Los directivos de banca en Reino Unido, responsables desde ahora de lo que ocurra bajo su mando
- Entra en vigor este lunes un nuevo sistema de control de la gestión financiera
- Afecta a unos 10.000 altos ejecutivos de casi un millar de bancos
Los altos directivos y ejecutivos de las entidades financieras que operan en Reino Unido serán responsables desde este lunes de todo lo que ocurra bajo su mando, tal y como establece el nuevo Régimen de Gestores Superiores (SMR, por sus siglás en inglés) que entra en vigor este lunes en ese país y que afectará a unos 10.000 gestores de unos 900 bancos, incluidos los extranjeros con filiales en el país.
Esta nueva legislación, que será aplicada por la Autoridad de Prevención del Banco de Inglaterra y la Autoridad de Conducta Financiera (FCA, por sus siglas en inglés), es la respuesta a la indignación social por la falta de asunción de responsabilidades particulares por las quiebras, los excesos y los escándalos descubiertos en el sector financiero durante la crisis que empezó en 2007.
Según han explicado a Reuters fuentes legales vinculadas a la City, debido a esta normativa, muchos banqueros están rechazando asumir puestos de gestión e, incluso, grandes figuras de las entidades están solicitando que se rebaje la importancia de sus cargos.
Según las nuevas normas, los reguladores tendrán que aprobar la designación de directores ejecutivos, responsables financieros y directivos no ejecutivos que participen en comisiones de nombramientos, auditorías, riesgos y remuneraciones.
Obligación de dar "pasos razonables" para impedir ilegalidades
Además, los gestores de categoría superior deberán firmar un documento específico "obligatorio por tarea de responsabilidad" en el que se comprometerán a dar "los pasos razonables" para detener cualquier violación de las reglas que esté ocurriendo o para evitar que suceda.
Esta exigencia provocará -según los expertos legales consultados por Reuters- que los jefes que asuman las responsabilidades deberán demostrar que dieron todos esos "pasos razonables" y, para hacerlo, deberán documentar todas las delegaciones de tareas y archivar todos las comunicaciones y correos electrónicos para poder aclarar su actuación en el caso de que se descubra alguna mala práctica.
Esto -advierten esas mismas fuentes- complicará y burocratizará los procesos de decisión, con lo que perjudicará la competitividad de la City.
En cuanto a las entidades, tendrán que entregar a los gestores recién nombrados toda la información que puedan necesitar para realizar su trabajo, y deberán elaborar y mantener al día un mapa en el que se especifique quién es responsable de cada cosa dentro del banco.
En caso de que se incumplan las normas, los reguladores podrán imponer multas e inhabilitaciones para trabajar en el sector. Además, se crea un nuevo delito por "decisiones temerarias" que lleven a una entidad financiera a la quiebra, y que tendrá un castigo máximo de 7 años de cárcel.
Ampliación gradual a otros sectores financieros
Dentro de un año, ese control se extenderá a otros 65.000 empleados que no son directivos superiores, pero por cuyas manos pasan decisiones que podrían perjudicar al banco. Así, cada banco deberá certificar anualmente la "idoneidad y adaptación" de cada una de esas personas.
Tanto estos trabajadores bajo certificación como los sujetos al nuevo SMR tendrán que cumplir los códigos de conducta.
Además, en 2018, esas regulaciones se ampliarán a otras áreas del sector financiero, como los mercados de materias primas, divisas y deuda, así como a los gestores de activos.