El plan de Barack Obama para cerrar Guantánamo mantendrá en EE.UU. a los detenidos más peligrosos
- Entre 30 y 60 presos serían trasladados a una "localización segura" en EE.UU.
- El cierre requiere la aprobación del Congreso, en manos de los republicanos
- Obama defiende que supondría "cerrar un capítulo" de la historia del país
- El líder republicano, Paul Ryan, ya ha mostrado su oposición al plan
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, ha presentado este lunes el plan con el que pretende cumplir su promesa de cerrar la cárcel de Guantánamo antes de que termine su mandato, en enero de 2017, que plantea mantener en prisiones estadounidenses a los detenidos más peligrosos, entre 30 y 60 presos que afrontan cargos por terrorismo, mientras que el resto serían transferidos a otros países.
La propuesta que Obama llevará al Congreso requiere la aquiescencia de los republicanos, que tienen mayoría tanto en el Senado como en la Cámara de Representantes, por lo que el presidente ha reclamado un diálogo "honesto" para tratar de cerrar la prisión, ubicada en Cuba y en la que permanecen 91 detenidos.
Obama ha comparecido en la Casa Blanca acompañado de su vicepresidente, Joseph Biden, y su secretario de Defensa, Ashton Carter, con el fin de resaltar la relevancia de la medida: a su juicio, clausurar la cárcel de Guantánamo equivale a "cerrar un capítulo" de la historia del país. En este sentido, ha asegurado que su mantenimiento "no mejora nuestra seguridad nacional", sino que es "contraproducente" para la lucha antiterrorista y contrario a los valores de Estados Unidos, además de dañar las relaciones del país con naciones aliadas.
Traslado a cárceles ya existentes y bases militares
“No quiero trasladar el problema al siguiente presidente, no importa quien sea“
El presidente ha remarcado que ha estado "siete años", desde su llegada a la Casa Blanca en enero de 2009, trabajando para tratar de cerrar Guantánamo y ha prometido seguir haciéndolo hasta que concluya su mandato dentro de once meses. "No quiero trasladar el problema al siguiente presidente, no importa quien sea", ha apostillado Obama.
El plan, según han adelantado altos funcionarios del Gobierno estadounidense, contempla transferir a entre 30 y 60 presos a territorio estadounidense, mientras que el resto serán transferidos a terceros países tan pronto como sea posible, tal como ya se ha hecho con otros detenidos que albergaba la prisión ubicada en Cuba.
La propuesta considera 13 localizaciones diferentes para ubicar a esos detenidos, sin recomendar ninguna en particular, aunque Obama ha resaltado en su comparecencia que será "una localización segura". Esas localizaciones incluyen prisiones ya existentes en estados como Colorado o Carolina del Sur, así como la construcción de nuevas instalaciones en algunas bases militares del país.
Combatir el temor con el sistema legal
En su comparecencia, Obama ha señalado las dificultades legales que supone transferir a los presos de Guantánamo, que no están sometidos a la jurisdicción ordinaria, y las ha contrapuesto con la capacidad de los tribunales estadounidenses para afrontar los casos de terrorismo. Así, ha citado a varios terroristas convictos, como Dzhokhar Tsarnaev, condenado por al atentado de Boston en 2013, o Faisal Shazad, que colocó un coche bomba en Times Square, en Nueva York. "Ahora mismo están tras los barrotes aquí en Estados Unidos", ha subrayado Obama.
"Así que podemos capturar a terroristas, proteger a los estadounidenses y encerrarles en cárceles de máxima seguridad; y funciona"; ha recalcado Obama, que ha dicho entender la preocupación de muchos ciudadanos por "mantener a terroristas en Estados Unidos en lugar de un sitio lejano".
Al margen de las consideraciones legales, Obam ha defendido que su plan permitirá "ahorrar" dinero a los contribuyentes. Según el Pentágono, mantener la prisión de Guantánamo abierta es entre 65 y 85 millones de dólares más caro al año que internar a los presos en una cárcel en territorio estadounidense.
El líder republicano se opone a la propuesta
La cárcel de Guantánamo llegó a albergar a unos 800 presos poco después de su apertura, ordenada por el entonces presidente estadounidense, George W. Bush, tras los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York y Washington. Desde el principio de su mandato, la promesa hecha por Obama de cerrar Guantánamo se ha topado con la oposición del Congreso, especialmente entre los republicanos, que rechazan la transferencia de los presos a cárceles dentro del territorio estadounidense.
Este mismo martes, el presidente de la Cámara de Representantes, el republicano Paul Ryan, ha asegurado que el Congreso se opondrá al plan de Obama y ha señalado que no pondrá "en peligro la seguridad nacional del país por una promesa de campaña". "Después de siete años, el presidente Obama todavía tiene que convencer al pueblo estadounidense de que trasladar a los terroristas de Guantánamo a nuestra patria es inteligente y seguro", ha comentado Ryan en un comunicado.
“No proporciona los detalles críticos requeridos por la ley, incluyendo el costo exacto y la ubicación de un centro de detención alternativo“
El líder de los republicanos en el Legislativo considera que la propuesta de Obama "no proporciona los detalles críticos requeridos por la ley, incluyendo el costo exacto y la ubicación de un centro de detención alternativo". "El Congreso no ha dejado lugar a la confusión. Va contra la ley y seguirá estando contra la ley transferir detenidos terroristas a suelo estadounidense", ha insistido Ryan.