Marruecos suspende oficialmente todo contacto con la UE por la anulación del acuerdo comercial
- La justicia europea anuló un acuerdo agrícola y pesquero por incluir el Sáhara
El Gobierno de Marruecos ha anunciado este jueves de forma oficial que "suspende todo contacto con las instituciones europeas", y así lo ha notificado al embajador de la UE en Rabat, Rupert Joy.
El portavoz del Gobierno marroquí y ministro de la Comunicación, Mustafa Jalfi, ha leído en rueda de prensa una declaración en la que oficializa la congelación de contactos con la UE, que de hecho se estaba practicando desde principios de año sin haberlo declarado.
El conflicto entre la UE y el gobierno marroquí comenzó el 10 de diciembre, cuando el Tribunal de Justicia Europeo anuló un acuerdo comercial de productos agrícolas y pesqueros firmado en 2012 por incluir en sus términos el Sáhara Occidental, cuando es un territorio cuya soberanía no está reconocida internacionalmente.
Aunque el fallo judicial fue recurrido incluso por el Consejo de Ministros europeo el pasado viernes, el gobierno de Marruecos expresó su "decepción ante la gestión opaca que ciertos servicios de la UE han hecho de esta cuestión", señala la declaración leída por el portavoz.
Además, el gobierno critica a las "altas autoridades europeas" por haber mostrado en un primer momento una actitud "prometedora", para pasar después a "una actitud desleal que hace caso omiso del debido respeto entre socios".
"Marruecos no puede aceptar ser tratado como simple objeto de un procedimiento judicial, ni pasar de mano en mano entre los distintos servicios e instituciones de la UE", añade la declaración, que pone las relaciones entre Marruecos y la UE en su momento más bajo.
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Así, Marruecos "se toma el derecho de exigir de la UE una interacción leal y responsable", y "está a la espera de recibir explicaciones y garantías necesarias de la parte europea"; mientras no lo haga, "suspende todo contacto con sus instituciones, con excepción de los intercambios referentes a este tema".
Marruecos es el primer beneficiario de la ayuda financiera de la llamada política europea de vecindad, con 200 millones de euros anuales, tiene un "estatuto avanzado" dentro de su acuerdo de asociación y negocia actualmente un ambicioso "Acuerdo de libre cambio completo y profundo". Pero además, es calificado con frecuencia de "socio ineludible" de la UE y de sus países por separado en dos de las materias más sensibles de estos últimos años: la lucha contra el yihadismo y el control de las fronteras exteriores (concretamente las españolas) de la Unión.