New Hampshire apura la votación mientras los candidatos arañan votos para seguir en la carrera presidencial
- Las primarias del pequeño estado del noreste de EE.UU. suelen marcar tendencia
- Pese al frío y las intensas nevadas, se espera una participación récord
- Sanders es el favorito entre los demócratas y Trump, entre los republicanos
- Especial: Elecciones en EE.UU. 2016
Los votantes de New Hampshire apuran las últimas horas de votación en las primarias de las elecciones presidenciales de Estados Unidos, marcadas este año por una elevada participación pese a las intensas nevadas, mientras los candidatos intentan arañar votos hasta el final, buscando a los electores puerta a puerta.
El "Estado de Granito", uno de los más pequeños del país y de apenas 1,3 millones de habitantes, suele tener una influencia particular y desproporcionada en la carrera hacia la Casa Blanca. Sus primarias son las segundas, justo detrás de los caucus de Iowa, pero históricamente marcan tendencia: obligan a los candidatos más débiles a salir de la contienda y, en ocasiones, salvan a otros que no parecían tener verdaderas opciones.
Pese al intenso frío y las nevadas, habituales en esta época, se espera una participación récord: este año se han registrado para votar 882.959 personas, casi el 70% de los habitantes del Estado. De ellas, 231.376 se han apuntado a las primarias demócratas y 262.111 lo han hecho en las republicanas; el resto son votantes no afiliados, que podrán votar en unas u otras, aunque no en las dos.
Arañar votos hasta el último minuto
Las cifras, en cualquier caso, no son definitivas, porque hasta el último momento es posible inscribirse para participar en las primarias. Las urnas se abrieron ya en la medianoche del lunes en algunos pueblos pequeños y estarán abiertas, en su mayoría, hasta las 19:00 horas (01:00 del miércoles, hora peninsular española).
Los habitantes de New Hampshire, cuyo lema estatal es "Vive libre o muere", arrastran fama de decidir a menudo en el último momento, lo que obliga a los candidatos a hacer campaña hasta el último minuto. El lunes, los candidatos de uno y otro partido celebraron más de 35 mítines y encuentros con electores.
"Necesitamos a un empresario para dirigir este país, que está a punto de derrumbarse", decía en uno de ellos Brian Carey, un simpatizante de Donald Trump, recogido por AFP. El martes por la mañana, en la alcaldía de Canterbury, Stephen Rasche defendía a Hillary Clinton como la única que podía ganar en las elecciones de noviembre, pero David Emerson aseguraba que Bernie Sanders "es el único que habla de todos los problemas".
Sanders lidera las encuestas demócratas por delante de Hillary
La contienda demócrata se presenta especialmente interesante, porque la exsecretaria de Estado, que ganó los caucus de Iowa por escasísimo margen, no es la favorita demócrata en New Hampshire, ya que Bernie Sanders, senador por el estado vecino de Vermont, lidera los sondeos: ha estado en cabeza desde diciembre y los cuatro últimos le dan entre 12 y 26 puntos de ventaja.
Este martes, Hillary Clinton estaba desde primera hora de la mañana, envuelta en un abrigo oscuro junto a su hija Chelsea, en un centro de votación para saludar a los votantes y agradecer sau entrega a los voluntarios de su campaña que trabajan "día y noche". En los últimos días ha intentado rebajar las expectativas, dejando ver que Sanders haría un buen papel.
Porque una derrota abultada colocaría a Hillary, que hace unos meses parecía afrontar una nominación sin sobresaltos, en una situación similar a la que vivió en 2008, cuando se vio superada por la ola de entusiasmo que generó Barack Obama. Sanders, de 74 años, no es tan joven como lo era entonces Obama, pero demuestra un entusiasmo y un dinamismo que ha encontrado un formidable eco, sobre todo entre los jóvenes.
Trump busca su primera victoria entre los republicanos
Del lado republicano, el favorito es Donald Trump, que ha liderado las 75 encuestas realizadas desde mayo en el Estado; las cuatro últimas le dan entre 11 y 21 puntos de ventaja. El empresario, además, necesita la victoria para enjugar su derrota en Iowa, donde se vio superado por Ted Cruz y amenazado por Marco Rubio, que obtuvo un apoyo apenas tres puntos por debajo en los caucus.
Quizá por ello, Trump se ha mostrado más comedido en New Hampshire y ha intentado recuperar su aura de triunfador: "¡Me gusta ganar, he ganado toda la vida y, de hecho, es lo que hago, ganar!", exhortaba a sus votantes en una entrevista en la cadena MSNBC. Pese a todo, no ha podido evitar lanzar sus habituales insultos contra sus rivales y ha llamado "perdedor" a Jeb Bush, "confuso" a Rubio, "malvada" a Hillary y "sucio" a Cruz, a quien acusa de haber hecho trampa en Iowa.
Quien más parece jugarse en estas primarias, sin embargo, es Marco Rubio, cuyo tercer puesto en los caucus de hace una semana le ha convertido en el candidato preferido de la dirección del partido, aunque no estuvo fino en el último debate republicano, algo que puede lastrar sus resultados.
Puerta a puerta
Al margen de Trump, Rubio y quizás Cruz, el resto de aspirantes republicanos aspira a mantenerse en la carrera reforzando sus resultados en New Hampshire, a la espera de lugares propicios en los que relanzar sus candidaturas.
Todos ellos han perseguido a los votantes durante todo el martes, como ya hicieran en los últimos días: en iglesias, escuelas, cafeterías, tiendas, universidades y dependencias municipales habilitadas para albergar debates.
Cuando New Hampshire decida, los candidatos enfilaran de nuevo la carretera para centrarse en Carolina del Sur, donde los republicanos celebran primarias el 20 de febrero, y, sobre todo, en Nevada, que acoge primarias demócratas ese mismo día y republicanas el 23 de febrero. Pero esa ya será otra etapa.