Los asistentes al Madrid Arena culpan a los vigilantes de Kontrol 34 de no ayudar en la avalancha mortal
- Kontrol34 era la empresa contratada por Flores para la seguridad interna
- Los jóvenes afirman que no solo no ayudaban, sino que también lo impedían
Los jóvenes que han testificado este jueves en el juicio por la tragedia del Madrid Arena han cargado contra los vigilantes de Kontrol 34, empresa encargada de la seguridad interior contratada por Diviertt, a quienes han acusado de cerrar puertas, de insultarles y de no permitirles salir por los vomitorios cercanos al túnel de la avalancha mortal.
Han sido cinco los testigos que este jueves por la mañana han prestado declaración en la vista oral que se celebra en la Audiencia Provincial de Madrid sobre la trágica fiesta del Madrid Arena, ocurrida el 1 de noviembre de 2012.
Todos ellos han cargado contra la falta de respuesta de los empleados de Kontrol 34, la empresa que trabajaba con el promotor Miguel Ángel Flores en la seguridad interior del recinto, durante la avalancha mortal.
Con sus testimonios han tratado de aclarar cuál fue la labor de estas personas que, según han asegurado, poco tuvo que ver con el rescate a las víctimas rozando en algunos casos la omisión del deber de socorro.
Mala educación de los controladores
Del mismo modo, han destacado la mala educación de los controladores de Kontrol 34 e incluso las amenazas que recibieron algunos de ellos cuando se produjo la tragedia.
Ese fue el caso de Gonzalo Encinas, que ha contado que se acercó al vomitorio para tratar de ayudar a la gente atrapada, pero cuando llegó, un vigilante con un chaleco amarillo, le dijo: "Vete de aquí, vete de aquí, que se han muerto tres personas, que te pego una hostia".
Ha dicho que este vigilante "estaba muy nervioso y no echaba una mano a las personas que lo necesitaban". "La impresión que tuve es que no quería ayudar", ha añadido.
"Yo hice por ayudar a las personas que estaban pidiendo auxilio porque había muchos gritos, pero a esta persona no le pareció bien que le ayudara y me amenazó con que me podía agredir", ha agregado el testigo, que le tuvieron que practicar un injerto de ligamento en la rodilla al verse implicado en una avalancha previa a la mortal.
Las mismas acusaciones ha lanzado Alejandra Lozano, quien fue rescatada de la avalancha por un chico que la subió a una puerta. Desde allí, ha dicho, pudo ver a gente de seguridad chillando y diciendo que retrocedieran, pero atrás no había nadie que les organizara.
"Por ahí no se salía"
Cuando bajó de la puerta, se dirigió a un vomitorio cercano que estaba cerrado y donde había un vigilante con chaleco amarillo (como iban vestidos los controladores de Kontrol 34) que le dijo que "por ahí no se salía". Pudo salir tras irse a un segundo vomitorio y convencer a los vigilantes que allí había.
Estefanía Sancho, otra de las heridas en la tragedia, ha explicado que logró salir de la marea humana gracias a que un amigo tiró de ella "con muchísima fuerza" y pudo dejar encajadas las botas que llevaba puestas para así sacar las piernas. "Pensé que me quedaba sin piernas allí", ha subrayado.
En todo ese tiempo, ha apuntado que sólo vio a un chico de seguridad que movía las manos para echar a la gente atrás "pero eso era incontrolable". Luego, ha seguido, "había otro chico de seguridad en el cuarto que le temblaban las manos y decía 'Dios mío, Dios mío'".
"Cuando me metí en el cuarto no me atreví a asomarme después". Salió descalza del recinto, ha agregado la chica, quien al igual que todos los heridos que han comparecido hasta la fecha han destacado la ausencia de controles y registros en la entrada del recinto.
Todos ellos han querido dejar claro que los vigilantes que estaban apostados en la puerta principal tan solo les pedían la entrada, que luego se la quedaban. No les practicaron registro alguno, ni les revisaron los bolsos ni impidieron la entrada de botellas. A ninguno le pidieron el DNI.
"El puerta nos chilló y nos quitó la entrada, había mucha gente", ha destacado una de las chicas. Todos coinciden, tenían mucha prisa, no miraban nada.