Rajoy llama "bluf" a Sánchez y critica el "vodevil" de su intento de investidura
- Acusa al candidato de buscar sólo su supervivencia con una "comedia de enredo"
- Reprocha al líder socialista no haber movido "un dedo" para formar gobierno
- Niega el apoyo por la "contarreforma" a las políticas del PP que busca el PSOE
- Segunda jornada del debate de investidura de Pedro Sánchez, minuto a minuto
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El presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy, silente en su asiento en la jornada del martes, se ha armado de ironía, casi sarcasmo, para anunciar el voto en contra del PP a la investidura de Pedro Sánchez, por considerarla una "candidatura ficticia, irreal", un "bluf", y se ha dedicado en su discurso, en el que ha desempolvado su proverbial estilo parlamentario, a hacer un repaso entre la sorna y la didáctica del "vodevil de la negociación a dos bandas" que ha llevado al socialista a presentarse como candidato con una oferta de pacto a izquierda y derecha que es un "bálsamo de Fierabrás" [Discurso de Mariano Rajoy en el debate de investidura, en pdf].
Es más, aunque el líder del PP dirige el partido más votado en las elecciones del 20D y declinó ante el rey ser candidato a la investidura por falta de apoyos, ha acusado a Sánchez de no haber "movido un dedo para formar gobierno" e "improvisar programas, poner y quitar cosas como quien prepara un menú de la boda para que guste a todos", y como hizo Sánchez el martes, ha responsabilizado a su oponente del bloqueo institucional por no querer "ni hablar" con el PP para alcanzar un acuerdo.
En medio de los primeros aplausos y risas de su bancada, que han jalonado buena parte de su discurso, ha amonestado como un maestro desde la tarima a un líder socialista que le miraba con una media sonrisa que "en lugar de intentar articular en serio una mayoría suficiente, ha preferido no hacerlo por razones que nada tienen que ver con los intereses de España, sino exclusivamente con sus planes particulares" y "su propia supervivencia".
La actuación de Sánchez, un "bluf"
Rajoy ha conseguido despertar a un hemiciclo más activo que en la tarde del martes. Se le ha visto cómodo en la tribuna de oradores jugando a la contra: "Se lo voy a explicar tan claro que hasta ustedes lo van a entender", decía a las filas socialistas, matizando que "no por lo que ustedes están pensando, sino porque me explico muy bien".
Así lo entiende el presidente en funciones, básicamente: "Se ha tomado un mes de promoción personal en solitario, no tiene gobierno, carece de apoyos y nos propone un programa que no sabemos si es un intento de echar las redes a ver qué sale o un avance de programa electoral", aunque cree que "la teatralidad del acto solemnísimo del intercambio de carpetas [en relación al acuerdo con Ciudadanos] despeja las dudas".
Más claro aún, el presidente en funciones ha cerrado su discurso, de algo más de media hora, considerando la actuación del líder del PSOE como "un bluf", definido por el diccionario, ha recitado, como "montaje propagandístico destinado a crear un prestigio que después se revela falso".
Escenografía, vodevil y mucha televisión
Rajoy apenas ha citado a Podemos y a Ciudadanos. Tenía muy claro a quién quería dirigirse y se ha dedicado a caracterizar el último mes de negociaciones de Pedro Sánchez como una gran "escenografía", "un vodevil a dos bandas", una "comedia de enredo" y un discurso de "buenos y malos" que ha buscado crear una "conjunción interplanetaria" como, ha rememorado, la que pretendía la ministra socialista Leire Pajín al coincidir el gobierno de Obama en EE.UU. y la presidencia de turno de la UE de José Luis Rodríguez Zapatero.
El presidente del PP ha caricaturizado la estrategia pactista de Sánchez como "un gran paso histórico que seguro los niños estudiarán en las escuelas", "pacto solo comparable al de los Toros de Guisando" (que reconoció a Isabel la Católica como heredera del reino de Castilla) y le ha afeado que haya adornado sus pasos de "muchas fotos, muchas ruedas de prensa" y "mucha televisión".
"Casi logra hacernos creer que en realidad el PP había perdido las elecciones y que las había ganado un tal señor Cambio, con usted a la cabeza", se ha burlado Rajoy, que ha descrito la visita a Lisboa de Sánchez que inspiró su mensaje de una gran coalición de izquierdas como un viaje "para aprender cómo se retuerce un resultado electoral en beneficio propio".
"No son aventuras lo que necesita España"
Una vez terminado este repaso didáctico, Rajoy se ha puesto más serio para recuperar el tono presidencial y argumentativo y señalar que la "incertidumbre" y la "improvisación" comprometen la recuperación de España, ante un Sánchez que tomaba notas con el gesto fruncido mientras Rajoy le recordaba el déficit público para asentimiento del ministro de Hacienda en la bancada azul.
"No son aventuras lo que necesita España, y no es usted el mejor situado para combatir los recelos", ha afirmando apelando a la imagen internacional. "Estaba usted ahí para aplaudir la política que nos arruinó. Nunca la ha condenado, ni siquiera la ha criticado", para vincular al PSOE con la crisis económica que ha sacudido al país en los últimos ocho años.
El presidente del PP ha acusado a Sánchez de pretender hacer "un ejercicio de demolición iconoclasta" que amenaza con desmantelar todas las reformas del anterior Gobierno que, según él, han permitido sacar a España de la crisis, y le ha responsabilizado de colocar a España "en una zona de sombra, y muchas inversiones y ofertas de empleo aguardan a ver qué pasa".
No a la "contrarreforma" que busca el PSOE
Rajoy ha resumido la parte más política de su discurso que el voto en contra de su grupo parlamentario a la investidura de Sánchez se debe a que este aspira a llevar a cabo "una contrarreforma de la política económica y social de la última legislatura", algo que considera "devastador".
En el turno de réplica y contrarréplica iniciado a continuación, un cara a cara en miniatura, Rajoy aceró las críticas -"ha traído un fraude", "usted no le interesa a España"- y cargó las tintas con el polémico punto de la supresión de las diputaciones en el acuerdo PSOE-Ciudadanos: "¿Qué pasa con las diputaciones? ¿Se suprimen o no se suprimen?", mientras las miradas se dirigían a un Albert Rivera que asentía.
Para acabar su rifirrafe particular, le ha exigido que "deje de insultar y descalificar" y que no sea el "tapón" ni el "perro del hortelano" para que no impida que el PP, "con 1.700.000 votos" más en las pasadas elecciones, pueda gobernar.