La línea 1 de metro de Madrid cerrará 25 estaciones por obras durante cuatro meses
- Cifuentes anuncia el cierre del el tramo entre Plaza Castilla y Sierra de Guadalupe
- El cierre de las estaciones será entre el 21 de mayo y el 30 de septiembre
- Habrá un servicio de autobuses alternativo gratuito
- La mejora de la línea se hará en dos fases y costará 69 millones de euros
La presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, ha anunciado este viernes el cierre de 25 estaciones de la Línea 1 de Metro, la primera línea de España y la segunda con más viajeros de la red, por obras de mejora que tienen un presupuesto de 69 millones de euros. En concreto, se cerrará el tramo entre Plaza de Castilla y Sierra de Guadalupe, ambas inclusive.
El cierre de las estaciones se realizará del 21 de mayo al 30 de septiembre y estas obras de mejora permitirán, una vez concluida todo el programa de actuaciones, reducir a la mitad las incidencias que presenta ahora la Línea 1.
Ante esta situación de cierre parcial, se ofrecerá un servicio de autobuses alternativo gratuito (independientes a los de la EMT) para los usuarios de Metro que realizará el recorrido de dicho tramo y que habilitará al menos 50 vehículos para desplegar las mismas frecuencias que se despliegan en la L1. Se convocará un concurso público para este servicio.
Una obra dividida en dos fases
Cifuentes ha comprobado de primera mano el estado de la Línea durante una visita a los túneles de la Línea 1 en la estación de Fuencarral y ha subrayado la necesidad de acometer estas obras de mejora, que en su primera fase implica una inversión de 37 millones de euros, debido a la antigüedad que presenta dicha línea, la primera de la red inaugurada en 1919 por el rey Alfonso XIII.
Los trabajos de renovación se ciñen a un tramo con una superficie de 13,5 kilómetros cuadrados de los 23,3 kilómetros de recorrido de la L1, que cuenta con un total de 33 estaciones, 54 accesos desde la calle (sin contar la entrada a Renfe de la estación de Atocha) y 38 vestíbulos. Por ello, transitaron el año pasado 85 millones de viajeros, la segunda línea más utilizada tras la L6.
Los trabajos de la primera fase consisten en la impermeabilización y consolidación del túnel en el tramo Cuatro Caminos-Portazgo, uno de los más antiguos de la red, que será reforzado mediante inyecciones de cemento y proyecciones especiales de hormigón, además de sustituir la catenaria convencional (que aporta un riesgo de incidencias cuya solución es prolongada, oscilando a veces entre 2 y 4 horas) por otra de sistema rígida.
En la segunda fase, que se llevará a cabo en el futuro, se contempla una inversión de 32 millones de euros y se llevará a cabo la sustitución de la vía actualmente en balasto por una vía de plaza, una "solución más eficaz que evita la degradación", detalla la Consejería.
Cifuentes ha estado acompañada en su visita por el consejero de Transportes, Infraestructuras y Vivienda, Pedro Rollán, quien ha explicado que las mejoras que se van a introducir en las instalaciones permitirán reducir el volumen de incidencias, pasando de las 800 anuales que se registran ahora en la L1 a unas 400.
La presidenta regional ha explicado que a esta inversión se unen a otras de mantenimiento realizadas antes en otras líneas (6, 10 y 12) y otras que se requieran (como el caso de la L8).
“Esta línea había que renovarla, no podía aguantar más“
"Esta línea había que renovarla, esta línea no podía aguantar más", ha subrayado Cifuentes en su comparecencia ante los medios de comunicación y donde ha subrayado los 97 años de vida de la L1. Respecto a la segunda fase posterior, que supondrá un gasto de 32 millones, ha dicho que aún no está programada.
Por su parte, el consejero de Transportes ha insistido en que no sólo se trata de poner "más trenes y conductores" (en referencia a la incorporación de 360 nuevos conductores en 2016) sino que se debe desplegar esta inversión para mejorar el mantenimiento de la red, actuación que se realiza por responsabilidad, no por lucimiento.
Estas obras, según ha explicado Rollán, aportará más seguridad y puntualidad al servicio una vez estén completadas, mejorando a su vez el mantenimiento de la línea y evitando incidencias que devienen en este tramo por la antigüedad de componentes como el sistema de catenaria. En definitiva, se trata de una actuación "preventiva" para no llegar a un "punto de no retorno"
La primera línea de metro de España
El Rey Alfonso XIII inauguró el 17 de octubre de 1919 en Madrid la primera línea de metro de España, que cubría el trayecto entre Sol y Cuatro Caminos y cubría una longitud de 3,48 kilómetros y 8 estaciones.
'Nacía' entonces la hoy famosa Línea 1, que cubre buena parte del eje norte-sur de la capital y vivió uno de sus hitos fundamentales en febrero de 1961, cuando tuvo lugar la entrada en funcionamiento de la prolongación al Norte desde la calle Bravo Murillo hasta la Plaza de Castilla, con dos nuevas estaciones.
Un año más tarde, el 2 de julio, se inauguró la prolongación al Sur, bajo la avenida de la Albufera, con dos nuevas estaciones hasta Portazgo.
A lo largo de las décadas, la infraestructura mejoró sus conexiones con otros medios de transporte: en 1988 se abrió la estación Atocha Renfe, que comunicaba de forma subterránea con el nuevo complejo de Cercanías y la estación terminal de largo recorrido de Puerta de Atocha.
Hoy, la línea 1 discurre entre las estaciones de Pinar de Chamartín y Valdecarros, tiene una longitud total de 23,32 kilómetros y 33 estaciones, 54 accesos desde la calle (sin contar la entrada de Renfe de la estación de Atocha) y 38 vestíbulos. Con un total de 85 millones de viajeros, es la segunda línea con mayor tránsito del metropolitano madrileño, después de la línea 6.
Cuando echó a andar en 1919, la Línea 1 no tenía color -es azul celeste- y constaba de ocho estaciones. Fue una revolución: los madrileños pudieron "ganar en calidad de vida" al emplear diez minutos para 'saltar' de Sol a Cuatro Caminos, en lugar de los 30 que tardaban a pie.
Una de sus paradas era la que hoy se conoce la 'estación fantasma' de Chamberí, reconvertida en museo años después de su cierre al público, en 1966.
La Línea 1 de metro es la única que se puede preciar de haber vivido toda la historia de la evolución de una de las mayores redes de metro del mundo, como la aparición de los ascensores en red, el diseño del logotipo y su evolución en el tiempo, la señalización, o la aparición de las líneas de colores, la primera máquina billetera.