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Philae se enfrenta a la eterna hibernación

  • Ya no hay esperanzas de recuperar el contacto con el módulo
  • "Las posibilidades de contacto se acercan a cero", afirma la ESA
  • Continúa posada en el cometa 67/P Churyumov-Gerasimenko

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El módulo Philae lleva instalado en el cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko desde noviembre de 2014.
El módulo Philae lleva instalado en el cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko desde noviembre de 2014.

La Agencia Espacial Europea (ESA) cree que casi no existe posibilidad de recuperar el contacto con el módulo Philae de la sonda Rosetta, aún posado en el cometa 67/P Churyumov-Gerasimenko pero en silencio desde el pasado julio.

"Desafortunadamente, las posibilidades de que el módulo Philae contacte con nuestro equipo en el centro de control terrestre se están acercando a cero", declaró en un comunicado difundido por la ESA el experto del Centro Aeroespacial Alemán (DLR), Stephan Ulamec.

El científico agregó que se han dejado de enviar instrucciones al módulo y sería "una gran sorpresa" que se vuelvan a recibir señales de la nave, que aterrizó en el cometa en noviembre de 2014 de manera accidentada y entró en hibernación tras 60 horas de trabajo.

Al aterrizar en el cometa, Philae no logró lanzar los arpones con los que debía quedar fijada al suelo y rebotó dos veces, deteniéndose finalmente en una zona conocida como Abydos, a 1 kilómetro de distancia del punto escogido para el descenso, Agilkia. "Incluso después de esa inesperada excursión, el módulo logró efectuar un impresionante despliegue de mediciones científicas, algunas cuando aún estaba volando sobre la superficie", agregó la ESA.

Finalmente, pudo completar "en torno al 80 %" de las actividades para las que estaba diseñado, como tomar imágenes del cometa durante el descenso y desde la superficie, encontrar restos orgánicos en su anfitrión y perfilar las condiciones del cometa, aportando "información revolucionaria sobre ese mundo fascinante".

Pero una vez agotada su batería principal, como estaba previsto, la insuficiente luz solar que recibía el módulo impidieron que cargara sus baterías secundarias y Philae entró en hibernación en la noche del 14 al 15 de noviembre de 2014. Los científicos creen que el módulo, situado en un cometa que actualmente se halla a unos 350 millones de kilómetros del Sol, logró alcanzar la temperatura mínima necesaria para trabajar, de -45 grados centígrados, en marzo de 2015.

Despertó el 26 de abril de 2015

El análisis de los datos apunta a que Philae se despertó el 26 de abril de 2015, pero no logró enviar señales a la sonda matriz Rosetta hasta el 13 de junio, fecha del último contacto.

"Que el módulo haya sobrevivido a los múltiples impactos -durante su aterrizaje- y a unas condiciones ambientales desfavorables supera con mucho las especificidades de sus varios componentes electrónicos", agregó la ESA.

La agencia esperaba que la sonda volviera a despertarse el 13 de agosto de 2015, cuando el cometa llegó a su punto más cercano al Sol, denominado perihelio. "Pero los meses alrededor del perihelio también los de más actividad del cometa" y Philae nunca despertó, probablemente porque el polvo del cometa ha cubierto sus paneles solares y no dispone de energía para trabajar.

Además, los científicos creen posible que el aparato no se encuentre ahora en el punto donde aterrizó y que su antena esté orientada en una dirección que hace más difícil la comunicación.

Esperanzas depositadas en Rosetta

Las esperanzas pasan ahora por que la sonda Rosetta, aún sobrevolando el cometa, logre acercarse a una distancia suficiente del módulo como para tomar fotografías en alta resolución y, al menos, precisar su posición y entender así "su actitud y orientación".

"Determinar su localización nos permitiría comprender mejor el contexto de las increíbles mediciones científicas que ya ha realizado, de forma que podríamos extraer datos científicos todavía más valiosos", indicó Matt Taylor, uno de los científicos involucrados en la misión.  Esta continuará trabajando hasta el próximo septiembre, cuando la sonda se estrelle contra el cometa y se dé por concluido el ambicioso proyecto.

"Nos sorprendería mucho escuchar a Philae de nuevo después de tanto tiempo, pero mantendremos el canal de escucha de Rosetta abierto hasta que no sea posible continuar por falta de energía cuando nos alejemos del Sol y se acerque el final de la misión", agregó el responsable de Rosetta, Patrick Martin.

La ESA considera que, pese al inesperado apagón sufrido por Philae poco después del aterrizaje tras un viaje de más de diez años, la misión es un éxito "histórico" para la exploración espacial.