Ucrania podría convocar nuevas elecciones tras la ruptura de la coalición gobernante
- La salida del partido Autoayuda ha dejado inoperante la coalición
- La presidencia deberá sumar nueva mayoría en 30 días o convocar elecciones
- Los partidos vencedores del Euromaidan afrontan una pérdida de credibilidad
La ruptura de la coalición gobernante en Ucrania se ha consumado este jueves con la salida del partido Autoayuda, lo que puede llevar a la convocatoria de elecciones anticipadas, si no se forja una nueva mayoría parlamentaria.
"Estamos ante la muerte, aunque no jurídica pero sí de facto, de la coalición", ha anunciado Yuri Lutsenko, líder del Bloque Petró Poroshenko en la Rada Suprema (Parlamento).
La renuncia de los veinte diputados de Autoayuda deja a la actual coalición en minoría, ya que Batkivschina, el partido liderado por la ex primera ministra Yulia Timoshenko, ya dio ayer la espalda a los europeístas.
Pérdida de credibilidad ante Europa
Ahora, el jefe del Gobierno ucraniano, Arseni Yatseniuk, tiene solo dos opciones: o suma una nueva mayoría en un plazo de 30 días, para lo que muchos le ponen como condición que dimita, o acepta que el presidente del país, Petró Poroshenko, convoque elecciones parlamentarias.
El riesgo para los partidos que tomaron el poder tras el derrocamiento en febrero de 2014 del entonces presidente Víktor Yanukóvich en la revolución del Euromaidán es grande, ya que han perdido casi todo su capital político y gran parte del apoyo popular.
Además, la incapacidad de formar una nueva coalición de Gobierno impedirá que el país introduzca las reformas estructurales y adopte las medidas anticorrupción que demanda insistentemente tanto Occidente como el Fondo Monetario Internacional a la hora de conceder a Kiev nuevos créditos para evitar la suspensión de pagos.
Reconstruyendo una mayoría operativa
Con la salida de Autoayuda, el Bloque Petró Poroshenko (136) y el Frente Popular de Yatseniuk (81) sumarían 217 escaños, a nueve de la mayoría absoluta de 226.
Por eso, necesitarían el apoyo de los 21 diputados del Partido Radical, cuyo líder, Oleg Liashkó, ya se ha reunido con Yatseniuk y se ha mostrado dispuesto a regresar a la coalición que abandonó el pasado año.
Autoayuda, fuerza política que también respaldó en su momento la llamada Revolución Naranja de 2004 y formó parte entonces de la coalición resultante, ha considerado este jueves "imposible seguir coaligado con fuerzas políticas que son partícipes en el golpe de mano oligárquico en el Parlamento".
El líder de la fracción parlamentaria de esa formación, Oleg Bereziuk, se refería al inesperado fracaso de la moción de censura presentada el martes contra el Ejecutivo y que fue interpuesta por el partido de Poroshenko, aunque Yatseniuk resistió el envite.
Alto riesgo de inestabilidad
En opinión de Autoayuda, en la Rada tuvo lugar "una abierta conspiración entre los máximos dirigentes del país, por una parte, y los oligarcas y las fuerzas parlamentarias bajo su control, por otra".
Según Autoayuda, en esa conspiración estarían implicados el presidencial Bloque Petró Poroshenko, el Frente Popular de Yatseniuk y las fuerzas bajo control de los oligarcas ucranianos, en alusión a Rinat Ajmétov, el hombre más rico del país.
Por su parte, Yatseniuk ha lamentado este jueves la salida de Autoayuda, partido al que acusó de irresponsabilidad, al tiempo que ha asegurado que no permitirá que "el país caiga en la vorágine de la inestabilidad, el caos, la falta de apoyo exterior, la ausencia de reformas y la desestabilización política y económica".
Además, ha pedido al bloque del presidente "pasar página" para no repetir los errores de la Revolución Naranja, que permitieron el retorno al poder de Yanukóvich, y formar una nueva coalición de Gobierno. "Hoy celebraré consultas con el Partido Radical y hablaré de nuevo con el presidente y con los líderes de su fracción parlamentaria. Hay que dejar de lado las emociones. No hay otra variante o receta", ha adelantado.
El premio de la integración en Europa
Yatseniuk ha instado a los diputados que boicotean con su ausencia los debates en el Parlamento a que regresen a la cámara para aprobar leyes fundamentales para la introducción de un régimen sin visados con la Unión Europea.
"Nuestra responsabilidad es hacer realidad todo por lo que el país se rebeló hace dos años, para que Ucrania cambie de verdad. En nombre de los que murieron en el Maidán y de los millones que quieren un futuro mejor", dijo, antes de mantener un minuto de silencio en recuerdo a los caídos en la revolución.
El problema radica en que el partido de Poroshenko, quien pidió a Yatseniuk que renunciara, le ha conminado ahora a presentar en pocos días un nuevo Gobierno y un programa de reformas o dimitir.
El partido presidencial quiere un gabinete de tecnócratas desvinculado de los grupos de presión, que provocaron recientemente la dimisión del ministro de Economía Aivaras Abromavicius, considerada la gota que colmó el vaso de la paciencia de Poroshenko y de sus aliados occidentales.
El titular de Exteriores, Pável Klimkin, ha advertido que la inestabilidad en Ucrania beneficia a Rusia, cuyo presidente, Vladímir Putin, abogó el miércoles por un pronto fin de las "turbulencias" en el Estado vecino, condición indispensable para el arreglo del conflicto en el este del país.