Sánchez fracasa en su investidura y se abre un nuevo periodo más que incierto para evitar elecciones
- Es el primer candidato a la Presidencia que no supera la investidura
- No ha conseguido la mayoría simple que le era necesaria para ser proclamado
- El socialista vuelve a defender su pacto con Ciudadanos: "Voten sí al cambio"
- Rajoy: "Sánchez ha puesto las instituciones a su servicio. Eso es corrupción"
- Iglesias tiende la mano al socialista: "Yo le acepto a usted. Acepte a Podemos"
- Rivera, muy duro con Rajoy, cabrea a Iglesias y Garzón son sus referencias comunistas
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Pedro Sánchez ha despertado de su sueño, tras el debate de investidura. Por segunda vez, el Congreso de los Diputados le ha dicho 'no', 219 veces 'no'. El socialista podría haber pasado a la historia como el primer presidente del Gobierno que llega a La Moncloa sin ganar las elecciones generales y pasará por ser el primer candidato propuesto por el rey que sale de la Cámara Baja sin ser proclamado.
No pudo ser a la primera, por mayoría absoluta, y no ha podido ser a la segunda, por mayoría simple. Solo ha tenido el respaldo de los 131 votos a favor de PSOE, Ciudadanos y Coalición Canaria, que, a última hora, cambió la abstención por un 'sí'.
Pocas sonrisas se le han escapado a Pedro Sánchez en esta jornada. Ha estado muy serio y no ha disimulado la cara de decepción durante las escasas dos horas y media que ha durado el debate.
Un Sánchez, a ratos abatido, ha sido el protagonista de la primera investidura fallida de la democracia con el nuevo tetrapartidismo mandando en el Congreso de los Diputados.
Casi como trámite, sabedor del resultado final, ha vuelto a pedir la confianza de la Cámara. Salvo el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, y la portavoz de Coalición Canaria, Ana Oramas, uno a uno han ido subiendo los portavoces, en un debate rapidísimo, para decirle 'no', 'no', 'no'.
El primero en intervenir, tras el candidato fallido, ha sido el presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy, que ha iniciado su discurso muy socarrón para acabar con un tono muy duro con Sánchez, al estilo de su intervención el miércoles. Rajoy ha ido a la Cámara Baja con la tranquilidad reflejada en el rostro y durante toda esta investidura se puede decir que ha estado más que cómodo en su vuelta, por un rato, a la oposición.
El líder de Podemos, Pablo Iglesias, ha dejado en casa la llama verbal y ha estado más conciliador que el pasado miércoles, mientras que el presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, ha vuelto a sacar el hombre de Estado que siempre quiere parecer, aunque ha cargado por igual contra PP y Podemos.
Con el pitido final, se ha puesto fin a la primera parte de un partido que Pedro Sánchez quiere seguir jugando. Rajoy, hasta ahora sentado en el banquillo por decisión propia para ver los balonazos ajenos, ya ha salido a la banda a calentar. Se abre ahora una nueva etapa con dos meses por delante, que en política son un mundo. El horizonte, el 26 de junio, fecha de las posibles elecciones.
Sánchez insiste en que el pacto con C's es el "punto de partida"
En un discurso muy plano y en el que ha perdido parte de sus diez minutos en desgranar las medidas del pacto con Ciudadanos, que ya había explicado, Sánchez ha insistido en la necesidad de "aprovechar la oportunidad de cambio" que su candidatura ofrece y ha vuelto a defender ese acuerdo como "punto de partida" para seguir negociando con más gupos.
Nada más acabar la votación, se ha acercado a Rivera para darle un apretón de manos en forma de agradecimiento. Ha sido su único apoyo en un debate en el que se ha quedado solo.
Una y otra vez ha repetido este mes, esta semana, y este viernes, que la solución está en un acuerdo "transversal, progresista y reformista". No parece apearse de la idea de unir a Podemos y Ciudadanos en un mismo barco que él quiere guiar.
Solo un milagro habría llevado a Sánchez a la Presidencia, tras esta sesión de tres días que no solo no ha servido para desencallar la gobernabilidad en España, sino que ha complicado las ya difíciles negociaciones para poner fin al Gobierno en funciones.
Aunque Iglesias le ha tendido la mano a Sánchez, va a ser difícil reestablecer los puentes entre PSOE y Podemos, repletos de cal viva.
Con ninguna referencia explícita a la formación morada y a su líder, el secretario general del PSOE ha vuelto a criticar al PP y a Rajoy por sumir al país en la "incertidumbre y el bloqueo" y ha vuelto a poner en valor que gracias a él "el reloj de la democracia" ha comenzado a funcionar.
Un reloj que ahora se vuelve a atrasar porque las negociaciones empiezan de nuevo y con los partidos más alejados que nunca, salvo PSOE y C's. Eso sí, se ha puesto el cronómetro del calendario electoral en caso de que ningún candidato consiga ser investido.
"España no puede esperar más. Ni un minuto más. Necesita un gobierno que haga realidad el mandato de cambio", ha dicho el líder socialista, para recibir desde la bancada 'popular' un grito: "¡Pero no contigo!".
El socialista, ya fuera del hemiciclo, ha responsabilizado a Podemos de ser el "único y ultimo responsable" de que Rajoy siga en La Moncloa.
En un último intento de que los partidos se replantearan su voto, ha señalado que cada parlamentario con su 'sí' o su 'no' en la votación de esta investidura debía contestarse a cuatro preguntas: ¿Queremos un acuerdo entre partidos?, ¿queremos impedir la celebración de nuevas elecciones?, ¿queremos que las políticas del cambio sean efectivas ya? y ¿queremos evitar que Rajoy siga al frente?.
Sin citarlo, el socialista ha lanzado un dardo a Iglesias, a sus críticas al expresidente Felipe González y a sus referencias al franquismo al abogar por poner fin a las "políticas frentistas". También cuando ha instado a un pacto entre partidos que deben aceptar, a su juicio, "diferentes sensibilidades ideológicas" y dejar a un lado "intereses personales".
"Con un solo voto podemos cambiar el futuro de España ya. No esperen más. Voten el cambio". Ha sido la última petición de Sánchez en la tribuna, un ruego que no le ha sido concedido.
Varias veces han aplaudido sus diputados a Sánchez durante el discurso pero en sus caras, a la entrada, durante el pleno y al salir, se reflejaba la frustración. No por sabido, el resultado final ha sido menos doloroso.
Rajoy: "Su fiesta ha acabado. Perdió las elecciones y ha perdido la investidura"
"Su fiesta ha llegado al final. Ha perdido usted las elecciones con el peor resultado de la historia del PSOE y ha perdido la investidura". El presidente del Gobierno en funciones ha echado en cara a Sánchez "el tiempo que ha hecho perder" a los españoles y, en una afirmación que ha levantado la polvareda en la bancada socialista, le ha espetado al socialista que ha puesto la investidura "al servicio de su supervivencia" y eso, a su juicio, también es "corrupción".
El líder del PP ha vuelto a calificar la investidura como "impostura", "engaño" y "farsa", como hiciera en su irónico discurso del miércoles, y ha pedido al PSOE que no obligue a repetir elecciones "por su cerrazón y por su sectarismo".
"No nos han apoyado más de siete millones de votantes para apoyar la voladura de nuestra obra y la sustitución por un pseudoprograma socialista", ha lanzado a un Sánchez que, impasible, le ha escuchado desde su escaño.
Y también, aunque sin citar, ha atacado a Ciudadanos: "Las pretensiones de alguno a que apoyáramos el pacto no se sostenían". "Algunos arriman el ascua a su sardina", ha señalado, para añadir: "En este mundo traidor, nada es verdad ni mentira, todo es según el color del cristal con que cada socio lo mira".
Cerrada ovación la que ha recibido el 'popular' tras su intervención. Frente a las caras largas socialistas, en el PP solo ha habido risas. Al terminar su discurso, los diputados socialistas han hecho gestos de despedida con la mano y han gritado: "Adiós, señor Rajoy".
La fina ironía que se ha gastado Rajoy en este debate ha causado la sonrisa de hasta diputados podemitas. Algunos se han mostrado sorprendidos, dicen, al descubir en vivo y en directo su soltura parlamentaria.
Iglesias trata de reconstruir los puentes dinamitados
Tras el convulso primer discurso de Pablo Iglesias en el Congreso de los Diputados, el líder de Podemos ha abandonado en esta última jornada la diatriba contra el PSOE para dar paso a la mano tendida. Ha emplazado a este partido a una nueva negociación desde esta misma noche en busca de lo que ha llamado "el acuerdo del beso", en referencia al beso que se dio con el portavoz de En Comú Podem, Xavier Domènech, al tiempo que ha hablado del "amor" y "pasión" en la política, en un primer minuto de intervención con un tono humorístico que no a todos ha gustado en la Cámara.
Algunos, con cara de estupor, han escuchado a Iglesias como trataba de hacer de celestino entre la 'popular' Andrea Levy, que dijo en un programa de televisión que le gustaba el podemita Miguel Vila. "Les dejo mi despacho", ha señalado Iglesias, ante la sorpresa del hemiciclo.
"Fluye el amor y la pasión en la política española, Pedro, sólo quedamos tú y yo", ha seguido bromeando el líder de Podemos. Iglesias ha mirado a Sánchez lanzando esta idea romántica, tratando de aflojar así la tensión de los últimos días, pero el gesto hierático del secretario general del PSOE ponía de manifiesto la enorme distancia que media ahora mismo entre los dos.
Frente al taciturno gesto de la bancada socialista, el ministro de Economía en funciones, Luis de Guindos, se ha tronchado literalmente con Iglesias, cuando este le hacía chistes sobre la cara que puso el miércoles ante el beso parlamentario. Rivera, en clara referencia al líder 'morado' ha dicho: "No se si somos tan graciosos y amorosos".
Pasado el primer minuto de chistes, el secretario general de Podemos ha vuelto a la sesión de investidura para instar a Sánchez a trabajar con Podemos, Compromís e Izquierda Unida para conformar un "gobierno a la valenciana", que podría contar con la abstención del PNV y las fuerzas catalanas, que "no son monstruos" -ha enfatizado-, sino representantes de la soberanía popular. Ha instado a Sánchez, así, a aceptar el apoyo de los grupos independentistas, vía abstención, algo a lo que se niega el socialista.
"Atrévase a ser el presidente de un gobierno de coalición con un programa progresista de verdad. Eso es lo que preocupa de verdad al señor Rajoy", le ha pedido durante el pleno, en el que ha vuelto a rechazar el pacto del PSOE con C's, calificado de "fracaso".
"Yo le acepto a usted señor Sánchez, acepte usted a Podemos", ha espetado a la bancada socialista, que le ha afeado casi cada frase a Iglesias con gestos airados y murmullos constantes.
"No es posible mirar a la izquierda en lo social y a la derecha en lo económico", ha insistido Iglesias, para abandonar la tribuna lanzando besos a su bancada, en pié.
Rivera arremete contra Rajoy y cabrea por sus referencias al comunismo
Por su parte, el presidente de Ciudadanos ha vuelto a ser muy duro con Rajoy, más si cabe que el miércoles, al que ha acusado de haber intentado poner en jaque el papel constitucional del rey, así como al Congreso y a la propia democracia, aunque "no lo ha conseguido". Ha pedido, sin éxito, al PP que se abstenga en la investidura de Sánchez.
También ha llamado la atención sobre el hecho de que voten juntos quienes quieren "que se rompa España", en alusión a Podemos y a los independentistas, y quienes quieren que se "pudra", en referencia al PP.
Si en su intervención de la segunda jornada pidió directamente la cabeza del presidente del PP, este viernes ha dicho que "no es tiempo de conformistas, es tiempo de gente que quiere cambio y acción". Rivera, que no ha parado de añadir notas a mano a su discurso antes de intervenir y ha mostrado cierto nerviosismo en su escaño, ha pedido a los diputados del PP que proceden de la UCD que se planteen por qué iban a votar lo mismo que Iglesias. Hoy ha sido el líder 'naranja' el que ha ido al pasado para hacer pupa.
También ha recordado al secretario general de Podemos que "los comunistas de la transición no pedían ministerios", sino que "sólo pedían libertad". "Ojalá se pareciesen al partido comunista de la Transición", ha dicho, para recordarle que aquellos venían del exilio supieron pactar.
Iglesias ha recibido fatal esa afirmación, que le ha hecho volver a su gesto habitual con el ceño fruncido, cuando parecía más relajado. Tampoco le ha hecho ninguna gracia la afirmación al portavoz de IU-UP, Alberto Garzón, que le afeado esa referencia en su turno.
Especialmente atento ha estado Iglesias a lo que decía Albert Rivera. Al fin y al cabo, son el bipartidismo de los emergentes.
El resto de grupos tampoco se ha salido del guión ya marcado en los últimos días. Así, el portavoz de Democracia i Llibertat, Francesc Homs, ha ofrecido el apoyo de su grupo a un gobierno de España "como contrapartida de un referéndum en Cataluña", y el de ERC, Gabriel Rufián, ha advertido a Sánchez de una compañía como la de Rivera, al que ha comparado con el dirigente estadounidense republicano Donald Trump.
Este nuevo parlamentario ha sido la estrella revelación, como muchos le han definido. Ha intervenido con un peculiar tono entre tranquilo, teatral, dramático y chulo, que no ha dejado a nadie indiferente en el hemiciclo.
Aitor Esteban, del PNV, también ha ofrecido diálogo a Sánchez en la nueva etapa que se abre a partir de este mismo viernes.
Han reiterado sus argumentos los representantes del Grupo Mixto, como Garzón, que ha emplazado a Sánchez a reunirse a partir del lunes en la mesa a cuatro con la premisa de que "no somos enemigos, somos posibles aliados".
Bronca en el hemiciclo antes de votar
El presidente de la Cámara, Patxi López, otra vez, se las ha visto y deseado para enderezar una bronca final con gritos y aspavientos generalizados, a cuenta de una petición de palabra por alusiones del portavoz de Ciudadanos, Juan Carlos Girauta, al que ha reconocido el derecho a intervenir. Ha querido intervenir para defenderse de la acusación de ERC que había puesto en duda que el partido de Albert Rivera condenara el franquismo.
Ha discutido con el portavoz popular Rafael Hernando, que también quería hablar, y con el de ERC, Joan Tardá, que ha acabado gritando con su potente voz para reclamar su derecho, ya que el presidente le había cortado el micrófono; e incluso se han visto gestos de desacuerdo de López con la vicepresidenta Celia Villalobos, del PP. Los de ERC han amagado con abandonar el hemiciclo, pero finalmente se han apaciguado.
Se ha podido votar con rapidez y en 25 minutos todos los diputados se han pronunciado uno a uno en una votación sin sorpresas y en la que Sánchez tenía cara de pensar: "¡Que esto acabe de una vez!" No ha hecho más que empezar.