Enlaces accesibilidad

Delacroix y su influencia en el arte moderno toman la National Gallery

  • La National Gallery repasa la amplia trayectoria del genio francés
  • Expone obras de Matisse, Van Gogh o Renoir, que siguieron su estela

Por
'La muerte de Sardanápalo' (1846) de Delacroix causó gran polémica.
'La muerte de Sardanápalo' (1846) de Delacroix causó gran polémica.

Célebre y polémico. Bohemio y libre. Son pinceladas de la fascinante personalidad de Eugène Delacroix, valorado como uno de los artistas más influyentes de la primera mitad del siglo XIX. El pintor se convirtió en un icono para sus coetáneos y artistas como Manet, Renoir, Van Gogh o Matisse reverenciaron sus obras, bebieron de sus fuentes y lo consideraron un pionero. Paradojicamente, Delacroix no goza de la misma notoriedad en la actualidad.

Una muestra en la National Gallery londinense se propone paliar esta laguna y acercar al gran público a este revolucionario genio.

"Delacroix y el auge del arte moderno" (Del 17 de febrero al 22 de mayo. Entrada general, 16 libras) recoge 60 obras procedentes de 30 importantes colecciones públicas y privadas de todo el mundo, entre ellas las del Musée du Louvre, Musée d’Orsay y el Petit Palais (París); el J. Paul Getty Museum (Los Ángeles); el Metropolitan Museum of Art (Nueva York); la National Gallery of Art (Washington) y el Van Gogh Museum.

Hacía medio siglo que la capital británica no acogía una retrospectiva del artista de este calibre.

Retrato de Delacroix (1798-1863). Paris. Museo del Louvre. noticias

Christopher Riopelle, conservador de la colección de pintura posterior a 1800 de la National Gallery londinense, ha declarado al respecto: "La oportunidad de volver a presentar a este artista increíblemente original y audaz ante el público británico después de tanto tiempo ya hace de esta una muestra fascinante. Pero demostrar, además, que Delacroix fue un precursor entre sus contemporáneos y un estímulo para la creatividad de numerosos artistas durante 50 años tras su muerte (hasta la época de Matisse y Kandinsky) consolida el papel central que desempeñó en el desarrollo del arte moderno".

La mitad de la muestra comprende obras realizadas por artistas de generaciones posteriores en quienes la obra magistral de Delacroix hizo mella. Por ejemplo, el arte de Chassériau, en particular, no habría sido posible sin el modelo de su precursor.

Exposición de Delacroix en la National Gallery

Exposición de Delacroix en la National Gallery

anterior siguiente
9 Fotos 1 / 9 ver a toda pantalla
  • 'Tangier from the Shore', Eugène Delacroix,1858,.The Minneapolis Institute of Art

  • 'La batalla del Amor', Paul Cézanne, 1880. National Gallery of Art, Washington, DC

Entre las obras de arte que podrán contemplarse se encuentran el óleo rara vez expuesto El aseo (Musée Fabre, Montpellier) de Bazille; La Piedad (a partir de Delacroix) (Van Gogh Museum, Ámsterdam) y Olivos con cielo amarillo y sol (Minneapolis Institute of Art) de Van Gogh; La batalla del amor (National Gallery of Art, Washington) y La apoteosis de Delacroix (Musée d’Orsay, París) de Cézanne; y Estudio para "Lujo, calma y voluptuosidad" (Museum of Modern Art, Nueva York) de Matisse.

La muestra concluirá con Estudio para Improvisación V, 1910 (Minneapolis Institute of Art) de Kandinsky, que sugiere una descendencia directa desde el maestro del Romanticismo hasta los orígenes del arte abstracto, según recoge la nota de prensa de la pinacoteca.

El retratista de las pasiones humanas

Baudelaire le describió como "un poeta en pintura" y Cézanne dijo que "todos pintamos pensando en él". Considerado como un maestro a Delacroix se le atribuye haber liberado el color y la técnica de las normas y prácticas tradicionales y haber allanado el camino para nuevos estilos pictóricos, experimentando con el efecto óptico del color, que retrató las pasiones humanas.

Su audacia no estuvo exenta de críticas. Delacroix causó un gran revuelo en el circuito artístico con su debut en el Salón de París en 1822: la grandiosa Dante y Virgilio bajan a los infiernos, también conocida como La barca de Dante (Musée du Louvre, París). Aunque en general

fue una obra ridiculizada, más tarde fue adquirida por el Estado francés.

Baudelaire le describió como 'un poeta de la pintura'

Esta censura generalizada, contrarrestada por un firme apoyo progresista, prevalecería a lo largo de toda la existencia de Delacroix. Más tarde, Manet copió este cuadro y su versión puede verse en la muestra, al igual que la copia que hizo Renoir del lienzo de Delacroix Boda judía en Marruecos (Worcester Art Museum, Massachusetts). Hubo una gran cantidad de artistas noveles que comenzaron su educación emulando al pintor romántico, según recoge la nota de prensa de la pinacoteca.

'La barca de Dante' (después de Delacroix), Edouard Manet, 1854. Musée des Beaux Arts de Lyon

Gabriele Finaldi, director de la National Gallery, explicó: "Delacroix es uno de los pintores que definen el siglo XIX: pionero, apasionado, totalmente comprometido con su arte e inmensamente influyente. En esta exposición se analiza su obra, así como la repercusión que tuvo en pintores tan diversos como Van Gogh y Kandinsky".

En 1830 el artista empezó también a explorar los temas de la violencia y la sensualidad, que se convertirían en centrales en su obra. Su lienzo de 1827 La muerte de Sardanápalo `[ver imagen de cabecera], que causó aún más polémica que Dante y Virgilio bajan a los infiernos cuando se expuso por primera vez en el Salón de París, estará representada aquí con la réplica que el propio artista pintó en 1846 (cedida por el

Philadelphia Museum of Art), cuando, por fin, consiguió vender la obra original de gran formato.

En 1832 Delacroix viajó a Marruecos, un destino que le proporcionó la temática para un gran número de los cuadros que más tarde pintaría y que tendrían un profundo impacto sobre la obra de Renoir, Gauguin y Matisse.

A partir de 1833, Delacroix recibió múltiples encargos para decorar edificios públicos parisinos, entre ellos la galería de Apolo del Musée du Louvre y la capilla de Santa Inés de San Sulpicio. Esta última creación supone su testamento espiritual y sus coetáneos la interpretaron como un sensacional renacer de la creatividad del artista en las postrimerías de su vida.