La justicia francesa autoriza el desmantelamiento de parte de la 'jungla de Calais'
- Las autoridades francesas pretenden evacuar la parte sur del campamento
- La orden administrativa fue recurrida por varias organizaciones humanitarias
- Un millar de inmigrantes irregulares deben marcharse o les realojarán a la fuerza
El tribunal administrativo de Lille, en Francia, ha autorizado este jueves la evacuación parcial del campamento de emigrantes conocido como la jungla de Calais, a pocos kilómetros de la entrada al túnel bajo el Canal de la Mancha y donde miles de inmigrantes irregulares esperan su oportunidad para viajar hasta Reino Unido, que había sido recurrida ante los tribunales.
"La orden es aplicable, excepto para áreas sociales comunes", ha informado el portavoz del prefecto de la región Pas-de-Calais, donde se encuentra el campamento, que alberga a unas 4.000 personas, aunque la cifra se ha reducido desde los 6.000 que estaban allí en septiembre; el Gobierno pretende continuar reduciendo el asentamiento dejandolo, por el momento, en 2.000 personas.
Así, el pasado martes expiró el plazo concedido por las autoridades para que alrededor de un millar de inmigrantes abandonaran la parte sur de la denominada jungla de Calais, bajo la amenaza de su traslado forzoso a un alojamiento alternativo, aunque la decisión fue recurrida ante la justicia por varias organizaciones humanitarias, que consideran que no hay espacios preparados para acoger a todas las personas que se quiere desalojar.
Reacciones encontradas
La alcaldesa de Calais, Natacha Bouchart, ha manifestado su alivio en declaraciones a BFM TV: "Estaremos muy atentos a lo que ocurra en las próximas horas y extremadamente atentos a lo que pase en los días siguientes", ha comentado. El tribunal no ha difundido todavía los fundamentos de la decisión de la juez Valerie Quemener, encargada de estudiar el recurso contra la orden gubernamental de evacuación presentado por 250 ciudadanos y nueve organizaciones de ayuda a los inmigrantes.
"Son malas noticias, pero nadie se marcha", ha comentado a Reuters Aziz, un inmigrante paquistaní de 42 años, que regenta junto a varios colegas un pequeño tenderete en la zona que se prevé desmantelar.
Las organizaciones humanitarias que se oponen al desalojo argumentan que la evacuación vulneraría los derechos fundamentales de los inmigrantes y empeoraría la situación de los menores que hay en el campamento, entre 350 y 400, muchos de ellos sin acompañantes adultos.
El Gobierno defiende que es una "acción humanitaria"
Pese a las críticas, el ministro francés de Interior, Bernard Cazeneuve, ha defendido este jueves el desmantelamiento de la jungla de Calais, asegurando que es una "acción humanitaria", al tiempo que ha arremetido contra las "mentiras y manipulaciones" que acusan a las autoridades galas de forzar un desalojo sin control.
"Jamás ha sido idea del Gobierno, y pretender lo contrario es mentir o manipular, de enviar excavadoras para proceder a la dispersión de los inmigrantes sin ningún tipo de acompañamiento", ha declarado Cazeneuve a la prensa en Bruselas, a su llegada a una reunión de ministros de Interior de la Unión Europea sobre la crisis de los refugiados.
“Lo que hacemos es llevar una acción humanitaria hasta el final, con una movilización excepcional“
El titular de Interior ha defendido la movilización de recursos y los esfuerzos del Gobierno francés para atender a los miles de demandantes de asilo llegados a Francia y garantizar la asistencia y protección internacional a quienes les asista este derecho. "Lo que hacemos es llevar una acción humanitaria hasta el final, con una movilización excepcional [de recursos]", ha insistido.
Tensión con Bélgica
Además de esas críticas, la decisión de Francia de desmantelar el compamento ha provocado un incidente con Bélgica, que este martes reestableció oficialmente los controles en la frontera ante el temor de que los inmigrantes se trasladen al cercano territorio belga. El Ministerio de Interior belga ha desplegado desde este miércoles entre 250 y 290 policías locales y federales adicionales, aunque, de hecho, los controles en la frontera entre Bélgica y Francia comenzaron en la práctica a principios del pasado lunes.
Cazeneuve, en este sentido, ha calificado ese despliegue de medida "extraña", ya que, a su juicio, "no se corresponde con la realidad" afirmar que hay un flujo de inmigrantes en esa dirección. Además, ha mostrado su malestar por la falta de información de parte de las autoridades belgas: "Se pueden tomar estas medidas por la vía del diálogo, informando antes, pero no ha sido el caso".
Cazeneuve ha advertido, además, que no se pueden realizar comparaciones entre los controles en la frontera francobelga que reintrodujo Francia tras los atentados de París con la respuesta ahora de Bélgica, porque entonces, ha dicho, la medida respondía al paso de terroristas desde territorio belga para atentar en la capital francesa. El ministro ha concluido apelando a la "solidaridad europea" y a la "responsabilidad" compartida de los Estados miembros, para responder a la crisis de refugiados.