'13 Rue del Percebe Integral', el mejor regalo por el 80 cumpleaños de Francisco Ibáñez
- Por primera vez se publican en un solo tomo las 342 páginas del dibujante
- El recopilatorio incluye una portada especial dibujada por el propio Ibáñez
Dentro de unos días Francisco Ibáñez cumple 80 años (el 15 de marzo) y seguro que se le acumulan los homenajes. De momento ya ha sido el encargado de dibujar el cartel del Salón del Cómic de Barcelona que le dedicará la exposición Feliz cumpleaños, Ibáñez. Y ahora se publica el integral de una de sus series más conocidas 13 Rue del Percebe (Ediciones B).
Un fantástico volumen que recoge, por primera vez, las 342 páginas que Ibáñez realizó de su mítica serie, tantas veces imitada y que ha podido inspirar series como Aquí no hay quién viva (aunque tanto sus guionistas como el propio Ibáñez lo nieguen) Y que ha sido un éxito en otros países como Alemania, donde tras la retirada de Ibáñez de la serie, se llegaron a publicar páginas autóctonas realizadas por dibujantes alemanes.
Además esta estupenda edición es más grande de lo normal en los cómics de Ibáñez y de Edicions B, lo que nos permite disfrutar de las fantásticas páginas del autor, plagados de detalles. Sin olvidar la portada especial que Ibáñez ha dibujado para este recopilatorio.
Nació en 1961
Este volumen recopilatorio comienza con la primera plancha, publicada en la revista Tío Vivo (Segunda época) el 6 de marzo de 1961, y finaliza con la que Ibáñez dibujó, en 2002, para un Super Humor especial recopilatorio, y en el que los personajes aparecían actualizados al nuevo siglo (por ejemplo, el moroso de la azotea ya usaba un ordenador para sus timos).
El éxito de la serie fue inmediato por lo que pronto se ganó un hueco en la revista, donde Ibáñez la dibujó hasta 1968, siendo sustituido por Joan Bernet Toledano, que dibujaría otras 64 entregas, hasta 1970. Aunque la serie siguió repitiéndose hasta 1981, a veces cambiando viñetas de una página a otra, lo que nos da una idea de la gran popularidad de 13 Rue del Percebe. Por expreso deseo de Ibáñez, este tomo sólo incluye las páginas dibujadas por él.
Una de las razones de Ibáñez para dejar la serie fue el encasillamiento que suponía la rigidez del planeamiento de la página, ya que el autor prefería los paisajes abiertos y la rotación de personajes. Sin olvidar la dificultad de pensar todas las semanas unos 12 chistes diferentes, uno para cada piso del inmueble.
Pero con el tiempo esta serie se convirtió en uno de los mitos del cómic español, como demuestra que, en 2009, Ibañez presentase incluso un libro desplegable o “pop-un” , de medio metro de altura, en el que se reproducía el inmueble de 13 Rue del Percebe en 3 dimensiones y que nos permitía jugar con todos sus inquilinos.
¿Una idea original?
Ibáñez convirtió en mito esta serie, pero hay que reconocer que el planteamiento no fue del todo original, ya que existían ilustres precedentes. Por ejemplo, Joaquim Xaudaró publicó a principios del siglo XX una página titulada Una casa en Nochebuena. Y Will Eisner también nos mostró lo que sucede en un edificio en una página "School for girls" de su serie The Spirit.
Aunque el ejemplo más cercano en el tiempo y aspecto fue una página llamada Un día en Villa Pulgarcito de Manuel Vázquez donde aparecían los personajes de Pulgarcito en distintas plantas de un edificio. Tal vez por esto se atribuye a veces a Vázquez la idea de la serie. Aunque todos estos ejemplos son puntuales y fue Ibáñez el que llevó la idea a sus máximas consecuencias.
De hecho, el propio Ibáñez reconoció su deuda con Vázquez, al que siempre llama “maestro”, dedicándole el personaje de la azotea, un moroso acosado por sus acreedores, como le pasaba al propio Vázquez. Ibáñez ha declarado en más de una ocasión que Vázquez "fue el historietista más ágil, con más gracia y más humor que ha habido en este país".
Por cierto que, durante los años que Ibáñez peleó por los derechos de sus personajes con Bruguera, creó una versión de 13 Rue del Percebe llamada Rebolling Street (1987). Y era a doble página, lo que le permitió sacar incluso más personajes (no estaría mal una reedición de ese material, por cierto).
Los inquilinos
Además del mencionado moroso de la azotea, la historieta nos presentaba todas las semanas un chiste de cada uno de los ocupantes de los pisos (algunos homenajeaban a personajes ya existentes).
En los años que duró la serie sólo cambió el inquilino de uno de los inmuebles, y fue a causa de la censura. Hablamos del científico loco que vivía en el segundo derecha, claramente inspirado en Víctor Frankenstein y cuyos monstruos siempre eran unos buenazos. Pero los censores argumentaron que “sólo Dios podía crear vida” e Ibáñez se vio obligado a desalojar al científico, lo que le permitió buscar inquilinos durante unas semanas hasta que el piso fue ocupado por un sastre con muy poca maña en su oficio, un auténtico caradura que timaba a sus clientes.
La planta baja estaba ocupada por El Colmado Senén, con un tendero que no se fiaba de sus clientes a los que timaba sin piedad, la portería (con la consabida portera cotilla), el ascensor (roto casi siempre) y Don Hurón, un personaje que vivía en la alcantarilla de la acera.
En la primera planta teníamos a un veterinario muy poco competente y a una señora que regentaba una pensión superpoblada, y que maltrataba continuamente a sus inquilinos.
En la segunda, además del científico loco y el sastre, vivía una anciana de la sociedad protectora de animales que solía cambiar de mascota cada semana (llegó a tener hasta una ballena).
En la tercera residía un patoso ladrón capaz de robar las cosas más absurdas; se llamaba Ceferino Raflles, y compartía el piso con su esposa, que era también su cómplice. En el otro piso residía una mujer con sus tres hijos pequeños, capaces de las travesuras más salvajes.
Y en la buhardilla, además del moroso, todas las semanas éramos testigos de las trastadas que un ratón hacía a un desprevenido gato. Sin olvidar a la araña, que solían aparecer en las escaleras, y que compartía con Mortadelo la afición a los disfraces.
Además, en ocasiones especiales, aparecían otros personajes de Ibáñez, como Mortadelo y Filemón o Rompetechos. Y, aunque normalmente los chistes se leían de forma diferente, en numerosas veces estaban conectados, u ocurrían cosas que afectaban a todo el edificio (como cortes de luz, inundaciones…).
Del cómic al cine
En la película La gran aventura de Mortadelo y Filemón (2003), Javier Fesser hizo que la madre de Filemón residiese en el 13 Rue del Percebe, lo que permitió la aparición de varios de sus inquilinos más destacados, como el tendero, el ladrón o la portera.
Y en mayo de 2010, el director también rodó un anuncio para una marca de gaseosas que también estaba protagonizado por los inquilinos de 13 Rue del Percebe.
En fin, que este 13 Rue del Percebe es una auténtica joya que nos demuestra, una vez más, por qué Ibáñez es uno de los grandes del cómic mundial. Y esta edición es el mejor regalo para el 80 cumpleaños del artista más popular del cómic español.