un comunicado el portavoz ministerial Hua Chunying.

Algunos analistas señalan, de hecho, que el movimiento de Washington y Seúl pretende empujar a Pekín a endurecer su postura frente al programa nuclear de Pyongyang. "Es un modo de enviar una señal a China, de decirle que los que hace Corea del Norte tiene consecuencias reales, también para Pekín, en materia de seguridad", comenta un experto en las relaciones entre Corea del Sur y EE.UU. de la Universidad John Hopkins, Joel Wit, en declaraciones a AFP.

Sin embargo, China percibe el despliegue del THAAD, antes que nada, como una amenaza para su propia estrategia de disuasión nuclear, ya que podría servir para contrarrestar también los misiles chinos. Los responsables militares estadounidenses y surcoreanos han recalcado que el sistema se centrará en vigilar a Corea del Norte, pero el argumento no acaba de convencer a Pekín.

"Los expertos militares consideran que, una vez que el THAAD esté instalado, los misiles chinos estarán entre sus objetivos de vigilancia, lo que perjudicaría a la seguridad nacional china", recalca un editorial del Global Times, un influyente suplemento del Diario del Pueblo, medio oficial del Partido Comunista Chino.

Un soldado norcoreano al otro lado del río Yalu, que sirve de frontera con China

Un soldado norcoreano al otro lado del río Yalu, que sirve de frontera con China. eis//RAB

Japón también piensa en reforzar sus defensas

Además, otro aliado de Estados Unidos en la región ha mostrado su interés por instalar también un escudo contra los posibles misiles norcoreanos: Japón ya tenía el sistema THAAD entre las posibles opciones, aunque todavía no hay ningún plan concreto, según ha declarado el jefe de gabinete del Gobierno, Yoshihide Suga, recogido por Reuters. Sin embargo, Tokio está decidido a elevar su capacidad defensiva, más aún después de que el último cohete de Pyongyang sobrevolara parte de su territorio, en concreto, la provincia de Okinawa.

Por el momento, Estados Unidos dispone de cuatro baterías THAAD, una de ellas instalada en la isla de Guam, en el océano Pacífico, aunque hay otra en la base Fort Bliss de Texas preparada para su despliegue inmediato, de forma que podría estar en Japón o Corea del Sur en semanas. El sistema de batería antiaéreas permite su traslado por tierra, mar y aire.

"Las presiones sobre Washington para que reafirme y aumente la protección sobre sus aliados no va a hacer más que aumentar, así que existe un verdadero riesgo de tensiones y de inestabilidad en la región", advierte Joel Wit.

Si China y Estados Unidos no logran acordar un acercamiento común a Corea del Norte, no habrá progresos y la situación empeorará

Otro analista recogido por AFP, el experto de Ploughshares Fund Paul Carrol, también resalta las incertidumbres que introduce el movimiento iniciado por EE.UU. y Corea del Sur: "Es un mensaje a China. Si no quiere manejar a Corea del Norte, lo haremos a nuestra manera. Y claramente, hay riesgo. Si China y Estados Unidos no logran acordar un acercamiento común a Corea del Norte, no habrá progresos y la situación empeorará".

Nuevo incidente en la frontera entre las dos Coreas

De hecho, un nuevo incidente ocurrido este lunes, apenas 24 horas después del lanzmiento del cohete de largo alcance, ha reavivado la tensión entre Seúl y Pyongyang: una patrullera de Corea del Norte ha hecho una incursión en aguas surcoreanas, según informa EFE.

La Fuerza Naval de Corea del Sur ha realizado varios disparos al aire de advertencia y el Ejército ha elevado su situación de alerta después de que el barco patrulla norcoreano se adentrara en aguas surcoreanas durante 20 minutos, ha explicado el Ministerio de Defensa surcoreano. Finalmente, la patrullera ha regresado a aguas norcoreanas.

La frontera marítima occidental entre las dos Coreas en el Mar Amarillo, conocida como Línea Límite del Norte (LLN), ha sido en los últimos años escenario de conflictos entre ambos países, puesto que Pyongyang no reconoce la demarcación establecida al término de la Guerra de Corea (1950-53).

Seúl, mientra tanto, ha reforzado su ofensiva diplomática y el ministro de Exteriores, Yun Byung-se, acudirá este martes a la sede de Naciones Unidas para pedir al Consejo de Seguridad que sancione de la manera más dura y rápida posible a Corea del Norte por el lanzamiento.

España protesta ante el embajador norcoreano

El Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación ha convocado este lunes al embajador de Corea del Norte en Madrid, Kim Hyok-Chol, para expresarle la firme condena de España el lanzamiento del cohete de largo alcance, que, según el Gobierno español, vulnera "un gran número" de resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU.

El director general para América del Norte, Asia y Pacífico de Exteriores, Fidel Sendagorta, ha trasladado al embajador la firme determinación de España, en su calidad de miembro no permanente del Consejo de Seguridad y presidente de su comité 1718 sobre sanciones a Corea, de trabajar con la comunidad internacional en la salvaguardia de la legalidad internacional, según ha informado en un comunicado el ministerio.