Los peritos creen que la asesina de Isabel Carrasco eligió un revólver adecuado para ocultar pruebas
- Es una pistola "letal" y "perfectamente manejable por una mujer", dicen
- Tiene una empuñadora sintética que "mejora el agarre" y "no deja huellas"
- Había restos de disparos en su ropa y manos, y en las botas de su hija
Montserrat González, asesina confesa de la presidenta de la Diputación de León Isabel Carrasco (PP), eligió un revólver para acabar con su vida para ocultar pruebas ya que este tipo de armas no expulsa vainas (los conocidos como casquillos) y dificulta la investigación, según han puesto de manifiesto los expertos en balística.
El juicio por el crimen de Isabel Carrasco, que murió tiroteada el 12 de mayo de 2014, afronta desde este martes las pruebas periciales que en esta jornada se centran en informes de balística e informáticos. La prueba pericial de balística ha corrido a cargo de tres agentes de la Policía Nacional de Madrid, que han sido los encargados de desvelar las conclusiones del estudio que realizaron del arma homicida y los cartuchos que acabaron con la vida de la víctima.
Estos peritos han puesto de manifiesto que el arma utilizada en el crimen fue un revólver, marca "Taurus", con su número de serie punzonado, para cartuchos del calibre 32, apto para el disparo, un arma de "calibre pequeño, pero suficiente para producir hechos letales" y "perfectamente manejable por una mujer".
Poco retroceso y no deja huellas ni casquillos
Se trata de un arma de fuego corta cuya finalidad únicamente puede ser "defensa o agresión, no es un arma para uso cinegético ni militar", tal como han explicado en la Audiencia Provincial de León tres policías encargados de analizar tanto el arma homicida como la pistola que se incautaron a las acusadas del crimen de la política leonesa.
Los policías han precisado que el revólver es "más seguro" que la pistola marca 'Royal' que se incautó en casa de Triana Martínez, hija de la autora confesa del crimen, que tenía más antigüedad. Además, el arma homicida tiene una empuñadora sintética que "mejora el agarre e incluso retroceso del arma" y "no deja huellas" por ser de neopreno.
Otras de las ventajas de esta arma, han añadido, es "que no es muy pesada e incluso puede llevarse en un bolso" y que no deja la vaina -el casquillo-, lo que puede dificultar la identificación del arma homicida y con ello el crimen.
Han explicado que en el caso del arma homicida tiene tres disparos consecutivos -los tres que impactaron en el cuerpo de Isabel Carrasco- y luego hay un salto en el tambor hasta el cuarto, que se encasquilló. Además, a preguntas de la defensa del letrado José Ramón García, que representa a Montserrat González, ha precisado que "no hace falta un cursillo para disparar este revólver".
La pistola y el revólver, han precisado los peritos, tenían un estado de conservación idóneo, sin ningún problema mecánico, con operatividad correcta y los números de serie estaban borrados en ambos casos.
En el caso del revólver, se intentó recuperar el número de serie por procedimientos químicos, pero no se logró porque estaban machacados con un punzón, han manifestado. Tampoco consiguieron recuperar la numeración de la pistola.
Restos de disparos en ropa y manos de Montserrat González
Por otro lado, también han prestado este martes declaración los encargados de analizar el kit de residuos de disparos, una prueba que se realizó tanto a Montserrat González como su hija Triana Martínez después de ser detenidas.
Los agentes han dicho que existía "gran abundancia de partículas" procedentes de disparos en unos guantes de piel, que se encontraron en el coche de Triana Martínez, y que presumiblemente llevaba puestos Montserrat González cuando mató a Isabel Carrasco. Además, también se encontraron restos en las manos de la autora confesa del crimen y en otros guantes de látex que se encontraron en el domicilio de Triana Martínez.
Por otro lado, los peritos también encontraron restos de partículas procedentes de disparos en la parca y en la gorra que Montserrat llevaba puesta en el momento del asesinato, y también en las botas que llevaba puestas su hija Triana ese día.
Prácticas de tiro antes del asesinato
Los agentes han explicado que los restos en el calzado "no tienen el mismo valor que en las manos o en las prendas" porque los zapatos "no se lavan tan frecuentemente". Previsiblemente, estos restos, han agregado los agentes, procedían de una exposición anterior a disparos.
Los peritos han precisado que en virtud de las pruebas halladas tanto la asesina confesa como su hija podrían haber hecho prácticas de tiro con anterioridad al día del asesinato.
El abogado defensor de madre e hija, José Ramón García, ha preguntado a los peritos por la posibilidad de que dichos restos de pólvora procedieran de la "contaminación" de la bota de Triana al recoger el bolso con el arma homicida y tocarlo con su calzado.
Según la defensa, Triana recogió al bolso con el arma homicida de la rampa de un garaje al ver como su madre lo tiraba instantes después de haber matado a Isabel Carrasco. Los peritos han considerado esta posibilidad "altamente improbable" y apuntan que lo más viable es que esos restos procedieran de un "ensayo" previo, bien de la propia Triana o de alguien que se encontrara junto a ella.
En cualquier caso, ha recalcado que donde más restos de pólvora se encontró fue en los guantes de piel y las prendas que la asesina confesa llevada puestos cuando disparó sobre la dirigente política del PP. Esas prendas fueron halladas en el maletero del coche de Triana cuando ella y su madre fueron detenidas gracias al policía jubilado que presenció el asesinato y siguió a Montserrat hasta propiciar su arresto.
Por el asesinato del Isabel Carrasco están acusadas Montserrat González, autora confesa de los disparos que acabaron con la vida de la presidenta de la Diputación de León; su hija, Triana Martínez, y la policía local Triana MartínezRaquel Gago.
Montserrat González declaró ante el tribunal que es la única responsable de la muerte de Isabel Carrasco y admitió que estaba "obsesionada" con ella porque había echado a su hija de la Diputación de León, donde ocupaba una plaza interina como ingeniera de telecomunicación, e igualmente consideraba que había cercenado su carrera política en el seno del PP