New Hampshire: el triunfo de los intrusos
- Donald Trump y Bernie Sanders son considerados candidatos fuera del "aparato"
- Trump ha demostrado que es una opción seria
- En las próximas citas Clinton contará con el apoyo de las minorías
- Especial: Elecciones en Estados Unidos 2016
El socialdemócrata Bernie Sanders y el polémico magnate Donald Trump tienen poco o nada en común, pero ambos comparten una parte importante de su discurso: se presentan como los candidatos de la "gente" frente al "poder".
El triunfo de ambos este martes en New Hampshire es una victoria para todos aquellos que han hecho de estas primarias un desafío al establishment, al aparato tradicional de los partidos.
"Sus victorias reflejan un profundo enfado en ambos partidos con los políticos profesionales y sugiere que las primarias republicana y demócrata serán largas y duras batallas que pueden extenderse hasta bien entrada la primavera", explica Stephen Collinson en CNN.
Trump encarrila su campaña
La importancia de Iowa en las primarias de Estados Unidos es más simbólica y psicológica que numérica. Otro tanto podría decirse del pequeño estado de New Hampshire: diminuto, poco poblado y mayoritariamente blanco.
Aquí, Trump se ha beneficiado de una alta participación, de la dispersión del voto entre sus adversarios (a pesar de los abandonos) y ha captado el apoyo de aquellos "preocupados por la inmigración ilegal, la inestabilidad económica creciente y la amenaza de un ataque terrorista", según la interpretación del New York Times.
La victoria encarrila su campaña y le convierten ya en un candidato con posibles y no en un simple agitador.
"Un montón de gente pensó que perder en Iowa sería el fin de su campaña, un golpe existencial - explica a AP Chris Galderi, profesora del St. Anslem College - Claramente no es el caso. Ha ganado en New Hampshire, por un amplio margen. Probablemente se va a mantener y lo haga bien en Carolina del Sur, y entonces la cuestión para el resto del Partido Republicano será si hay alguien que pueda pararle".
“La cuestión para el resto del Partido Republicano será si hay alguien que pueda pararle“
Trump se beneficia de la división del voto entre los candidatos "respetables", los preferidos por los dirigentes republicanos. Si en Iowa Marco Rubio emergió como la esperanza blanca del aparato, este martes ha sido el gobernador por Ohio, John Kasich, y el ex gobernador de Florida, Jeb Bush, quienes han quedado mejor posicionados.
El magnate probará suerte de nuevo en Carolina del Sur en una semana. Es más que probable que entonces tenga un rival menos del que preocuparse: Chris Christie, gobernador de Nueva Jersey, se ha retirado a casa para decidir junto a su familia si tira la toalla, tras un mal arranque que ha dejado su campaña casi sin dinero.
Sanders: ¿ganar para empezar a perder?
Para Hillary Clinton, favorita del campo demócrata, el triunfo de su único oponente es otro jarro de agua fría tras la victoria por la mínima en Iowa. New Hampshire, además, había sido un estado favorable a los Clinton en las primarias: Hillary ganó aquí a Obama en 2008.
Sanders ha conseguido, como en Iowa, atraer a las urnas al mismo público de origen heterogéneo pero mayoritariamente joven que llenaba sus mítines. Y también a muchas mujeres, algo que preocupa especialmente a los responsables de campaña de Clinton.
"La victoria de Sanders (...) ha confirmado la fortaleza de su atractivo iconoclasta y el poder de un mensaje insurgente que cataloga a Clinton como a una criatura de la vieja guardia", analiza The Washington Post.
“La victoria de Sanders (...) ha confirmado la fortaleza de su atractivo iconoclasta y el poder de un mensaje insurgente que cataloga a Clinton como a una criatura de la vieja guardia (Washington Post)“
La campaña, sin embargo, empieza ahora para el veterano político socialdemócrata: como destaca la web Politico, Iowa y New Hampshire son estados mayoritariamente "blancos", pero el electorado de las próximas citas demócratas (Nevada, el 20 de febrero, y Carolina del Sur, el 27) tiene un alto componente de minorías étnicas, sobre todo afro-americanos y latinos, que apoyan a Clinton y, en muchos casos, ni siquiera conocen al candidato.
"Si Sanders - advierte Politico - consigue terminar en un segundo lugar a escasa distancia en esos estados con fuerte presencia de minorías, entonces será cuando los demócratas, que descartaron al senador por Vermont como un ligero picor, se empezarán a preocupar de que la cosa llegue a convertirse en una quemadura".
No sería el primer prejuicio que Sanders deja atrás: este martes se ha convertido en el primer político no cristiano (es judío), que gana las primarias en un estado.